Sagan brilla y Froome asombra

Froome lidera el Tour de Francia superada la primera semana de carrera. Hasta ahí, todo normal. Forma parte de la rutina de la carrera francesa en los últimos años. Lo esperable, lo previsible. Pero nada es igual a siempre. El corredor británico de origen keniata está adoptando una estrategia bien distinta a la habitual. Probablemente, porque no tiene la sensación de contar con una superioridad tan abrumadora sobre sus rivales. Acostumbrado a imponer con su poderío, ahora está jugando, con innegable éxito, a sorprender. Hoy, atacando cuando nadie lo esperaba, de la mano del incombustible Peter Sagan, que ha ganado su segunda etapa en este Tour. 


Se podrá discutir si la estrategia de Froome está siendo la adecuada o no. También se puede debatir mucho sobre la razón que lleva al líder del Sky a atacar bajando o en etapas como la de hoy, previa al Mont Ventoux (aunque la etapa se ha recortado por los fuertes vientos que se esperan en la mítica cima) y a la contrarreloj larga del Tour. Pero lo que parece indudable es que este Froome, el que busca embocadas allí donde jamás se habría pensado que llegaría un movimiento del tan frío y calculador corredor del Sky, cautiva más. Estamos viendo a otro Froome, mucho menos previsible, mucho más divertido. Lo de menos es que sea un cambio de actitud debido a que confía menos en su dominio sobre el resto de rivales. Quizá vayan por ahí los tiros. Pero es lo de menos. 

Que Froome haya atacado hoy, vestido de amarillo, en la previa de etapas trascendentes en la lucha por la general, es algo que nunca se podría haber esperado de ese corredor impertérrito que sólo se fija en su potenciómetro, que no da espectáculo, ni sorprende, ni se sale del guión establecido. Quizá el estereotipo que acarreaba el ciclista del Sky era, como todos, injusto y simplista. Este Froome diferente, sin duda, llega más al espectador. Hoy sólo ha logrado sacar esos segundos al grupo de favoritos, aunque alguno, como Joaquim Rodríguez, se ha dejado más de un minuto. El tiempo es lo de menos. Es el propio movimiento de Froome lo que asombra. Sigue líder. Es un poco más líder. Sin haber descolgado aún a Quintana en la montaña y explorando nuevas vías de dañar a sus rivales. Segundo golpe moral inesperado y genial del corredor británico. 

Lo de Sagan, claro, está en otro nivel. Por la estratosfera, más o menos. O tal vez más allá. El campeón del mundo es único. Pocos corredores hay en el pelotón internacional que puedan compararse con el ciclista eslovaco. Hoy ha conseguido su segunda victoria parcial en este Tour, un día después de asumir toda la responsabilidad de la fuga, y ser atrapado por el Orica-GreenEdge, al ceder en sprint frente a Michael Matthews. Del corredor del Tinkoff sólo cabe esperar una cosa: atacar. Siempre. Probarlo. Entregarse al máximo. Luchar por victorias. Aceptar con resignación que en cada fuga donde entre será automáticamente el hombre a seguir, el gran rival, el ciclista a quien todos los demás le dejarán el rol protagonista. Decíamos ayer que no era fácil ser Peter Sagan. No lo es por ese marcaje del resto. Y no lo es, sobre todo, porque se puede contar con los dedos de las manos, y probablemente sobren unos cuantos, los ciclistas en activo con un talento similar al del corredor eslovaco

Se dice mucho aquello de que Sagan (sí, el campeón del mundo, ese mismo Sagan, el que lleva ocho victorias este año) es un segundón. Podría ser hasta simpático, si no resultara tan ofensivo y tan falso. Sagan tiene muchos segundos puestos porque está siempre muy cerca de la victoria, algo que, obviamente, no está al alcance de cualquiera. Sagan disputa el maillot verde de la regularidad del Tour, donde este año, igual que los cuatros anteriores, no tiene rival. Suma dos etapas. Y seguirá luchando. Y quizá tenga otro segundo puesto y haya quien, ufano, recuerde aquella fama de segundón, aunque para ello tenga que olvidar que significa ese arcoíris que lleva al pecho o cuántos triunfos de extraordinario nivel ha conseguido el corredor eslovaco. Poco importa. 

Junto a Sagan y Froome llegó en cabeza Bodnar. Antes, batalla permanente entre distintos equipos, el viento jugando a dar sorpresas. Y una escapada, de Arthur Vichot (FDJ) y Leigh Howard (IAM), que fue neutralizado pronto, antes del trepidante final. 

Froome parte mañana de líder, con 28 segundos de ventaja sobre Adam Yates, 31" sobre Dan Martin, 35" Nairo Quintana, 56" sobre Bauke Mollema, Romain Bardet y Sergio Luis Henao, 1:13 sobre Alejandro Valverde y Tejay Van Garderen, 1:28 sobre Roman Kreuziger, 1:35 sobre Fabio Aru y 1:52 sobre Joaquim Rodríguez

La etapa de mañana, que tenía previsto acabar en la cima del Mont Ventoux, ha sido acortada. La muy esperada duodécima etapa concluirá en la zona de Chalet-Reynard, antes de que desaparezcan los árboles del paisaje y se entre en esa zona tan pelada que causa vientos severos. Una lástima para la carrera, pero la seguridad de los corredores es siempre lo primero. 

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