Wiggins, un ciclista peculiar

Al margen de simpatías o antipatías personales, nadie puede negar que Sir Bradley Wiggins es un corredor peculiar, con personalidad, diferente a lo común. Todo en su carrera es especial. El corredor británico ha sido noticia estos días por partida doble, ya que se ha hecho oficial su renovación con Sky sólo hasta abril, con la París-Roubaix en mente, y la creación de su propio equipo continental, que se llamará Team Wiggins y que debutará este año en la Challenge de Mallorca que comienza  a finales de mes. Todo en Wiggins, en efecto, es especial. Él como corredor se ha encargado de alimentar la figura de ciclista peculiar. Tras brillar en la pista decidió dar el salto a la carretera con el objetivo, logrado, de convertirse en el primer corredor británico en ganar el Tour de Francia. Ahora sus próximos retos pasan por regresar a la pista y preparar a conciencia los Juegos Olímpicos de Río de 2016, no sin antes buscar la victoria en el Infierno del Norte

Es un ciclista distinto, y por eso mismo, necesario. No es sencillo ver hoy en día una actitud tan poco conformista, tan innovadora, tan decidida a renovar sus retos y a buscar nuevos objetivos como la que atesora Wiggins. Lo tenía todo en la pista. Había ganado tres oros olímpicos: el de persecución individual en Atenas 2004 y los de persecución individual y por equipos en Pekín 2008. Había sido seis veces campeón del mundo: en persecución individual en 2003, en persecución individual y por equipos en 2007, y en madison, persecución individual y por equipos en 2008. Lo tenía todo en pista, donde ha sido el mejor ciclista de la historia del Reino Unido, pero decidió dar un giro de 180 grados a su carrera y saltar a la carretera en un movimiento frecuente, es cierto, en varios corredores. Pero pronto vimos que su actitud también sería diferente, especial, en la carretera. 

Después de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 se centró en la carretera y, tras pasar por  el High Road/Columbia y el Garmin-Slipstream fue fichado en 2010 como líder del equipo Sky, un ambicioso proyecto que buscaba, y logró, revolucionar el ciclismo, y vestir de amarillo en París a un corredor británico por primera vez en la historia. Aquel año Wiggins ganó una etapa en el Giro de Italia y la prueba contrarreloj del campeonato nacional británico. Wiggins destacó como consumado especialista contra el reloj, pero ya en 2011 demostró que podía llegar más lejos, que podía aspirar a más retos al margen de conseguir victorias en las etapas contra el crono. Aquel año ganó el Critérium du Dauphiné y fue tercero en la Vuelta Ciclista a España. 

De soberbio ciclista de pista a contrarrelojista en el ciclismo de carretera y a partir de entonces, a aspirante a la victoria en las vueltas de tres semanas. Un reto titánico que Wiggins afrontó, y logró, en 2012. Un año para recordar, su mejor temporada. Aquel ejercicio, Wiggins en particular y el conjunto Sky en general arrollaron al resto de sus rivales en cada carrera. El ciclista británico ganó el Tour, escoltado en el podio por su compañero Chris Froome, con quien había tenido, y tiene desde entonces, una convivencia difícil, pues era evidente que el británico de origen keniata iba mucho más fuerte que su líder en la montaña. Aquel año Wiggins, que recibió el título de Sir por parte de la reina de Inglaterra al convertirse en el primer británico en ganar el Tour de Francia, también ganó la París-Niza más  una etapa, el Tour de Romandía más dos etapas, el Dauphiné más una etapa y el oro en la prueba contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Londres. 

Un año después, con Froome como líder del Sky para el Tour, Wiggins tuvo una temporada más discreta. En el Giro, donde lideró al equipo británico, no le acompañó la suerte y tuvo que abandonar. Logró sólo la crono de la Vuelta a Polonia y la Vuelta a Gran Bretaña, donde también obtuvo un triunfo parcial. En 2014, cuando parecía que la carrera de Wiggins seguía el tono discreto de la campaña anterior, el británico sorprendió a todos arrebatando a Tony Martin el oro en el Mundial contrarreloj de Ponferrada. Antes, en la primavera ciclista, había sorprendido ya al anunciar que disputaría la París-Roubaix. No sólo disputó la clásica, sino que concluyó noveno y demostró que está en condiciones de luchar por la victoria. "La carrera del año pasado me dejó a mitad de camino porque fue la demostración de que puedo hacerlo. Yo tenía una oportunidad de ganar la carrera a 10 kilómetros del final", ha explicado Wiggins a Sky News. 

Ahora, en un nuevo giro a su carrera, todo un ganador del Tour de Francia no muestra el menor interés por volver al trono de París. Ese reto ya lo logró. Ahora volverá a intentar la victoria en al París-Roubaix y volverá a la pista, aunque está por ver si, después de abril, no corre alguna carrera con su equipo continental recién creado. Wiggins será manager del equipo, cuya plantilla está formada por Steven Burke, Mark Christian, Jon Dibben, Owain Doull, Daniel Patten, Iain Paton, Andy Tennant y Michael Thompson. Por cierto, también es manager de este equipo Andrew McQuaid, hermano del oscuro expresidente de la UCI, Pat McQuaid.  

Al anunciarse el acuerdo con Sky para renovar hasta abril, Wiggins destacó la importancia que para él ha tenido formar parte de este equipo británico que, de nuevo más allá de las preferencias personales de cada uno, indudablemente ha jugado un papel determinante en el mundo del ciclismo en los últimos años. "Todo el mundo sabe lo que significa este equipo para mí, así que estoy muy contento de extender mi contrato hasta finales de abril de 2015. He estado con el Team Sky desde el principio. He tenido algunas experiencias increíbles durante ese tiempo y espero que haya unas cuantas más por venir. La inversión de Sky en el ciclismo, y en este equipo en particular, ha ayudado a cambiar el paisaje del ciclismo en el Reino Unido y estoy orgulloso de haber jugado un papel en esa historia", dijo Wiggins. Ahora buscará nuevos retos. Como siempre en su carrera. Oteando nuevos horizontes, marcándose nuevos objetivos. Una actitud que convierten a Wiggins en un ciclista especial, nada frecuente. 

Comentarios