Monumental Nibali en Lombardía


Cuando era niño, Vincenzo Nibali se emocionaba viendo vídeos antiguos de carreras del Giro en la tienda de su padre. Quedaba prendado del televisor cuando presenciaba las exhibiciones de los grandes ciclistas de antaño. Pronto quiso ser como ellos. Nunca dejó atrás esa ilusión infantil, esa forma de entender el ciclismo como un juego, pero muy serio, como un tributo a las grandes leyendas de antaño. Él, Tiburón, se ve continuador de una estirpe de corredores aguerridos y valientes que no dan nada por perdido, que no se resignan, que no entienden del conservadurismo. Es uno de los pocos corredores con esa mentalidad que van quedando en el pelotón. La actitud atrevida en Nibali es innegociable. Cuando además se junta con unas buenas piernas, el espectáculo está asegurado. Y es lo que vimos ayer en el Giro de Lombardía, el último monumento del año, la clásica de las hojas muertas, que el ciclista italiano del equipo Bahréin ganó en solitario con enorme autoridad. 

El momento decisivo llegó en la penúltima subida del día, cuando Nibali saltó a por un hiperactivo Thibaut Pinot. El italiano, osado, kamikaze que no conoce el peligro, dejó al francés en el descenso y firmó una contrarreloj deslumbrante hasta meta que impidió que nadie le alcanzara, por más que lo intentarán por detrás el propio Pinot, su compatriota Julian Alaphilippe, Gianni Moscon o Nairo Quintana. Nadie pudo ver a Nibali hasta meta. El ciclista italiano, que sabe lo que es ganar un Giro, un Tour y una Vuelta, que tiene un palmarés a la altura de su clase y de su garra, añadió a su lista de triunfos otra victoria en Lombardía, la segunda de su carrera, tras aquel triunfo de 2015, rubricado aún con la rabia de haber sido expulsado de la Vuelta un mes antes. 

La carrera italiana, como siempre, dejó un gran espectáculo y muchas alternativas, antes de que Nibali dejara claro que el triunfo sería suyo y qué ganaría a lo campeón. La escapada que más tiempo resistió al frente de la clásica fue la compuesta por destacado: Le Turnier (Cofidis), Cherel (Ag2r), De Plus (Quick-Step Floors), Roglic (Lotto Jumbo), Polanc (Emiratos), Benoot (Lotto Soudal) y Anacona (Movistar). Después lanzaron su apuesta Moscon y Pinot, protagonistas antes de que Nibali zanjara con autoridad la carrera. 

Fue un día excepcional de ciclismo, una de las pocas grandes pruebas que nos ofrece el calendario a estas alturas de año, cuando se acerca el invierno ciclista, tan temido por la falta de carreras por los aficionados. Es momento de ir echando el telón a una temporada que nos ha regalado grandes momentos de ciclismo. El último, hasta ahora, esta colosal exhibición de Nibali en el último momento de la temporada. Hoy se disputa la París-Tours, carrera que tradicionalmente ponía punto final a la temporada, aunque ahora hay pruebas en Asia más tarde. Es una carrera para velocistas, con Fernando Gaviria, Nacer Bouhanni, Mark Cavendish o André Greipel entre los candidatos. La prueba la emitirán Teledeporte y Eurosport. 
 

Comentarios