Previa del Tour de Flandes

Abril es un mes muy especial. Un mes poético, presente en multitud de canciones como sinónimo de alegría, vitalidad, amor. Abril es la explosión de la primavera, los días más largos y luminosos. El cuarto mes del año es, sin duda, uno de los más bellos del año. Todo eso está muy bien, pero para los amantes del ciclismo abril es mucho más que eso. Abril es el mes de mayor concentración de monumentos (3 de cinco). Abril significa grandes clásicas, épica sobre el pavé, pasión desbordado en los adoquines, ciclismo añejo. Abril es Tour de Flandes, Lieja-Bastoña-Lieja y París-Roubaix. Abril es ciclismo con mayúsculas, ciclismo de siempre, centenario.
 
En un deporte que se abre al imparable proceso de globalización y en el que llegan nuevas carreras en lugares éxitos e insospechados hace apenas unos años, es muy saludable que haya citas inamovibles en el calendario, citas trascendentales. El primer domingo de abril sólo significa una cosa para los amantes del ciclismo. Tour de Flandes, o  De Ronde van Vlaande según su denominación oficial en neerlandés. La carrera belga celebra mañana su 98 edición. Una prueba que es mucho más una carrera ciclista. Es una liturgia, una ceremonia de la religión del ciclismo belga y un evento mundial y de enorme trascendencia para los amantes de este deporte en todos los rincones del planeta. Es la clásica entre las clásicas. Probablemente, el monumento más espectacular (aunque para gustos, los colores). Los muros, los tramos de pavé y los dos combinados en once de las diecisiete cotas del recorrido. La entrega pasional de los aficionados al ciclismo que atestan cada tramo de la prueba con salida en Brujas y llegada a Oudenaarde. Naturalmente, la concentración de aficionados se da en la parte final, en los últimos kilómetros donde se concentran los muros, estrechos, con adoquín. Esos templos del ciclismo desde hace décadas. Paterberg. Koppenberg.
 
 259 kilómetros de recorrido en los que, como se aprecia en el perfil de la izquierda, la concentración de tramos de pavé y de muros se da en la parte final. Los primeros 100 kilómetros son llanos y allí buscarán su protagonismo los valientes que decidan formar la primera fuga del día, aquella que tiene pocos visos de triunfar, pero da atractivo y emoción a la primera parte de la carrera. Después, llegará el espectáculo. Irá subiendo la temperatura en esta primavera ciclista de Bélgica con la llegada de las primeras cotas y los primeros tramos adoquinados.
 
Al comienzo de esa segunda mitad en la que se divide el Tour de Flandes, cuando llegan los adoquines que han visto pasar grandes leyendas de nuestro deporte, los corredores subirán por primera vez el Oude Kwaremont (2,5 kilómetros al 4,8%). En la imagen de arriba se pueden ver, a la derecha, el detalle de todas las cotas. Las decisivas, en color rojo, serán grandes conocidos de los amantes de este deporte como Koppengerb (600 metros tan sólo, pero con un desnivel medio del 12,6% y con rampas que llegan al 22%) o el Paterberg (400 metros al 12,5%), el último muro que subirán los ciclistas. También pueden ser decisivos los pasos por el Taainberg (800 metros al 7,1%). Una vez ascendido el Paterberg, a los ciclistas les quedarán unos 15 kilómetros hasta la línea de meta.
 
La participación del Tour de Flandes de este año puede resumirse afirmando que están todos los que son. Todos los grandes aspirantes a la victoria, todos los corredores más potentes en las clásicas de primavera, los titanes sobre el pavé, serán de la partida. El favorito número uno es Fabian Cancellara (Trek). La locomotora suiza buscará emular su formidable victoria del año pasado (que después encadenó con un triunfo en la París-Roubaix). Espartaco es el hombre a seguir. Aunque esta expresión no es del todo acertada, pues es harto complicado seguir su ritmo demoledor cuando enciende ese motor natural que tiene en las piernas el portentoso corredor suizo. Frente a él, Tom Boonen (Omega Pharma Quick Step), tres veces ganador del Tour de Flandes, también aspira a la victoria.
 
No será, ni mucho menos, sólo un duelo a dos entre el suizo y el belga. Ojalá les veamos a ambos en su mejor versión, porque eso será garantía de espectáculo. Pero hay muchos más corredores a tener en cuenta. El siguiente en la lista puede ser Peter Sagan (Cannondale). El corredor eslovaco llega en forma a la carrera belga, tras vencer en E3 Harelbeke y una etapa en Los Tres Días de La Panne. Sagan fue segundo el año pasado en el Tour de Flandes. Recordarán que los medios que sólo cuentan con el ciclismo para noticias vistosas o negativas (especialmente estas últimas) sólo hablaron del Tour de Flandes por el gesto inadecuado que tuvo el joven eslovaco con una azafata en el podio. Roelandts (Lotto-Belisol) acompañó a Cancellara y Sagan en el podio. Él también aparece en la lista de candidatos.
 
El líder del Omega Pharm Quick Step, de entrada, es Boonen. Sus galones no se discuten, pero el conjunto belga tiene unas cuentas balas en la recámara. Las dos más contundentes son Niki Tersptra y Zdenek Stybar. Sep Vanmarcke liderá al Belkin, mientras que el BMC presenta un conjunto de garantías con hombres como Taylor Phinney, Greg Van Avermaet y Marcus Burghardt. Potente escuadra también la de Sky, con Geraint Thomas, Ian Stannard y Bradley Wiggins como hombres más destacados. No podemos olvidar en esta lista de candidatos a John Debenkolb (Giant-Shimano), Filippo Pozzato (Lampre-Merida), Luca Paolini y Alexander Kristoff (Katusha), Andrey Amador (Movistar), Egoitz García (Cofidis) o  Sylvain Chavanel (IAM Cycling).
 
Eurosport emitirá el Tour de Flandes a partir de las 14:30. Una vez vez, y salvo que haya cambios de última hora en su programación, Teledeporte dará de lado al ciclismo y no emitirá la prueba, por lo que quienes no tengan suscripción al canal de pago deberán navegar por la red de redes para encontrar enlaces que les permitan seguir la prueba.

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