Lo mejor del 2015 ciclista (yV)

Mikel Landa
Que Mikel Landa era un excelso escalador es algo que conocían todos los seguidores del ciclismo. Que podía estar en la lucha por las grandes vueltas, consiguiendo victorias ante los mejores corredores del mundo y pisando el podio de las rondas de tres semanas, quizá ni siquiera lo supiera el propio Landa. El ciclista vasco ha sido la gran sensación del 2015. Pocos dudan de que fue el hombre más fuerte del Giro. Sin duda, el escalador más desequilibrante y el único que podría haber puesto en duda la sensacional victoria de Contador. Pero estaba supeditado a su líder y nadie esperaba en el equipo semejante poderío del ciclista de Murguía. 

La primera pincelada de su fluidez en la montaña, de su talento, de su sobrado estado de forma, llegó en Aia, allí donde la carretera se empina hasta rampas inhumanas, donde resulta difícil subir andando, no digamos ya encima de una bicicleta, ganó Landa la quinta etapa de la Vuelta al País Vasco sin oposición posible. Era un aviso de los recitales que vendrían en el Giro: en la etapa reina, con ascensión al Mortirolo, y en Madonna di Campiglio. Landa estuvo a punto de poner en jaque el liderato de Contador en la última etapa de montaña, pero recibió la orden del coche de frenar. Ahí empezó a quedar claro que el ciclista vasco se marcharía del Astana en 2016 (correrá en Sky). Tras lucirse en la corsa rosa, Landa ayudó a Aru a ganar la Vuelta, después de ir por libre en la etapa andorrana, la más dura de siempre en la ronda española, que venció el ciclista vasco, sin duda, el llamado a suceder a los Contador, Valverde y Purito

Tom Dumoulin 
A la pregunta de qué corredor ha conquistado este 2015 a los amantes del ciclismo con su resistencia, su inteligencia y su enorme profesionalidad la respuesta, creo, sería prácticamente unánime. Tom Dumoulin. El ciclista holandés del Giant-Alpecin estuvo a punto de conquistar la Vuelta Ciclista a España, contra todo pronóstico, pero se le escapó por la batalla final que planteó el Astana en la sierra de Madrid en uno de los más brillantes días de ciclismo de este año. Finalmente Dumoulin fue quinto en la ronda española, pero su despertar como hombre de grandes vueltas, como aspirante serio en las rondas de tres semanas emulando a Indurain, avasallando en las cronos y resistiendo con astucia y autocontrol en la montaña, quedará siempre en el recuerdo y es una de las grandes noticias del año. Cedió ante Aru, pero cautivó a todos en esa Vuelta a la que llegó de rebote por la mala suerte de su caída en el Tour. 

Dumoulin ganó dos etapas en la Vuelta, la que acaba en la Cumbre del Sol final en alto, donde nos dejó boquiabiertos, y la crono. Para entonces, ya muchos le veíamos como el inesperado favorito a ganar la ronda española. Arrasó, pero no logró sentenciar la carrera, pues Aru quedó a sólo tres segundos. En Ávila, el holandés logró pescar tres segundos de ventaja que no fueron suficientes en la penúltima jornada. A estas victorias y su resistencia numantina hasta el penúltimo día al frente de la Vuelta se suma una etapa en la Vuelta al País Vasco y dos en la Vuelta a Suiza. Ver a Dumoulin como vueltómano será uno de los principales alicientes del 2016 ciclista. 

Peter Sagan
Peter Sagan logró cinco victorias en 2010, quince 2011, dieciséis en 2012, veintidós en 2013 y siete en 2014. 65 victorias en cinco años. Números difícilmente alcanzables para casi cualquiera en el pelotón, sobre todo si quien lo consigue no es un velocista puro. A pesar de esos datos arrolladores, o quizá precisamente por eso, al corredor eslovaco le persiguió durante buena parte de esta temporada una fama de segundón porque, acostumbrado como estaba a arrasar allá donde iba, se le resistían los triunfos. Persiguió una victoria de etapa en el Tour de todos los modos posibles: entrando en las volatas, atacando de lejos, metiéndose en las fugas en las jornadas de montaña, arriesgando al máximo en los descensos... Pero no llegó. Ganó el maillot verde, había conseguido ya una etapa en la Tirreno-Adriático, el Tour de California más dos victorias parciales, dos etapas en la Vuelta a Suiza y el oro en los nacionales de ciclismo en ruta y en contrarreloj. Es decir, no tenía en blanco el palmarés. Pero faltaba algo y esa ausencia de victorias en el Tour, la prueba más mediática, le marcó y le hizo ganarse esa inmerecida fama de segundón, sobre todo entre el público más generalista, el que no sigue toda la temporada ciclista. 

Llegó Sagan a la Vuelta con dos objetivos en mente: ganar alguna etapa y prepararse para el Mundial. Las logró ambas. Rompió su sequía en Málaga y pocos días después, cuando buscaba otro momento de gloria, una moto de la organización lo arrolló y le obligó a retirarse, con un monumental cabreo. Esta retirada, paradójicamente, le sirvió para preparar a conciencia el Mundial de Richmond, donde deslumbró con un ataque invencible en la última vuelta gracias al cual vestirá de arcoíris todo el año. Como para que sigan llamándole segundón. 

Alexander Kristoff
Tres etapas en el Tour de Qatar, una en el Tour de Omán, otra en París-Niza, la general de los Tres Días de La Panne más tres triunfos parciales, el Tour de Flandes, el Scheldprijs, dos etapas del Tour de Noruega, tres victorias en el Tour de los Fiordos, el GP Kanton Aargua, una etapa en la Vuelta a Suiza, otra en la Artic Race of Norway y el Gran Premio de Plouay. Es el palmarés de Alexander Kristoff este 2015. Si en lugar de escribirlo estuviéramos contándolo a viva voz, nos habríamos quedado sin aire a mitad de la lista. ¡20 victorias! El corredor noruego del Katusha ha sido el corredor con más triunfos este año. Cuando llegó al Tour de Flandes, su gran obra del 2015, su primer monumento, ya llevaba 9 triunfos. Un fuera de serie. 

La clásica belga fue, en efecto, su victoria más importante. Nunca antes un ciclista noruego, tierra de fiordos pero no de pavé y adoquines, había ganado el Tour de Flandes. Venció a Niki Terpstra, un consumado especialista en las clásicas de primaveras, sin darle siquiera opción en el mano a mano final. Kristoff es quizá el componente del pelotón que más difícil lo tiene en 2016, porque muy grande tiene que ser lo que consiga para que esté por encima de su arrolladora temporada. 

Joaquim Rodríguez
Para Joaquim Rodríguez el 2014 fue un año para olvidar. Ganó la Volta a Cataluña y una etapa, sí, pero no logró sus objetivos en las grandes vueltas. La suerte no le acompañó en el Giro, donde sufrió varias caídas, y acabó el año son lograr victorias. En 2015 hemos vuelto a disfrutar de un magnífico Purito. El corredor catalán ganó dos etapas de la Vuelta al País Vasco y la general final de la ronda, donde se enfrentó a rivales de la talla de Landa, Henao y Jon Izagirre, entre otros. Aquella victoria le dio ánimos para afrontar los otros retos de la temporada. 

En el Tour de Francia se le torció la lucha por la general, pero ganó dos etapas, una en el muro de Huy, al que rindió visita la ronda gala en su primera semana, y en Plateau de Beille. Aún le quedaba brillar en la Vuelta Ciclista a España, donde acabó segundo y ganó una etapa. Purito, segundo en el ranking World Tour sólo por detrás de Valverde, sigue en la brecha. En 2016 buscará más logros. 

Como este es el último artículo del año, no podemos terminar sin desear a los lectores del blog y a sus familias lo mejor para el 2016. ¡Feliz año nuevo!

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