Roglic deslumbra y Bardet desbanca a Aru


El de hoy en el Tour de Francia ha sido un día de valientes. Todos lo son, pero hoy especialmente. Por delante, los corredores tenían más de cinco horas de esfuerzo en una etapa alpina con tres cimas míticas por delante (Croix de Fer, Télégraphe y Galibier), un recorrido para valientes. Valiente hay que ser, por ejemplo, para dedicarse a los saltos de esquí, ese deporte que visto por televisión parece cosa de superhéroes. Y valiente hay que ser también para cambiar los palos de esquí por las bicis y seguir en las montañas, pero escalándolas en vez de descendiéndolas con un salto impresionante. Es el camino recorrido por Primoz Roglic, que empezó a dedicarse al ciclismo el año 2011, cuando dejó de lado los saltos de esquí. El ciclista esloveno fichó por el Lotto NL-Jumbo el año pasado. Sorprendió a casi todo el mundo cuando ganó una etapa en el Giro. Este año ha logrado otras dos victorias parciales en la Vuelta al País Vasco. Lo conocimos como un excelso contrarrelojista, pero empieza a mostrarse como un ciclista mucho más completo, que también sube, y mucho. Hoy ha ganado la etapa reina del Tour de Francia. Palabras mayores. 

Roglic se ha metido en la fuga del día, formada en el primer puerto de la etapa. Una escapada numerosa, compuesta por más de 30 ciclistas, en la que Alberto Contador colocó a tres compañeros de equipo en el Trek. Lo dicho, día de valientes. Conocemos ya tan bien la garra y la valentía del ciclista de Pinto que todos dábamos por hecho que llegaría el ataque de rigor de Contador. Por supuesto, ese demarraje llegó. Contador ha vuelto a ejercer de Contador. Osado, atrevido, casi kamikaze. Con la ayuda de sus compañeros Pantano y Mollema, el ciclista español ha planteado un nuevo reto al grupo de los favoritos, un nuevo homenaje al ciclismo. Desde lejos, probándolo incluso más allá de lo que aconseja la prudencia, fiel a sí mismo, ofensivo siempre, con una valentía irrenunciable, Contador ha vuelto a ser protagonista. Ha declarado el ciclista del Trek en meta que a veces prefiere dar espectáculo y hacer disfrutar a los aficionados que ganar. Todo el mundo prefiere ganar, claro, pero de Contador recordaremos el día que se retire sus victorias tanto como sus gestas, esas etapas en las que pone patas arriba la carrera y asume su rol de agitador oficial del pelotón. Impecable. 

Hoy era día de valientes y Contador lo ha intentado hasta el final, luchando incluso contra el infortunio, otra vez, porque tuvo que cambiar de bicicleta por culpa de un pinchazo. En su demarraje, Contador intentó aliarse con Nairo Quintana. El ciclista colombiano del Movistar no está nada fuerte en este Tour, pero de él puede decirse aquello de que no se le puede exigir más a quien da todo lo que tiene. Y no parece que Quintana, tras disputar el Giro de Italia, tenga ya muchas más fuerzas. 

Más valientes del día han sido otros componentes de la escapada, todos ellos derrotados por Roglic, quien nos recuerda a Tom Dumoulin, por su fulgurante irrupción y porque primero nos pareció sólo un gran contrarrelojista y después se ha mostrado como un ciclista con muchas más cualidades.  Es el primer ciclista de Eslovenia que gana una etapa en el Tour, por cierto. Veremos si sigue un  camino similar al del ciclista holandés del Subweb. Entre los fugados que más lejos han llegado están John Darwin Atapuma, Mathias Frank, Dani Navarro o Serge Pauwels

Además de la osadía de los escapados, hoy esperábamos valentía de alguno de los candidatos a ganar el Tour. Parecía que no iba a llegar, porque no hubo movimientos en Croix de Fer ni en Télégraphe, pero Daniel Martin, primero, y sobre todo Romain Bardet, después, han desatado las hostilidades. El ciclista francés del Ag2r ha demostrado que vuelve a ser el corredor más atrevido de quienes aspiran a quitar el maillot amarillo a Froome. Gracias a sus constantes ataques se vio que a Fabio Aru se le está haciendo demasiado largo el Tour. El campeón italiano cedía terreno con cada arreón de Bardet, que sólo respondían Froome, Urán, Barguil y, tomándoselo con calma, Mikel Landa. El ciclista vasco ha declarado en meta que no llevaba muy buenas piernas, pero no se le ha visto nada mal.  

Al final, el corredor italiano del Astana se ha dejado medio minuto. El atrevimiento de Bardet le ha permitido adelantar a Aru en la clasificación general. Froome, que ha respondido con facilidad a los ataques de Bardet, lidera la carrera con 29 segundos sobre el corredor francés y sobre Urán, empatados a tiempo. Esta distancia no debe dar mucha tranquilidad a Froome, porque el ciclista del Sky es mejor contrarrelojista que el colombiano del Cannondale, pero es una renta demasiado reducida sobre Urán. Por supuesto, tampoco puede estar tranquilo Urán, ante la crono de Marsella del próximo sábado. El ciclista colombiano, en condiciones normales, necesitaría abrir hueco sobre Froome en la etapa alpina de mañana con final el el Izoard. Aru queda cuarto en la general a 53 segundos y Landa se mantiene quinto a algo más de un minuto de Froome.  

Además de la lucha por la etapa y por la general, hoy ha sido un día trascendente para otra clasificación secundaria. Volvemos a hablar de valientes. Michael Matthews, que persigue con ahínco el maillot verde y ganador de la etapa de ayer, ha vuelto a entrar hoy en la fuga del día para recortar distancia con Marcel Kittel en el sprint intermedio. Encomiable el atrevimiento de Matthews. Lamentablemente, el duelo por el maillot verde queda desierto porque Kittel, que llegaba muy tocado a la parte final del Tour, ha sufrido hoy una caída en el comienzo de la etapa, lo que le ha llevado a abandonar la carrera, igual que Thibaut Pinot, por cierto. Así las cosas, Matthews tiene el camino despejado para llegar a París vestido de verde. 

Con Emmanuel Macron, presidente de Francia, siguiendo la parte final de la carrera desde el coche del director de la carrera y demostrando que el Tour es mucho más que una carrera ciclista para el país galo, hoy se ha vivido un gran día de ciclismo. Y mañana habrá más fiesta, con final en el Izoard. Froome está un poco más cerca de adjudicarse su cuarto Tour, pero tiene menos de medio minuto de ventaja sobre sus dos más inmediatos perseguidores. El desenlace soñado para la ronda gala. 

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