Lo mejor del 2015 ciclista (II)

La sucesión de segundos puestos de Peter Sagan en el Tour había provocado este año muchas bromas sobre la falta de puntería del ciclista eslovaco. Ha perdido la mordiente. Le cuesta ganar. Este tipo de afirmaciones se escuchaban de él, la perla eslovaca, el ciclista que lo ganaba todo, el showman encima de una bicicleta cuyo mayor esfuerzo aparente los últimos años era innovar en sus celebraciones en meta, siempre originales. Se le acaban las ideas, pues ganaba mucho. Casi todo lo que se proponía. De repente, la suerte cambió. Y siempre le faltaba algo. Unos metros. Unos instantes. Haber salido antes aquí o haber aguantado unos instantes allí. Coger esta rueda en lugar de aquella. Esperar o adelantarse. Nunca daba en el clavo. Como si ganar fuera sencillo, y es que para él así parecía, o como si quedar segundo en tantas ocasiones seguidas, ni tercero, ni cuarto, siempre segundo, fuera fácil. 

Sagan no mostraba ansiedad por esa mala racha. Y eso que motivos tenía para ello. La falta de costumbre, como la de los delanteros que viven del gol y sufren cuando no anotan. El peculiar jefe de su equipo, el excéntrico millonario Oleg Tinkoff, que ya había sugerido que cobraba mucho el corredor eslovaco. Pero él, joven e impetuoso, no daba muestras de nerviosismo. Ya llegará la victoria, pensaba. Y llegó, sí. Primero, en la Vuelta a España, en Córdoba, donde se desquitó de esa racha de segundos puestos en el Tour, que le dejó una espinita clavada, pese a conquistar de nuevo el maillot verde de la regularidad. Y después en Richmond, Estados Unidos. En esos Mundiales con un recorrido plano, soso, cuyos repechos eran demasiado cortos para romper la carrera, donde parecía que todos nos íbamos a aburrir.

En la cita mundialista se lució Sagan, saltó al ataque bueno, el de Van Avermaet, en la ascensión final, y se marchó en solitario, decidido a emprender uno descenso kamikazes de los suyos, a no mirar atrás en los poco más de dos kilómetros que restaban para la meta. Saltó y nadie le pudo dar caza. Entró en meta con el tiempo suficiente para respirar hondo, alzar los brazos y saborear lo que acaba de conseguir. La mayor victoria de su carrera deportiva. Vestirá el arcoíris este año el corredor más mediático del pelotón internacional, el que para muchos poco informados nunca ganaba nada, hasta que brilló en un Mundial vibrante y caótico en el que le acompañaron en el podio otro joven llamado a grandes logros en pruebas de un día, Michael Matthews, y Ramunas Navardauskas, el primer lituano que consigue una medalla en un Mundial. Valverde, siempre en la pomada, acabó quinto. 

Otro nombre que merece aparecer en negrita y en posición destacada en este resumen del año es de John Degenkolb. El corredor alemán fue el protagonista de la primavera ciclista al ganar en la Milán-San Remo, primero de los cinco monumentos del ciclismo mundial, y después al alzarse con la victoria en el velódromo de Roubaix tras ser el más fuerte en el Infierno del norte. En la Classicissima se impuso al sprint al noruego Alexander Kristoff (Katusha) y al australiano Michael Matthews (Orica-GreenEdge). Era el primer monumento del corredor alemán, quien tres semanas después se llevó un adoquín como premio por su victoria en una París-Roubaix muy inusual, pues siete corredores se disputaron la victoria, cuando lo más frecuente es que entre uno (tres, como mucho) en cabeza). 

En el Tour de Flandes impuso su poderío Alexander Kristoff, quien ganó un mano a mano espectacular a Niki Tersptra y dio a Noruega la primera victoria de su historia en la clásica belga. La Lieja-Bastoña-Lieja habló español gracias a un colosal Alejandro Valverde, que ya sabía lo que era ganar este monumento, pero en 2006, hace nueve años. Una década en la élite. Nada usual, igual que el control absoluto de la carrera que mostró el corredor del Movistar, quien atacó cuando, como y donde quiso en La Decana. El quinto monumento de la temporada ciclista, el Giro de Lombardía, dejó una victoria son sabor a desquite, a venganza, de un portentoso Vincenzo Nibali, rabioso por haber sido expulsado de la Vuelta. 

Mañana, otras carreras relevantes de este 2015. 

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