Victoria y mensaje de Rigoberto Urán


La primera etapa de alta montaña del Giro no defraudó a nadie. En la previa decíamos que sería muy interesante ver qué actitud adoptaba el equipo Sky. El conjunto británico anunció batalla y cumplió su palabra. De hecho, casi todo lo relevante que pasó ayer en la lucha por la general de la corsa rosa se debe en gran medida a la estrategia del equipo de Wiggins. Esa estrategia tan debatida ayer y que a mí, sinceramente, sí me gustó. Quiero decir, sí me pareció acertada. Sky tenía un reto considerable ante sí. Por primera vez en los últimos tiempos, se veía obligado a ir al ataque en una gran vuelta y no le valía con defender una renta sobre sus rivales. Ahora eran ellos los que tenían que ir a por todas, al ataque. Lo hicieron, a su manera, pero lo hicieron.

El conjunto británico acostumbra a controlar las carreras cuando lleva a su jefe de filas tirando del pelotón a un ritmo asfixiante. Se aprovecha así del apabullante poderío de su equipo. Tiene una formación muy sólida con corredores potentes que realizan a la perfección esa misión de endurecer la carrera y controlar la carrera al frente del gran grupo. Más o menos, eso es lo que hicieron ayer. ¿Por qué, si ni iban líderes? Más bien lo que hicieron fue endurecer la carrera en la ascensión al primer puerto de la jornada. Un puerto de primera categoría exigente de por sí, que los hombres del Sky hicieron insufrible para muchos corredores. Montaron una escabechina colosal. El resto de favoritos resistían como podían. Eso, los que podían, porque Ryder Hesjedal y Samuel Sánchez, entre otros, daban síntomas de debilidad ya en ese primer puerto del día, el Paso Cosa di Lanza. Demasiado duro el ritmo del Sky. No más de 30 unidades quedaron en el grupo. No creo que se pueda calificar de fracasada o desacertada esa estrategia. Sky rompió la carrera, la dinamitó por completo.

Tuvo que sacrificar a Sergio Luis Henao, que ayer no tuvo su mejor día. Era sexto clasificado en la general, pero se sumó a la lista de damnificados por el trabajo del Sky, su propio equipo. El conjunto británico buscaba desgastar a sus rivales y apuntalar las opciones de Bradley Wiggins. Al comenzar la ascensión al Altiplano del Montasio, repetían la operación. Ritmo fuerte al frente del pelotón. Mismas escenas que en el puerto anterior, corredores reventados que ya lo habían pasado mal en la ascensión previa, pero que habían contactado en el largo descenso, volvían a sufrir, perdiendo contacto ya de forma definitiva. Vincenzo Nibali se quedó con un único compañero. La estrategia del Sky funcionaba. Hesjedal había cedido y parecía claro que iba a perder hasta el apellido (21 minutos se dejó). Un rival menos.

El grupo quedaba reducido a su mínima expresión. En ese momento, llegó el ataque de Rigoberto Urán. En absoluto debe interpretarse ese movimiento como una rebelión interna en el Sky, al menos yo no lo vi así para nada. Urán estaba noveno en la general a 2:49 de Nibali. Es decir, una distancia que aparentemente no inquieta, por lo que se le iba a dejar hacer. Pero, subiendo como sube el colombiano, el conjunto británico se aseguraba meterle en la pomada de la lucha por la general. Lo único que falló en la estrategia del Sky, y perdón por ejercer de abogado defensor de los británicos, fue la debilidad de Wiggins en la parte final. Con lo que contaban en Sky era con lograr que Urán abriera hueco por delante aprovechando que los favoritos se vigilaban entre sí y que le iban a dar un margen mayor para moverse al estar relativamente lejos en la general. Contaban con eso y que con que Wiggins resistiera ante las embestidas del resto de favoritos. Sería una jugada redonda si el campeón del Tour hubiera aguantado, pero no fue el caso.

Un ataque de Beñat Intxausti (Movistar) desató las hostilidades en el grupo de favoritos. Con ese movimiento cedió Wiggins. Nibali respondió a ese ataque. Scarponi y Gesink sufrían. Seguían a la rueda del líder Evans, Santambroggio, Majka Kiserlovski, Pozzovivo y Betancur. El ciclista español del Movistar pagó caro su valentía, aunque no es algo por lo que jamás reprocharemos nada a ningún corredor. Queremos eso, valentía, atrevimiento, coraje. Intxausti, que fue el que movió el árbol con su ataque, luego no pudo seguir el ritmo de Nibali y el resto de hombres fuertes de la carrera. Se quedó atrás, cediendo unos 20", en el grupo de Wiggins y Scarponi. 

Urán seguía por delante, camino de la victoria y en busca de subir puestos en la general, tantos como para abrir el debate en Sky sobre quién debe ser el líder del equipo de aquí al final. Yo no tendría demasiadas dudas, pero me da la impresión de que en el equipo británico siguen apostando por Wiggins. Pienso que el ataque de Urán respondía a un movimiento táctico del Sky, estoy convencido. Pero la única pieza que falló ayer en la estrategia del equipo azul y negro fue Wiggins. Urán cumplió con nota con el cometido que se le había reservado y ya es tercero en la general. Cuarto es Wiggins, por lo que el Sky puede seguir jugando con dos bazas. Nibali lo dijo en meta, "tendré que poner un ojo en Urán y otro en Wiggins". Serán las dos cartas que podrá seguir jugando el Sky, aunque parece que, de momento, la del campeón del Tour es menos fiable, más farol, que la del potente escalador colombiano. 

Otra conclusión de la primera etapa de alta montaña es que Cadel Evans (BMC) se presenta como el más serio rival, hasta el momento, de Vincenzo Nibali en la lucha por la maglia rosa. El australiano, siempre en un segundo plano y sin hacer mucho ruido, como acostumbra, ha estado al lado de El Tiburón en todo momento. No ha dado un sólo síntoma de debilidad. Es segundo a 41" del corredor de Astana que cogió ayer los segundos de bonificación del tercer puesto en meta (segundo fue Betancur, que atacó en la parte final para redondear el día de los colombianos en el Giro y prolongar la exitosa temporada que llevan los escarabajos). Nibali está muy fuerte. Revalida su candidatura en firme a conservar el liderato y vestirlo en el podio final de Brescia. 

Me he centrado en esta crónica en analizar la lucha por la general, pero sería muy injusto no mencionar si quiera a los 13 corredores que han formado la fuga del día. Dekker y Millar (Garmin-Sharp), Rodríguez (Venezuela), Tjallingii (Blanco), Viviani (Cannondale), Brutt (Katusha), Dehaes (Lotto-Belisol), Pauwels (Omega Pharma-Quick Step), Machado y Popovych(RadioShack), Bennati (Saxo-Tinkoff), Ligthart (Vacansoleil-DCM) y Gatto (Vini Fantini) fueron los protagonistas de la etapa durante buena parte de la misma. 



Hoy, undécima etapa con un nuevo final en alto, aunque esta vez se trata de un puerto de segunda categoría (Vajont). A 60 kilómetros de meta hay otro puerto de segunda, el Sella Ciampigotto (29,4 kilómetros al 4,5%). El último puerto es más corto y también bastante tendido: 7,6 kilómetros al 4,9%. No es probable que haya batalla entre los favoritos, aunque nada puede descartarse en el Giro. No parece que la etapa tenga la suficiente dureza para ello. 182 kilómetros en esta etapa de media montaña que puede ser ideal para una fuga consentida. 

Tour de California
Una breve alusión al Tour de California que se está disputando estos días. Acevedo ganó la segunda etapa, de la que no dimos cuenta en el blog, y esta noche el triunfo ha sido para Peter Sagan (Cannondale). El eslovaco vuelve a ganar. Es algo que está en su gen de ganador, es innato. 

Comentarios