Contador 2008, ¿Quintana 2014?

Nairo Quintana ganó ayer con la autoridad a la que nos tiene acostumbrados en la alta montaña la cuarta etapa del Tour de San Luis, que terminó en la exigente subida al Cerro El Amago. Respondió al ataque del corredor local Sergio Godoy (San Luis Somos Todos) y finalmente impuso su ritmo imposible de seguir para ganar en solitario y con enorme superioridad en la cima. Sacó 50" al segundo, el propio Godoy, 1:32 al segundo, su compatriota Darwin Atapuma (BMC), 1:39 al también ciclista del equipo de casa Enzo Moyano... No tuvo rival. Quintana se queda a tan sólo cuatro segundos del liderato de la carrera, que se podría decidir en la contrarreloj individual de 19,2 kilómetros que se disputa hoy (aún quedarán otras dos etapas). 

Quintana dio ayer el primer triunfo de la temporada al conjunto Movistar, tras el segundo puesto de Ventoso el día anterior y después de la mala suerte que dos de sus corredores, Giovanni Visconti y Juan José Rojas, han tenido en el Tour Down Under, donde han sufrido lesiones importantes. El triunfo de Quintana abre el palmarés de esta temporada del mejor equipo del mundo según el ranking World Tour en 2013. El título de este artículo alude a la posible planificación de la temporada del poderoso ciclista colombiano, que aún no ha sido confirmada. Ayer mismo, Quintana respondió a preguntas de la prensa sobre sus planes. Dejó claro que aún no hay una decisión tomada y que le corresponde al equipo decidir a qué gran vuelta va. El segundo del Tour del año pasado podría no correr la ronda gala y disputar Giro y Vuelta. De ahí el titular de esta entrada. En 2008, Alberto Contador logró un doblete Giro-Vuelta. ¿Podría conseguir algo similar Nairo Quintana este año?

Por partes. Según parece, a estas alturas aún no está decidido el calendario del ciclista colombiano. Parece ser que Eusebio Unzue quiere que Quintana corra Giro y Vuelta, pero el patrocinador podría estar pidiendo que disputara el Tour de Francia. No sería, pues, tanto una disputa deportiva entre Quintana y Valverde por liderar a la escuadra telefónica en la carrera francesa, sino un asunto del interés de Movistar por llevar a su gran estrella emergente a la principal carrera del año. Quintana habló ayer claro, según leemos en Biciciclismo.  "Pienso que es en beneficio del patrocinador; están en discusión, igual unos quieren ir a un lado, pero otros quieren ir a otro lado. Me tienen en medio y me estoy volviendo loco", respondió con claridad. Por tanto, la decisión final podría estar en manos del patrocinador, que finalmente es el que pone el dinero. 

En ese caso, poca importancia tiene lo que se pueda debatir sobre qué es más adecuada desde el punto de vista deportivo para Quintana y para el propio equipo Movistar. Valverde declaró hace unos días que él no iba a cortar la progresión de Quintana. El planteamiento inicial de la dirección deportiva del Movistar parece pasar por permitir al murciano liderar al equipo en el Tour en el que sería su último gran intento como jefe de filas por brillar en la general de una carrera donde siempre le ha perseguido la mala suerte. En su derecho está de hacerlo. Entiendo que pueda resultar extraño que Quintana, la sensación de la grande boucle el año pasado, ganador de una etapa, de la clasificación de la montaña y de la clasificación de los jóvenes, no dispute la ronda gala. Pero pienso que el objetivo de disputar, para ganar, las dos otras dos grandes vueltas del calendario daría un impulso deportivo extraordinario a un ciclista que, no olvidemos, es insultantemente joven y al que le quedan muchos años de ciclismo en las piernas. 

No se trata sólo de que Quintana ceda el  puesto de líder en el Tour a Valverde. Plantearlo sólo en esos términos es probablemente simplista. Algo de eso habrá, entiendo. Y también me parece comprensible hasta cierto punto. Justo para con Valverde. Pero creo que hay un componente de cordura, de no perder la cabeza, en la decisión de hacer Giro y vuelta con el corredor colombiano. Ir al Tour, tras haber sido segundo el año pasado, es casi jugarse la temporada a una carta. Pese a su juventud, ya sólo se le podría pedir (pongamos esta exigencia extrema entre comillas) mejorar su resultado del año anterior. No creo que, después de lo visto el año pasado en el Tour, la presión le fuera a jugar una mala pasada a Quintana en la ronda gala. Pero sí pienso que su edad permite afrontar el futuro con calma y con inteligencia. El Tour tiene una dimensión mediática tan inmensa que lo absorbe y eclipsa todo. Pero no sería ningún drama que Quintana no disputara la ronda gala y se preparara para el Giro y la Vuelta.

En 2008, Contador no pudo correr el Tour de Francia porque su equipo de entonces, Astana, estaba castigado por posible relación con temas de dopaje nunca aclaradas. Pero el castigo estaba ahí. Fue incómodo y molesto que el ganador del Tour en el año anterior no pudiera disputar la carrera más importante del año. Hubo protestas y enfados lógicos en el equipo kazajo. Pero Contador dio la vuelta a la planificación de la temporada. Se le hundió su principal objetivo del año, pero rápido se amoldó a lo que había. Se marchó directo de unas vacaciones al Giro de Italia y dio un recital inconmensurable en la corsa rosa. Triunfo en el Giro que redondeó después con una victoria en la general final de la Vuelta Ciclista a España. En el mejor de los casos, que Astana hubiera podido correr un Tour que aquel año ganó de forma gloriosa Carlos Sastre, Contador habría luchado por su segundo Tour, y tal vez si acaso hubiera intentado disputar la Vuelta después. Sólo tal vez y, desde luego, no en plena forma porque, como insisto a menudo, la mejor preparación para la ronda española no pasa por el Tour, que provoca un cansancio físico y mental enorme. Si se quiere ganar dos grandes vueltas, es a lo que voy, Giro y Vuelta son las mejores opciones. Al final, el Tour es casi apostarlo todo a una carta, porque tras disputar al máximo en la carrera francesa es difícil poder aspirar a ganar la Vuelta. 

Quintana, por tanto, tendría este año la opción de repetir el doblete que consiguió Alberto Contador en 2008. Creo que es un reto deportivo de primer orden y para el que el ciclista colombiano está preparado. Además, serían dos opciones de ganar una gran vuelta. La posibilidad de prepararse a conciencia para alcanzar dos picos de forma en el año. Creo que, pese a su juventud, Quintana está en disposición de conseguirlo. Hay otro componente, no menor, que hace pensar que la opción Giro-Vuelta es adecuada para el ciclista colombiano. El Tour presenta este año una sola contrarreloj individual, pero muy larga (54 kilómetros). Típica crono Tour que se le puede hacer complicada a Quintana, si bien es cierto que es la edición del Tour con menos kilómetros contrarreloj de siempre y que hay hasta seis finales en alto. Pero pienso que los recorridos del Giro (aunque algo menos inhumano este año, como siempre, muy montañoso) y de la Vuelta (marca de la casa, mucha montaña donde Quintana podría marcar la diferencia) pueden irle mejor al ciclista colombiano. Veremos qué decisión toma el equipo, o el patrocinador. Sin duda, cualquiera será positiva, porque vaya donde vaya Quintana tendrá opciones de destacar. Pero, ¿a que suena tentador ese reto de hacer Giro y Vuelta y emular aquel glorioso 2008 de Contador? 

Tour Down Under
Por otro lado, en la cuarta etapa del Tour Donw Under, disputada esta madrugada (hora española), el triunfo se lo ha llevado al sprint el  campeón alemán André Greipel, del Lotto Belisol (una vez más lo decimos aquí, precioso el maillot del equipo, que Greipel no lleva por vestir el de campeón nacional). Segundo ha sido Jurgen Roelandts y tercero Elia Viviani. Así las cosas, la general sigue sin cambios, con Cadel Evans al frente. El australiano del BMC saca 7" a su compatriota del Orica GreenEdge Simon Gerrans y 14" a Ulissi (Lampre). 

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