Dónde se decidirá el Tour


Cinco etapas restan para el final del Tour de Francia. La carrera gala llega a su última semana, como viene siendo habitual, con Chris Froome al frente. La sensación de superioridad aplastante del corredor británico nacido en Kenia trasciende las diferencias sobre sus rivales. Estas son abultadas, sí, pero no necesariamente definitivas. 1:47 sobre Bauke Mollema, 2:45 sobre Nairo Quintana y 3:17 sobre Alejandro Valverde. Por encima de la barrera de los cuatro minutos están Romain Bardet, Richie Porte y Tejay Van Garderen. Pero a veces el tiempo no es el único ni el mejor modo de calibrar las diferencias entre el líder y sus rivales. Y la impresión de poderío del corredor del Sky es muy superior a la que indica el tiempo que les saca en la general. 
En esta jornada de descanso del Tour queremos analizar lo que queda de Tour y lo que se puede esperar de las cinco etapas restantes. Empezamos con el análisis breve de las cuatro próximas jornadas (la quinta es la etapa final, la de la fiesta de los Campos Elíseos en honor del ganador y el resto de supervivientes).

Mañana parte de Berna la etapa 17 de la carrera gala, que transcurrirá íntegramente por territorio helvético y que muchos consideran la etapa reina de este Tour. Bien puede serlo, por la exigencia del recorrido, con dos puertos de tercera, uno de primera categoría y meta en un coloso de categoría especial. Y también por llegar después de la jornada de descanso, día en el que tradicionalmente hay sustos, pájaras y sorpresas. 

Un día excepcional para intentar inquietar al Sky, cuyo patrón declaró hace un par de días que le daba la sensación de que Movistar, que tiene al cuarto y al quinto clasificado de la general, está corriendo más para la clasificación por equipos que para el triunfo final, lo cual echa sal en la herida del equipo telefónico, al que no pocos aficionados acusan de falta de ambición, y demuestra también la superioridad abrumadora con la que el conjunto británico afronta lo que queda de carrera. 


Cronoescalada para la etapa 18. Un recorrido de 17 kilómetros, no todos ellos en ascenso. Los cuatro primeros son prácticamente llanos y los 2,5 últimos, en descenso. Es decir, la subida queda comprimida en unos 10,5 kilómetros. En todo caso, terreno suficiente para que haya diferencias importantes. Buen día para escaladores. Mollema, que rindió con enorme solvencia en la crono larga, y Quintana deberían intentar recortar distancias con el ciclista británico del Sky, aunque no hay demasiadas razones para pensar que no sea el propio Froome quien amplíe su ventaja. 


El viernes, más montaña. Otra etapa de las que es candidata clara a ser considerada como jornada reina. Son 146 kilómetros, eso sí, menos de lo habitual en las grandes jornadas alpinas. Pero no hay un metro llano. De salida, una ascensión al Collet de Tamié no puntuable. Y después, sin solución de continuidad hasta la meta, el Col de la Forclaz de Montmin (de primera), el Col de la Forclaz de Querige (de segunda), el Mintee de Bisanne (de categoría especial) y la meta en el Mont Blanc (de primera). 

Por si quedara algo por decidir a estas alturas de carrera, el sábado, penúltima etapa, como ya es habitual en las tres grandes vueltas, el Tour ha situado una jornada de montaña. Dos puertos de primera, uno de segunda y el Col de Joux Plane, de categoría especial, como colofón a unos 12 kilómetros de la meta en Morzine. El domingo, como siempre, final en París. 

Esto es lo que queda de carrera. ¿Qué cabe esperar? La gran duda está en saber si los ciclistas situados más cerca (o menos lejos, porque todos parecen estar lejísimos) de Froome en la general buscan ganar el Tour, sabiendo que es una misión casi imposible, o luchan entre ellos por el podio. Esa es la clave. Por lo visto hasta ahora, cuesta prever movimientos alocados, de jugarse el todo por el todo. Porque Froome no ha perdido tiempo contra nadie en ningún terreno. Porque es el patrón de la carrera y todos, atemorizados, se rinden a su poderío. Y, también, porque el Sky es una maquinaria perfectamente engrasada, sin el menor atisbo de debilidad.


Por tanto, cuesta pensar que veremos un aluvión de rebeliones contra el tirano de este Tour. Pero es lo que todos esperamos, claro. Hay un ciclista que parece ser el más fuerte de los mortales (es decir, exceptuando a Froome y a sus gregarios), y dos equipos con un par de bazas. Aquel ciclista es Bauke Mollema. En su contra tiene que, hasta ahora, nunca ha sido lo suficientemente regular en una gran vuelta. Pero jamás estuvo tan cerca ni llegó, aparentemente, tan fuerte a la última semana de Tour. Está a menos de dos minutos de Froome. Puede soñar en amarillo, aunque también puede pensar que, con un minuto sobre Adam Yates y 1:20 sobre Quintana, más le conviene asegurarse el puesto en el podio. De esa ambición, o de la falta de ella, dependerá en parte lo que veamos en lo que queda de Tour. 

Los dos equipos con sendas opciones son el Movistar, con Quintana cuarto a 2:59 y Valverde quinto a 3:17, y el BMC, que tiene a Richie Porte a 4:27 y a Tejay Van Garderen a 4:47. Es cierto que el equipo estadounidense está más lejos y que, al parecer, la relación entre el australiano y el estadounidense es más bien mejorable. Pero, con dos corredores dentro del top 10, deberían intentar agitar la carrera. 

Más presión aún tiene el Movistar. El equipo español consiguió ser la mejor escuadra el año pasado y meter en el podio final de París a sus dos líderes. Este año la única manera de mejorar lo conseguido en 2015 es ir a por el Tour. Sin calculadoras. Sin mirar de reojo la siempre prestigiosa, pero secundaria, clasificación por equipos. Sin pensar más en retener lo que se tiene que en conseguir lo que se ansía. Prefiriendo ser décimos, pero habiéndolo intentado, que terceros tras seguir una estrategia conservadora. El problema es que a Quintana no se le ha visto fino. La impresión, de hecho, es que Valverde, que viene de hacer podio en el Giro, parece más fresco que el corredor colombiano. 

Todo lo que se diga ahora de Quintana, acostumbrado a acabar muy bien las carreras de tres semanas, es susceptible de tener que ser rectificado. Pero se le ve con mucha presión, por saberse el máximo rival de Froome, desde el principio del Tour. Y no se le ha visto súper. También ha sido muy reservón. Puede que porque se esté guardando para probar un gran ataque en las etapas alpinas que restan. O quizá porque no tiene piernas para más. Ya el año pasado, Movistar tardó demasiado en remover el trono de Froome. Agitó algo la carrera, pero en el penúltimo día, ya tarde. ¿Se está reservando Quintana para estas etapas finales? ¿Jugará Movistar las dos bazas? ¿Dará más libertad a Valverde? Hay muchas dudas y sólo dos evidencias: que Froome da la sensación de ser todopoderoso y que el Movistar debe intentar algo, porque no le vale quedar así, cuarto y quinto en la general. 

No olvidemos que el jovencísimo Adam Yates, del Orica-GreenEdge, sigue siendo tercero de la carrera. Lejos ya de la general, pero con posibilidades de probarlo desde lejos, están Romain Bardet, Dan Martin y Fabio Aru, llamados a ser animadores de las últimas jornadas del Tour que empezaremos a disfrutar mañana. 

Clasificación general
1    Christopher FROOME    GBR    SKY    68:14:362    Bauke MOLLEMA    NED    TFS    +1:473    Adam YATES    GBR    OBE    +2:454    Nairo Alexander QUINTANA ROJAS    COL    MOV    +2:595    Alejandro VALVERDE BELMONTE    ESP    MOV    +3:176    Romain BARDET    FRA    ALM    +4:047    Richie PORTE    AUS    BMC    +4:278    Tejay VAN GARDEREN    USA    BMC    +4:479    Daniel MARTIN    IRL    EQS    +5:0310    Fabio ARU    ITA    AST    +5:1611    Roman KREUZIGER    CZE    TNK    +5:2412    Louis MEINTJES    RSA    LAM    +5:4813    Joaquin RODRIGUEZ OLIVER    ESP    KAT    +5:5414    Sébastien REICHENBACH    SUI    FDJ    +8:4015    Sergio Luis HENAO MONTOYA    COL    SKY    +12:2416    Pierre ROLLAND    FRA    CDT    +12:2417    Geraint THOMAS    GBR    SKY    +12:4718    Warren BARGUIL    FRA    TGA    +19:0519    Mikel NIEVE ITURALDE    ESP    SKY    +24:0620    Alexis VUILLERMOZ    FRA    ALM    +27:44

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