Gilbert se exhibe en el Tour de Flandes

Ganar el Tour de Flandes supone un triunfo excepcional sean cuales sean las circunstancias. Vencer cómo lo hizo ayer Philippe Gilbert son palabras mayores. El campeón belga protagonizó una de las mayores hazañas de la centenaria clásica, que volvió a regalarnos escenas fascinantes, mucha emoción, alternativas constantes y movimientos valientes al calor de la entregada afición belga que adora este deporte y venera especialmente esta carrera. Queda mucha temporada por delante, pero se antoja difícil que podamos vibrar tanto como ayer con De Ronde van Vlaanderen. No es habitual vivir una clásica tan rompedora, tan salvaje, tan apasionante como la de ayer. 


Para calibrar bien la magnitud de lo vivido en el Tour de Flandes de este año, edición 101, basta con señalar que la carrera empezó a romperse en la ascensión al Kapelmuur, a 95 kilómetros de meta. A pesar de la gran distancia hasta el final, este escenario de peregrinación para los amantes del ciclismo, este santuario sagrado para el deporte de la bicicleta, fue decisivo. Por delante marchaba la escapada formada al comienzo de la clásica, pero el segundo monumento del año empezó a decidirse en un acelerón en el muro de la capilla más famosa de la historia del ciclismo, donde quedaron cortados, entre otros, Peter Sagan y Greg Van Avermaet

Se empeñaban el eslovaco del Trek y el belga del BMC por dar caza al grupo delantero, donde Tom Boonen corría marcando un ritmo exigente en cabeza su último Tour de Flandes. El corredor belga, tres veces ganador de esta prueba, recibió un sentido homenaje en la salida de la carrera, en una abarrotada plaza entregada a los titanes de la bicicleta, con una pasión por el ciclismo que no por vista cada año fascina menos. Boonen contribuyó a la victoria final de Philippe Gilbert, compañero en el Quick Step-Floors, que venía en plena forma tras ganar con un abrumador dominio Los Tres Días de La Panne

Sufrió un pinchazo Boonen y tuvo problemas con la bici de repuesto, lo que le dejó fuera de la carrera mucho antes de lo deseado. Cuando Boonen, mítico, legendario, sufría y maldecía por esa mala suerte, la cara de varios aficionados alrededor mostraban la gravedad de lo que estaba ocurriendo. No todos eran conscientes de que estaban asistiendo al final de la historia de Boonen en el Tour de Flandes. No todos sabían que lo que veían era mucho más que un corredor cambiando de bici por un problema mecánico. Alguno que otro se llevó las manos a la cabeza, consciente de que era terriblemente injusto que una leyenda viva de este deporte y de esta carrera se despidiera de De Ronde así. 

Pero así es el ciclismo, como la vida, no siempre justo. Se quedó fuera Boonen y a falta de algo menos de 50 kilómetros para el desenlace de la prueba, como haciéndolo un poco por su compañero, y otro poco, u otro mucho, por volver a su mejor versión, aquella de ciclista dominador en las clásicas, de 2011, cuando ganó la Lieja-Bastoña-Lieja. Gilbert tenía ya tres monumentos en su palmarés, pues también había ganado el Giro de Lombardía en 2009 y 2010. Pero lo de ayer fue algo diferente. Mucho más importante, mucho más meritorio. 

Con más de 40 kilómetros por delante, atacó Gilbert. Y avanzó él solo, confiado en sus fuerzas, provocando el delirio de los aficionados, jaleando al campeón belga en la prueba belga por excelencia. Éxtasis en los muros, felicidad suprema. Solo se fue Gilbert hacia adelante y solo llegó a meta. Tan solo, con tanta ventaja, tan sobrado, que pudo entrar con la bici en los brazos. Brutal. Descomunal. Inconmensurable. Es una de las mayores hazañas sobre los adoquines del Tour de Flandes en los últimos años. 

Fue una clásica muy accidentada. No sólo Boonen se vio fuera de la carrera antes de tiempo. También Sep Vanmarcke sufrió una caída, igual que Peter Sagan. El ciclista eslovaco se había echado a las espaldas, para variar, la responsabilidad de dar caza a Gilbert. Estaba a cerca de un minuto cuando se fue al suelo y se vio obligado a abandonar la prueba. Estaba muy lejos y es muy posible que no hubiera podido dar caza al campeón belga, pero el campeón del mundo lo intentó hasta el final, cuando un enganchón con una valla puso punto final a su participación en el Tour de Flandes. Asumió entonces la tarea de intentar atrapar a Gilbert su compatriota Greg Van Avermaet, quien sólo pudo ser segundo, imponiéndose en el sprint por el segundo puesto a los belgas Niki Terpstra y Dylan Van Baarle. 

Fue, en fin, un Tour de Flandes apasionante que será recordado por la exhibición de otra época de Philippe Gilbert. 

Clasificación
1    Philippe GILBERT    BEL    QST    35    6:23:45
2    Greg VAN AVERMAET    BEL    BMC    32    +29
3    Niki TERPSTRA    NED    QST    33    +29
4    Dylan VAN BAARLE    NED    CDT    25    +29
5    Alexander KRISTOFF    NOR    KAT    30    +53
6    Sacha MODOLO    ITA    UAD    30    +53
7    John DEGENKOLB    GER    TFS    28    +53
8    Filippo POZZATO    ITA    WIL    36    +53
9    Sylvain CHAVANEL    FRA    DEN    38    +53
10    Sonny COLBRELLI    ITA    TBM    27    +53
11    MICHAEL VALGREN ANDERSEN    DEN    AST    25    +53
12    Luke DURBRIDGE    AUS    ORS    26    +53
13    Matteo TRENTIN    ITA    QST    28    +53
14    Yoann OFFREDO    FRA    WGG    31    +53
15    Gianni MOSCON    ITA    SKY    23    +53
16    Scott THWAITES    GBR    DDD    27    +53
17    Tony GALLOPIN    FRA    LTS    29    +53
18    Nelson OLIVEIRA    POR    MOV    28    +53
19    Fabio FELLINE    ITA    TFS    27    +1:01
20    André GREIPEL    GER    LTS    35    +2:29

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