Superman López acaricia el podio


Sabina, que tiene versos para todo, describe muy bien en una de sus canciones lo que los amantes del ciclismo le pedimos a este deporte, lo que le hace grande: "que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena", canta el genio en Noche de bodas. Y eso es lo que reclaman también los (pocos) ciclistas que entienden este deporte como una aventura, como una máquina de generar emociones, como el deporte que más se parece a la vida. Los corredores que atacan siempre que tiene ocasión. Los que saben que pueden perder en sus movimientos kamikazes, pero que aun así no dejan de intentarlo. Ciclistas, en fin, como Alberto Contador. ¿Es el ciclista de Pinto el mejor estratega del pelotón? En absoluto. ¿Le puede costar su actitud osada el podio de esta Vuelta? Muy probablemente. ¿Está siendo el gran animador de la carrera y le recordaremos como un corredor valiente que ataca aunque sepa que tiene más que perder que ganar? Sin la menor duda. 

Andábamos lamentándonos de que nadie se moviera en la subida a Hazallanas en la qué bien puede calificarse como la etapa reina de la carrera española. Había habido ataques, con la fuga formada por Edward Theuns (Trek-Segafredo), Matteo Trentin (Quick Step), Nelson Oliveira (Movistar Team), Tom Van Asbroeck (Cannoondale-Drapac), Sander Armée (Lotto-Soudal), Anthony Pérez y Stéphane Rossetto (Cofidis) y Lluis Mas (Caja Rural-Seguros RGA). Y también atacaron después Adam Yates (Orica-Scott), Romain Bardet (Ag2r La Mondiale) y Steven Kruijkswijk (LottoNL-Jumbo). Pero ninguno de los hombres fuertes de la general intentó aprovechar esa subida con un movimiento táctico. Tan sólo vimos al Astana marcar un ritmo exigente. Poco más. 

Había cierta decepción, cierto temor a que en una jornada tan exigente, con tantos kilómetros de ascensión continua, al final todo quedara en nada, en algún ataque en los kilómetros finales. Pero Contador y Miguel Ángel López, el mejor escalador en esta Vuelta, acabaron con todos esos temores a 26 kilómetros de meta, con cerca de una hora de subida a Sierra Nevada por delante. Era un ataque atrevido, sólo apto para ciclistas con un estado de forma descomunal, como es el caso de Superman López, o con un concepto del ciclismo al ataque irrenunciable y ansias por dejar su sello en su última carrera como ciclista profesional, en el caso de Contador. 

No se inmutó el Sky de Chris Froome por el movimiento. No tenía por qué, ya que el líder seguía muy bien rodeado, acompañado por sus gregarios Moscon, Poels y Nieve. Contador y López estaban a más de tres minutos en la general, así que más debían tener quienes luchan por entrar en el podio final de Madrid que el propio Froome, debió de pensar el líder. Porque, en el fondo, casi todos los aspirantes está ya pensando en el podio. Parece el objetivo más creíble ante un líder sólido que tiene en la crono del martes de Logroño la oportunidad de dejar casi sentenciada la carrera

Mientras Simon Yates abría hueco por delante, haciendo una subida excepcional y manteniendo las distancia con Contador y López. El español y el colombiano, el pistolero y Superman también hacían camino. Llegaron a tener más de un minuto de ventaja respecto al grupo de los favoritos, del que se descolgaba muy pronto David De la Cruz. Contador llego a entrar en el podio de forma virtual. Pero quedaba un mundo cuesta arriba. Vincenzo Nibali, otro valiente que no se contiene, otro ciclista decidido a que ser valiente no salga caro, atacó a falta de 12 kilómetros del final, para intentar sorprender a Froome. Volvió a reaccionar con la indiferencia el líder, tal es su superioridad. Ni se molestó en responder al ataque Froome, que siguió sólo con la mirada al Tiburón. No logró hacer camino Nibali, quien fue cazado al poco tiempo por el grupo de favoritos.

Cuando Yates parecía acariciar la victoria de etapa, Superman López descolgó a Contador y dio caza con rapidez al corredor británico de Orica-Scott. El joven ciclista colombiano del Astana, quien ha desplazado a Fabio Aru como jefe de filas del equipo kazajo, por la evidencia de que es el más fuerte de la escuadra, ganó a lo campeón. Otra vez. Segundo triunfo de etapa en esta Vuelta para él, quien se queda a 2:51 de Froome y a apenas 43 segundos del podio. 

En la parte fibal de la ascensión, Ilnur Zakarin debió de ver amenazas sus opciones de entrar en el podio y atacó, abriendo hueco con rapidez y logrando situarse tercero en la general. Esto, a su vez, provocó que Wilko Kelderman reaccionara. Y, acto seguido, aceleró Johan Esteban Chaves, tercero en la general, quien arañó tres segundos con Froome. El líder lo es más ante Nibali, quien pagó sus ataques y se dejó unos pocos segundos con el maillot rojo. Pero a quien más cara le salió la valentía fue a Contador, quien perdió 40 segundos. Si hubiera sido más conservador, teniendo en cuenta que es mejor contrarrelojista que la mayoría de sus rivales, quizá habría tenido más opciones de entrar en el podio. Pero si hubiera sido más conservador no sería Alberto Contador ni habríamos disfrutado de una etapa tan espectacular como esta. 

Antes de la última semana, que empezará el martes con una contrarreloj en Logroño tras la jornada de descanso del lunes, Froome puede estar satisfecho. Tiene una renta de 1:01 con Nibali, 2:07 con Zakarin, 2:11 con Kelderman, 2:39 con Chaves y 2:51 con Miguel Ángel López. La lucha por la victoria final parece muy decantada en favor de Froome, no tanto por las diferencias sino por su superioridad manifiesta a diario, pero la batalla por el podio está en un pañuelo. Contador, el omnipresente Contador que no quiere dejar de ser protagonista en su última carrera, es noveno a 3:59. 

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