El Giro de Italia se presenta hoy y probablemente saldremos de dudas sobre la presencia de Chris Froome en la línea de salida de la corsa rosa. Se sabía que los organizadores de la prueba estaban muy interesados en que el vigente ganador del Tour y de la Vuelta acudiera a la ronda. Pero él no lo tenía del todo claro, en parte, porque supondría sacrificar su preparación para la Grande Boucle, en la que perseguirá ganar su quinto Tour de Francia y entrar así en el Olimpo del ciclismo. Parece que, además de argumentos deportivos, del enorme reto que supondría correr tres grandes vueltas seguidas (viene de ganar el Tour y la Vuelta) e intentar vencer en Francia tras hacer lo propio en Italia, habría otras poderosas razones, económicas, para convencer al líder del Sky.
Según publicaron De Telegraaf y Cycling Weekly, el Giro le habría ofrecido dos millones de euros a Froome para correr la carrera. Ese dinero procedería de los diez millones que paga Israel por acoger la salida de la prueba desde Jerusalén, presentada hace unos meses. Es más dinero del que el Giro ofreció a Lance Armstrong para regresar a la competición en su prueba en 2009.
Hoy, en Milán, se conocerá si Froome ha sucumbido o no. Es mucho dinero, sin duda. Y es también un reto deportivo gigantesco. El empeño de Froome por correr la Vuelta cada año tras triunfar en el Tour demuestra que no es un ciclista que se conforme con la ronda gala. Es alguien que quiere pasar a la historia del ciclismo. Y, sin duda, ganar las tres grandes es algo que le debe de motivar mucho. Ahora bien, acudir a la ronda transalpina significa llegar con desventaja respecto a sus rivales en el Tour, ya que éstos se prepararán específicamente para la ronda gala. No parece la opción más racional, pero sería una opción valiente (y motivada, al parecer, por una prima muy generosa).
En caso de que hoy se confirme que Froome correrá el Giro, algo que muchos dan casi por hecho, cambiaría radicalmente las perspectivas sobre el próximo año. De pronto, la carrera italiana tendría al mejor ciclista de tres semanas en la salida, mientras que el Tour celebraría un escenario, en teoría, de mayor igualdad, pues Froome vendría de haber hecho un esfuerzo extra en la corsa rosa. Pueden salir ganando todos. Nos queda poco para resolver la duda y, de paso, conocer el recorrido completo de la carrera de tres semanas más espectacular del año.
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