Giro de Italia: La mítica rivalidad Coppi-Bartali

Las grandes rivalidades engrandecen las competiciones deportivas desde sus orígenes. Puede que en Italia no haya habido nunca un enfrentamiento tan excepcional como el que protagonizaron Gino Bartali y Fausto Coppi, dos ciclistas totalmente distintos, dentro y fuera de las carreteras. Los antagonistas perfectos en un tiempo de pasiones enfervorecidas. La clásica historia del veterano corredor que empieza a ceder terreno ante el empuje de un joven prometedor que creció a su sombra y quiere devorarlo, matar al padre. Un duelo apasionante que, además, tuvo componentes extradeportivos, pues Bartali era muy católico y Bartali, más bien ateo. Uno, discreto, callado; el otro, impulsivo, revolucionario. La rivalidad perfecta, que pasó a la historia. 


Gino Bartali, nacido en 1914 en una familia humilde en Ponte a Ema (Florencia), tuvo una carrera muy larga, que se vio afectada por la II Guerra Mundial. Compitió entre 1935 y 1954. Fue una de las grandes estrellas de la época. En 1936 ganó su primer Giro de Italia, y repitió este logro un año después. Antes del parón por la contienda bélica, también se adjudicó el Tour de Francia en 1938. Se detuvieron las competiciones por culpa de la guerra, tiempo en el que Bartali salvó a 800 judíos, ya que escondía en su bicicleta la documentación con la que pudieron escapar de Italia. 

Cuando Bartali murió, en el año 2000, nadie sabía su historia. De hecho, el ciclista italiano era uno de los ídolos de Mussolini, quien le impulsó a ir al Tour de 1938, que ganó con enorme holgura. Bartali era, de algún modo, un símbolo del partido fascista italiano. Pero, mientras tenía esa imagen, por su talante conservador y su férreo catolicismo, salvaba la vida de cientos de judíos. Una historia impactante, que eleva la figura de Bartali a otra dimensión. 

Lo cierto es que el parón por la guerra impidió al ciclista italiano conseguir más triunfos. Pero, aun así, ya con el joven Fausto Coppi pidiendo paso,  todavía le quedaron fuerzas para ganar el Giro de Italia de 1946 y el Tour de Francia de 1948. En su palmarés también aparecen, entre otras muchas pruebas, cuatro Milán-San Remo (1939, 1940, 1947 y 1950), tres Giro de Lombardía (1936, 1939 y 1940) y la Vuelta al País Vasco de 1935. 


Bartali coincidió con Fausto Coppi, nacido en 1919 en Castellania (provincia de Alessandria), en el equipo Legnano. Coppi era el gregario del mítico Bartali. Pero un gregario de gran calidad y enorme ambición. Tanto que, en el Giro de 1940, ese a su insultante juventud, 20 años tenía entonces, y a pesar de que Bartali era ya por entonces dos veces ganador de al corsa rosa, Coppi se veía más fuerte que su líder y pidió permiso para atacar. Lo hizo. Reventó la carrera y se terminó llevando la victoria. Comenzó entonces su rivalidad, que continuaría durante más de una década. 

Antes de que las pruebas ciclistas se interrumpan por culpa de la II Guerra Mundial, Coppi también bate el récord de la hora. Apuntaba alto. Durante la contienda bélica, Coppi fue enviado como soldado a África, donde cayó prisionero en manos de las tropas del Reino Unido, y liberado en 1945. Dos años después, ya en un equipo distinto al de Bartali, en el Bianchi, gana su segundo Giro de Italia. Coppi aún ganaría otras tres ediciones de la corsa rosa, en 1949, 1952 y 1953. También se adjudicó dos Tour de Francia, los de 1949 y 1952, y se proclamó campeón  del mundo en 1953. Coppi fue cinco veces ganador del Giro de Lombardía (1946, 1947, 1948, 1949 y 1954) y ganó tres veces la Milán-San Remo (1946, 1948 y 1949), una París-Roubaix (1950) y una Flecha Valona (1950). 

En cada prueba en la que coincidían, Bartali y Coppi escribían un nuevo episodio de su histórica rivalidad. Uno de los más recordados, tanto que todavía hoy generan debate, es aquella foto del Tour de Francia de 1952 en la que los dos corredores, ya en la parte final de sus carreras, comparten un bidón. ¿Quién se lo da a quién? Aún hoy hay debate sobre ello. Italia se dividió en dos. De un lado, los partidarios de Bartali, el católico, el defensor del régimen de Mussolini, el conservador; del otro, los defensores de Coppi, el joven que llegó para destronar a Bartali, el ateo, comunista y revolucionario. Bartali se retiró del ciclismo en 1954, poniendo punto final a la gran rivalidad entre las dos leyendas del ciclismo italiano, a quienes hoy se rinde homenaje en la Semana Internacional Coppi y Bartali. Coppi, contagiado de malaria en un viaje a África en 1959, murió en enero de 1960. "Se ha ido la mitad de mí", dijo en el funeral Bartali

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