Se escapó el oro

No hay una carrera en todo el año como el Mundial. Es especial por el colorido de las aficiones de los distintos países que se desplazan hasta la ciudad organizadora cada año. Tiene una magnitud todo lo que rodea al Mundial, una trascendencia tan inmensa, que no se asemeja en nada a cualquier gran clásica del calendario. La lucha por el arcoiris, esa túnica sagrada que señala durante un año al mejor del mundo. Las tácticas de cada selección, los bloques trabajando, las muchas situaciones de carrera que se dan y que se prestan a debates varios. De hecho, la prueba definitiva de que el Mundial es especial, único, está en esos debates sin fin sobre las tácticas de la selección española, sobre lo que se hizo bien y en lo que se falló. Algo a lo que estamos muy acostumbrados, y todo ello a pesar de que logramos medallas. Ayer, dos, plata y bronce. Pero aun así fueron muchas las críticas y mucha la polémica. Se nos escapó el oro. Pese a la táctica de diez de la selección, pese a la gran carrera que hicieron los nuestros y pese a que nos llevamos dos metales de Florencia, la sensación que pesa en el ambiente, nadie lo puede negar, es esa. Que nos fue una oportunidad de oro. 

En España ocurre algo peculiar, en todo caso, que no me resisto a comentar. Es lo que podríamos llamar "el síndrome del caviar". Somos nuevos ricos. Lo ganamos casi todo. Esta generación de ciclistas españoles ha hecho historia, nos ha dado Giros, Tours, Vueltas, Juegos Olímpicos, Mundiales. Todo. Absolutamente todo. Y claro, nos hemos acostumbrado a las mieles del éxito. Nos encanta el caviar y ya no nos conformamos con otros alimentos menos exclusivos. Y ojo, dos medallas mundialistas no son moco de pavo. Pero siempre queremos más. ¿Inconformistas? No, terriblemente injustos e ingratos. Echaremos de menos a este grupo de corredor inigualable. Echaremos de menos nuestros estúpidos cabreos por ganar dos medallas en un Mundial, pero escapársenos el oro. Cuando lleguen los tiempos de comer chope de marca blanca, que o mucho me equivoco, o llegarán antes o después (más pronto que tarde, de hecho), añoraremos esa época en la que no supimos apreciar el caviar, porque estábamos demasiado ocupados en pedir, en exigir más y más. No sé si me explico. 

Ayer la selección española hizo lo que tenía que hacer. Estuvo donde tenía que estar. Asumió al comienzo de la carrera la responsabilidad la selección británica, tirando del pelotón para evitar que el grupo de escapados tomara demasiada renta. Todo esto bajo la lluvia en un día de perros. La humedad durante siete horas de esfuerzo y la peligrosidad del suelo mojado fueron otros dos obstáculos para los ciclistas en esta cita mundialista. Los británicos naufragaron en la lluvia y cuando llegó la hora de la verdad ninguno de sus hombres seguía en carrera.  Huzarski (Polonia), Chtioui (Túnez), Barta (República Checa), Godoy (Venezuela) y Brandle (Austria) fueron los miembros de esa escapada. El polaco fue quien más aguantó. Cuando todos sus compañeros de aventura fueron cazados, él resistió al frente de la carrera y acompañó al italiano Giovanni Visconti en un momento de carrera delicado, en el que Italia, la selección local, que venía de endurecer mucho la carrera en cada vuelta anterior por el circuito, tomaba definitivamente la responsabilidad. 

Los azzurri corrían en casa y tenían uno de los bloques más sólidos del Mundial, y se notó. Con Visconti en cabeza, sufrió una caída Vincenzo Nibali. Un día más que hay maravillarnos del coraje y la garra de corredor indomable que tiene El Tiburón. No se dio por vencido y logró reintegrarse en el pelotón. Ahora bien, todo hay que decirlo. Un coche ayudó de manera descarada al líder local a volver a entrar en el grupo. Un gesto feo e irregular. Nibali estuvo en la lucha por las medallas, finalmente se llevó la de madera, el cuarto puesto. Si hubiera logrado algún metal, habría habido polémica por ese movimiento irregular. En ese punto de la carrera, con Visconti por delante, fue la selección belga de Philippe Gilbert la que asumió la responsabilidad. Mientras, España se mantenía agazapada, dejando hacer. Si otros hacían el trabajo, ¿para qué gastarse? Los nuestros habían cubierto ya su cuota de infortunio con las retiradas de Samuel Sánchez y José Herrada. 



Ahí seguían nuestros líderes. Donde tenían que estar, en el grupo de corredores donde se iba a decidir el Mundial. Neutralizada la escapada de Visconti, nadie se movía. Había mucha tensión y Jonathan Castroviejo, descomunal en labores de equipo una vez más, se puso al frente del grupo. España empezaba a asomar la cabeza. Llegaba la hora de la verdad. En el alto de Fiesole atacó el italiano Michele Scarponi y respondió a ese movimiento con fuerza y poderío Joquim Rodríguez. Empezaba el espectáculo. Pronto se formó un quinteto de lujo al frente de la carrera. Situación soñada, porque entre esos cinco hombres había dos españoles: Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde. Junto a ellos, Vincenzo Nibali, Rigoberto Urán (Colombia) y Rui Costa (Portugal). 

Atacó Purito para coger unos metros. Estrategia excepcional de la selección, pues teníamos todas las de ganar. Se fue al suelo Urán, qué mala suerte para el colombiano, y la lucha por las medallas se quedó reducida a cuatro hombres. Tocábamos metal. Con Purito por delante, España se encontraba en la situación soñada. Si Nibali y Rui Costa querían darle caza, deberían trabajar o atacar para alcanzarlo. Y mientras, Valverde, vigilando a su rueda. El más rápido del grupo, con diferencia, era el murciano. Es decir, la patata caliente se dejaba al portugués y al italiano. Que trabajen ellos para cazar a Joaquim Rodríguez, que ya les rematará Valverde. Esa era la estrategia. Purito fue cazado, pero volvió a marcharse después. Nuevamente, situación soñada. Mientras el corredor del Katusha avanzaba hacia el oro, Valverde le cubría las espaldas. Todo estaba bajo control.

El momento decisivo de la carrera, el único en el que fallamos o no pudimos estar a la altura, llegó a poco de meta. Rui Costa atacó con fuerza. El portugués había perdido unos metros con el grupo en la última ascensión, pero logró contactar y, de tapadillo, logró dar la sorpresa. Momento de la verdad. Valverde no respondió al movimiento de Rui Costa, pensamos muchos que esperando la respuesta de Nibali con sangre fría. Pero El Tiburón no se movía y Rui Costa se acercaba cada vez más y más a Purito, mientras que se alejaba de Valverde y Nibali. Valverde debería haber saltado en ese momento a por Rui Costa, pero como él mismo contó en meta, no encontró fuerzas para ello. Javier Mínguez, seleccionador que debuta con un resultado formidable, y Joaquim Rodríguez, que perdió el oro en los últimos metros frente a Rui Costa y que no pudo evitar las lágrimas al final de la carrera, reprocharon que Valverde no respondiera al ataque del portugués. Fue el único fallo en todo el día, el único pero a la actuación de la selección española que fue, por lo demás, impecable. Nos costó el oro. Pero tengamos en cuenta que los demás también corren, que Rui Costa es un corredor extraordinario (dos etapas en el Tour) y que los ciclistas son personas, personas que ayer llevaban siete horas dándole a los pedales bajo la lluvia en un esfuerzo inhumano. Son personas, sí, y a veces, qué cosas, no tienen buenas piernas, no son capaces de reaccionar. Pudo ser un fallo de estrategia de Valverde, que esperara al movimiento de Nibali y este no llegó. El caso es que Rui Costa ganó muy merecidamente el oro. Merecida e inteligentemente. Hizo lo que tenía que hacer. Las críticas que ayer algunos lanzaron contra el corredor luso por no tirar del grupo en ningún momento son sencillamente dispararatas. Fue el más listo y el más fuerte. Digno campeón del mundo. España se va con dos metales. En tiempos de caviar, pueden saber a poco. Pero cuánto recordaremos esta grandiosa carrera en Florencia cuando nos toque comer chope. Gran broche final a una semana de muy alto nivel de ciclismo en Toscana. 

Clasificación
1 150 FARIA DA COSTA Rui Alberto POR 7:25:44 +0
2 13 RODRIGUEZ OLIVER Joaquin ESP m.t.
3 16 VALVERDE BELMONTE Alejandro ESP 7:25:59 +15
4 17 NIBALI Vincenzo ITA m.t.
5 119 GRIVKO Andriy UKR 7:26:15 +31
6 79 SAGAN Peter SVK 7:26:18 +34
7 61 CLARKE Simon AUS m.t.
8 152 IGLINSKIY Maxim KAZ m.t.
9 1 GILBERT Philippe BEL m.t.
10 90 CANCELLARA Fabian SUI m.t.
11 48 MOLLEMA Bauke NED m.t.
12 172 NORDHAUG Lars Petter NOR m.t.
13 12 MORENO FERNANDEZ Daniel ESP m.t.
14 109 GESCHKE Simon GER m.t.
15 30 HENAO MONTOYA Sergio Luis COL m.t.
16 22 SCARPONI Michele ITA m.t.
17 20 POZZATO Filippo ITA 7:26:49 +1:05
18 59 VICHOT Arthur FRA m.t.
19 105 PATERSKI Maciej POL m.t.
20 170 BOASSON HAGEN Edvald NOR m.t.

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