Hayman gana una portentosa París-Roubaix

Cuentan que hay gente a la que no le gusta el ciclismo. Nos aseguran que existen personas que piensan que este deporte es aburrido y que bromeaban con lo oportuno del horario de las carreras, adecuado para echarse una siesta. Hay quien asevera que el ciclismo es soso, que no le ven la gracia. Nos dicen que hay medios de comunicación que informan de este deporte sólo cuando hay casos de dopaje o imágenes de caídas aparatosas, sin decir si quiera quien ha ganado esa prueba. eso cuentan. Aunque cuesta mucho creerlo después de haber gozado de la París-Roubaix más espectacular e intensa en muchos años. Para gustos, claro, están los colores. Entiéndase la hipérbole. Pero también, la extrañeza por quien no cae entregado al fascinante duelo sobre los adoquines, al bendito caos, a la ruptura del pelotón en incontables grupos, la carrera de supervivencia camino del velódromo de Roubaix. 

Comparar carreras históricas carece probablemente de sentido, pero uno no recuerda con facilidad un Infierno del Norte que se ajuste más a su nombre en las últimas temporadas. Fue una carrera apoteosica, un duelo descomunal entre los gladiadores de la bicicleta, y de ellos contra el infortunio. Ese que, a causa de una montonera y del enorme trabajo del Etixx-Quick Step, provocó un primer corte en el gran grupo que dejó a Fabian Cancellara y a Peter Sagan cortados. El ciclista del Trek, que buscaba su cuarto adoquín como vencedor de la París-Roubaix en su última participación, en principio, en el monumento, y el del Tinkoff, que venía de ganar el Tour de Flandes y quería repetir en una gran clásica, se emplearon a fondo para dar caza al grupo delantero, donde habían quedado los otros grandes favoritos.

Por detrás, los hombres de Espartaco y del campeón del mundo intentaban recortar distancias. Por delante, Tony Martin daba una exhibición portentosa. Se entregó el ciclista alemán a sus líderes, con Tom Boonen persiguiendo su quinta victoria en la París-Roubaix, la que le daría una plaza privilegiada y única en el Olimpo del Infierno del Norte. Jasper Stuyven, gregario de lujo de Cancellara, y Martin, al servicio de Boonen, se batieron en la distancia durante muchos kilómetros, hasta que el ciclista suizo del Trek y Peter Sagan decidieron asumir la persecución en primera persona, lanzando sendos ataques. En ese instante, cuando les separaban poco más de 30 segundos del grupo de favoritos donde había entrado ya el Lotto-NL Jumbo de un impresionante Vanmarcke, Cancellara se fue al suelo. La caída dejó al corredor helvético sin opciones y a punto estivo de tirar a Sagan, quien con su pericia habitual sobre la bicicleta evitó la caída, pero ya se quedó solo y desfondado. Descartado para la victoria. 

El triunfo estaba arriba, en un grupo a cada rato más pequeño por los tirones del Etixx y del Sky, que metió a varios hombres en cabeza, aunque dos caídas sucesivas mermaron las fuerzas del equipo británica, que tenía a Stannard como jefe de filas. Siete corredores quedaron en cabeza: Imanol Erviti (Movistar Team), Tom Boonen (Etixx-Quick Step), Edvald Boasson Hagen (Dimension Data), Ian Stannard (Team Sky), Aleksejs Saramotins (IAM Cycling), Sep Vanmarcke (LottoNL-Jumbo) y Matthew Hayman (Orica-GreenEdge). La presencia del ciclista del Movistar, impresionante otra vez, demuestra que su excelso rendimiento en el Tour de Flandes no fue una casualidad. Después de haber disputado muchas ediciones de las clásicas de primavera, Erviti se destapa como un clasicómano resistente y capaz de estar en la pomada hasta el final. Extraordinario. 

Las hostilidades entre los hombres de cabeza se volvieron a desatar en la entrada al Carrefour de l'Arbre, donde Vanmarcke, que se lo jugaba todo a evitar una llegada al sprint, lanzó un ataque poderoso. Seleccionó aún más el grupo. No resistieron Saramontins ni Erviti. Cinco hombres quedaron en cabeza. El propio Vanmarcke volvió a intentarlo antes de las proximidades del velódromo de Roubaix. Quería evitar llegar junto al resto de compañeros. Pero le volvieron a coger. Se movió después un asombroso Mayew Hayman, que habría de sorprendernos aún más unos pocos kilómetros más allá. Con 38 años y sólo una victoria en su palmarés, la París-Bourges en 2011, la mera presencia del ciclista australiano del Orica-GreenEdge en el grupo delantero era ya un acontecimiento. El tercer corredor más veterano de los que tomaron la salida en las cercanías de París, seguía en la lucha. 

Al ataque de Hayman lo respondió un Tom Boonen llamado por el destino, con la fuerza de saber que tenía una oportunidad dorada, quien sabe si la última (es muy posible que el corredor belga se retire este año) de ganar su quinta París-Roubaix, algo que nadie ha logrado nunca, una hazaña prodigiosa que le situaría en un nivel que nadie sobre la tierra alcanzó. El ciclista belga del Etixx-Quick Step sabía que lo tenía todo a favor. Marchaba con las fuerzas de su segunda (o tercera juventud) y con la ilusión de sumar cinco adoquines en su casa. Cazó a Hyman y juntos entraron en el velódromo de Roubaix. También llegaron a su altura Vanmarcke y Stannard. La victoria se decidiría en un sprint a cuatro. Bélgica entera y medio mundo ciclista, o un poco más, deseaba la victoria de Boonen, por lo que tenía de épico, de histórico, de inaudito. Pero ganó Hayman. 

Venció el más veterano. El que menos contaba en las apuestas. Por quien nadie daba un duro. Ni él mismo. Una de las imágenes de esta apasionante París-Roubaix llegó, precisamente, tras acabar la prueba, con la cara de asombro de Hayman, incrédulo, sorprendido, casi se diría que asustado. En estado de shock.  Incapaz de valorar lo que acababa de conseguir. "Sencillamente no me lo puedo creer. Es mi carrera favorita, con la que siempre he soñado. Y hoy ni siquiera me atrevía a soñar. Sencillamente estaba corriendo y disfrutando. Me rompí el brazo hace 5 semanas y me he perdido toda la competición. Volví a la competición justo la semana pasada en España. Guardé piernas durante todo el día y puedo decir que en el final el resto estaban también muy cansados. He jugado al juego y he tenido suerte", declaró. 

Otra vez ganador sorpresa en un monumento, como Démare en la Milán-San Remo. Sigue la fiesta del ciclismo, con la Vuelta a Castilla y León y la Amstel Gold Race en el horizonte. Ayer también se disputó la Klasika Primavera, donde ganó Giovanni Visconti, del Movistar

Clasificación 
1. HAYMAN Mathew    ORICA GreenEDGE    05h 51' 53''
2. BOONEN Tom    ETIXX-QUICK STEP    + 00' 00''
3. STANNARD Ian    TEAM SKY    + 00' 00''
4. VANMARCKE Sep    TEAM LOTTO NL - JUMBO    + 00' 00''
5. BOASSON HAGEN Edvald    TEAM DIMENSION DATA    + 00' 03''
6. HAUSSLER Heinrich    IAM CYCLING    + 01' 00''
7. SIEBERG Marcel    LOTTO SOUDAL    + 01' 00''
8. SARAMOTINS Aleksejs    IAM CYCLING    + 01' 00''
9. ERVITI Imanol    MOVISTAR TEAM    + 01' 07''
10. PETIT Adrien    DIRECT ENERGIE    + 02' 20''
11. SAGAN Peter    TINKOFF    + 02' 20''
12. WYNANTS Maarten    TEAM LOTTO NL - JUMBO    + 02' 20''
13. NAESEN Oliver    IAM CYCLING    + 02' 20''
14. ROWE Luke    TEAM SKY    + 02' 20''
15. SINKELDAM Ramon    TEAM GIANT-ALPECIN    + 02' 20''
16. VAN BAARLE Dylan    CANNONDALE    + 02' 20''
17. DE BACKER Bert    TEAM GIANT-ALPECIN    + 02' 20''
18. DURBRIDGE Luke    ORICA GreenEDGE    + 04' 40''
19. BURGHARDT Marcus    BMC RACING TEAM    + 05' 48''
20. LAPORTE Christophe    COFIDIS, SOLUTIONS CREDITS    + 06' 18''

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