Cuando faltaban 15 kilómetros para el final de la Milán-San Remo en Vía Roma, no nos engañemos, habíamos visto más bien poco espectáculo. Una fuga consentida en el comienzo de la etapa. Los equipos de los favoritos alternándose en cabeza. Caídas por la tensión para intentar situarse en la parte delantera del grupo. Pero poco más. Cada año sucede lo mismos. Es el primer monumento de la temporada. Es casi sacrílego hablar mal de la Classicissima. Pero, para qué mentir, es una de las grandes clásicas con menos emoción. Al menos, durante buena parte de su maratoniano recorrido. Es precisamente el hecho de que los corredores estén siete horas sobre la bicicleta lo que da enjundia a una prueba cuyo recorrido no da para mucho más que un final al sprint. Y, sin embargo, la Milán-San Remo tiene algo especial. Y cada año, este también, los amantes del ciclismo acabamos rindiéndonos sin condiciones a sus encantos.
Andábamos los espectadores algo decepcionados. Sí, era muy meritorio el esfuerzo de los miembros de la fuga. Roger Kluge (IAM Cyling), Maarten Tjallingii (LottoNL-Jumbo), Matteo Bono (Lampre-Merida), Gediminas Bagdonas (Ag2r La Mondiale), Marco Coledan (Trek-Segafredo), Andrea Peron (Team Novo Nordisk), Jan Barta (Bora-Argon 18), Mirco Maestri (Bardiani-CSF), Sergei Tvetcov (Androni Giocattoli), Samuele Conti (Southeast-Venezuela) y Adrian Kurek (CCC Sprandi) fueron los grandes protagonistas de la carrera durante muchos kilómetros. Pero poco diferenciaba a la carrera italiana de una etapa llana de cualquier gran vuelta con su esquema habitual: fuga, pelotón que echa abajo la escapada y sprint.
La mayor virtud de la Milán-San Remo, lo que la hace diferente, además de su recorrido cercano a los 300 kilómetros, es que es la gran clásica más impredecible de todas. No está al alcance de cualquiera, por supuesto, aunque sólo sea por el esfuerzo colosal de llegar en condiciones tras casi siete horas de carrera, aguantar las embestidas en el Poggio, resistir hasta el final en esta carrera de supervivencia. Pero el abanico de candidatos es siempre mucho más amplio que el de cualquier otro monumento. Difícil es que alguien no mencionado en las previas de todos los medios gane la París-Roubaix o el Tour de Flandes. Sí puede suceder, de hecho ocurre con cierta frecuencia, en la Milán-San Remo.
A Arnaud Démare (FDJ) lo mencionamos en la previa, pero de pasada. El joven velocista francés no estaba en la lista de los grandes favoritos. No se le concedían tantas opciones como a Peter Sagan, Alexander Kristoff, Michael Matthews o incluso Fernando Gaviria, el otro gran protagonista de la Milán San Remo. Pero se impuso. En un estrambótico y accidentado sprint. Sacando partido del infortunio que dio al traste con las aspiraciones del colombiano del Etixx-Quick Step, primer corredor de su país en disputar la clásica italiana y muy cerca de ser el primer en ganarla. Además, en su debut. A 300 metros de meta, la victoria parecía cosa de Gaviria o de Sagan. Ambos muy bien situados. Muy fuertes. Pero el primero se fue al suelo y desestabilizó al eslovaco, quien ya no pudo entrar en la volata.
Se impuso Démare, que ayer no se creía el logro más importante de su carrera. Con 24 años consigue una victoria en la Milán-San Remo. Un triunfo inolvidable que le permite entrar en el Olimpo del ciclismo actual. Para disgusto de Nacer Bouhanni, su enemigo íntimo. El corredor del Cofidis también llegó al final con opciones, pero se quedó fuera del sprint por un problema mecánico. Desolado terminó. Por no poder aspirar a la victoria y, especialmente, porque el ganador fuera su gran rival, Démare. El deporte está lleno de rivalidades, de grandes duelos. Y el de estos talentosos y aguerridos franceses es uno de los más marcados de la actualidad.
La paradoja de la Milán-San Remo, una carrera con un recorrido inhumano, interminable, es que suele comprimir toda su emoción en unos pocos kilómetros. Se concentró toda la Classicissima en la ascensión final al Poggio, el trepidante descenso hasta meta y el accidentado sprint final. A todos se nos vino a la mente su imponente triunfo en el Mundial de Ponferrada cuando Michal Kwiatkowski atacó subiendo al Poggio. Probó el corredor polaco repetir la misma jugada maestra de entonces. Y creímos que estuvo a su alcance. Tuvo su opción, sobre todo cuando se vio un ligero parón en el grupo perseguidor. Pero fue un espejismo para el ciclismo del Sky. Atacó Nibali, hambriento. Aceleró Cancelara, imponente. Y murió ahí el sueño de Kwiatkowski.
El sprint estaba cantado. La prueba, abierta. Muchos corredores con opciones. Lanzó el final Jurgen Roelandts. Le siguió Greg Van Avermaet. Entonces llegó la caída. Tan cerca de la gloria Gaviria, tan lejos al irse al suelo. Sentimientos encontrados para el sensacional sprinter colombiano del Etixx-Quick Step, a quien le quedan muchas, muchas ediciones de la Milán-San Remo para resarcirse de este decepcionante final, de esta inoportuna caída. Volverá. Démare se impuso en el accidentado sprint por delante de Ben Swfit y de Roelandts. Una Milán-San Remo sin grandes ataques, sin excesiva emoción más que en su parte final. Pero una Classicissima. Con todo lo que eso significa desde hace más de un siglo. Démare escribe su nombre en el palmarés de una prueba grande por encima de su recorrido plano y de cualquier otro condicionante.
El sprint estaba cantado. La prueba, abierta. Muchos corredores con opciones. Lanzó el final Jurgen Roelandts. Le siguió Greg Van Avermaet. Entonces llegó la caída. Tan cerca de la gloria Gaviria, tan lejos al irse al suelo. Sentimientos encontrados para el sensacional sprinter colombiano del Etixx-Quick Step, a quien le quedan muchas, muchas ediciones de la Milán-San Remo para resarcirse de este decepcionante final, de esta inoportuna caída. Volverá. Démare se impuso en el accidentado sprint por delante de Ben Swfit y de Roelandts. Una Milán-San Remo sin grandes ataques, sin excesiva emoción más que en su parte final. Pero una Classicissima. Con todo lo que eso significa desde hace más de un siglo. Démare escribe su nombre en el palmarés de una prueba grande por encima de su recorrido plano y de cualquier otro condicionante.
Clasificación
1. DEMARE Arnaud FRA FDJ FDJ 6.54'45" 0'00"
2. SWIFT Ben GBR SKY TEAM SKY 6.54'45" 0'00"
3. ROELANDTS Jurgen BEL LTS LOTTO SOUDAL 6.54'45" 0'00"
4. BOUHANNI Nacer FRA COF COFIDIS, SOLUTIONS CREDITS 6.54'45" 0'00"
5. VAN AVERMAET Greg BEL BMC BMC RACING TEAM 6.54'45" 0'00"
6. KRISTOFF Alexander NO KAT TEAM KATUSHA 6.54'45" 0'00"
7. HAUSSLER Heinrich AUS IAM IAM CYCLING 6.54'45" 0'00"
8. POZZATO Filippo ITA STH SOUTHEAST - VENEZUELA 6.54'45" 0'00"
9. COLBRELLI Sonny ITA BAR BARDIANI CSF 6.54'45" 0'00"
10. TRENTIN Matteo ITA EQS ETIXX - QUICK-STEP 6.54'45" 0'00"
11. SANCHEZ GIL Luis Leon ESP AST ASTANA PRO TEAM 6.54'45" 0'00"
12. SAGAN Peter SVK TNK TINKOFF 6.54'45" 0'00"
13. MONTAGUTI Matteo ITA ALM AG2R LA MONDIALE 6.54'45" 0'00"
14. SLAGTER Tom Jelte NED CPT CANNONDALE PRO CYCLING TEAM 6.54'45" 0'00"
15. VALVERDE BELMONTE Aleja ESP MOV MOVISTAR TEAM 6.54'45" 0'00"
16. BAKELANDTS Jan BEL ALM AG2R LA MONDIALE 6.54'45" 0'00"
17. BONIFAZIO Niccolò ITA TFS TREK - SEGAFREDO 6.54'45" 0'00"
18. VICHOT Arthur FRA FDJ FDJ 6.54'45" 0'00"
19. GESCHKE Simon GER TGA TEAM GIANT - ALPECIN 6.54'45" 0'00"
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