Los ciclistas que cuelgan la bici este año

Alberto Contador es el más ilustre de los corredores que han puesto punto final a su carrera este año, pero no es el único. El ganador de Giro, Tour y Vuelta, El Pistolero de Pinto, el corredor valiente que jamás dio nada por perdido, el que enamoró más cuando no era el más fuerte del pelotón y tenía que inventarse emboscadas desde lejos, el héroe de Fuente Dé y de tantos otros rincones donde emocionó como pocos, deja un espacio difícil de cubrir en el pelotón internacional. Con él se termina una era. Pocos ciclistas entienden el ciclismo como él, pocos corredores se dedicaron de forma tan concienzuda a construir una leyenda encima de la bicicleta, que va mucho más allá de su excelso palmarés, que poco tiene que ver con cifras y sí mucho con emociones despertadas. 


Se marcha Contador y se retira con él también su fiel escudero todos estos años, Jesús Hernández, gregario siempre al servicio de su líder. Incluso ahora, retirado ya, porque el próximo año será director deportivo del equipo continental Polartec-Kometa, puesto en marcha por el propio Contador, de la mano de Ivan Basso. Otro compañero de Contador estos últimos años que cuelga la bicicleta es Haimar Zubeldia, corredor que es sinónimo de profesionalidad. Empezó su trayectoria en el Euskaltel-Euskadi, entre 1998 y 2008. Pasó después a Astana, RadioShack y Trek, donde se ha retirado. Tiene cinco top 10 en el Tour de Francia, carrera que terminó 15 veces. En el año 2000 ganó la Euskal Bizikleta y en el 2010, el Tour de l'Ain más una etapa. 

Otro ciclista español que se marcha es Ángel Vicioso, gregario de Purito Rodríguez las últimas temporadas. Un luchador, un currante de la bicicleta. Del Kelme pasó a los equipos de Manolo Sáiz (Once y Liberty Seguros), para correr más tarde en el Astana, el Relax, el LA-MSS, el Andalucía Cajasur, el Androni Giocattolli y, desde el 2012, en el Katusha. En total, 19 temporadas como ciclista profesional, con una victoria de etapa en el Giro de Italia de 2011 como su mayor triunfo, en un palmarés en el que también aparecen tres GP Miguel Indurain y etapas en la Vuelta a la Rioja, Vuelta al País Vasco, Volta a Catalunya o la Vuelta a Asturias, entre otros. 

Mucho más deprimente es el adiós de Samuel Sánchez, campeón olímpico en 2008, forzado por el positivo por dopaje que conocimos hace unos meses. El ciclista asturiano defiende su inocencia y asegura que no tiene sentido que, a estas alturas de su carrera deportiva, haya hecho trampas, que nada le aportaban. Es triste. Mucho. No ya sólo por el extraordinario palmarés del corredor del BMC, como ese oro olímpico y victorias y podios en la Vuelta y en el Tour, sino porque era uno de los ciclistas más carismáticos y queridos del pelotón, cuyo final en el mundo del ciclismo no podría haber sido más doloroso. Lamentable. 

También cuelga la bici este año Thomas Voeckler, corredor que llegó a ser líder durante varios días del Tour de Francia. Poco querido en el pelotón y amante del postureo, es un ciclista que inspira mucho respeto, sobre todo, porque siendo un corredor medio, sin destacar realmente en nada, sin ser el mejor en ninguna disciplina, logró abrirse camino como ciclista batallador. De 2003 a 2013 sumó victorias cada temporada, para entrar después en un periodo se sequía que rompió en 2016. Ha ganado, entre otras carreras, en el Tour de Francia, la Vuelta al País Vasco o el Dauphiné. Siempre con sus gestos exagerados, que tantas veces han jugado en su contra, pero siempre también luchador. 

El ciclista belga Jurgen van den Broeck es otro de los ciclistas que se despide este año. La suya es la historia, tantas veces vista, de corredores que apuntan altísimo, pero no terminan llegando a ese nivel. Fue tercero en el Tour de Francia de 2010, parecía un corredor capaz de hacer grandes cosas en las vueltas de tres semanas, pero no lo logró. Su última victoria fue el oro en la prueba contrarreloj de su país en 2015. Un ciclista del que cabría decir algo parecido es Andrew Talansky, quien fue top 10 del Tour y terminó quinto en la Vuelta a España en 2016, ganador de un Dauphiné, ciclista de mucha clase, pero que no ha llegado tan alto como cabría esperar de ese joven que quedó segundo en el Tour del Porvenir que ganó Nairo Quintana. Ha decidido dejar el ciclismo para dedicarse la triatlón, donde ya ha logrado alguna victoria. También se marchan esta temporada tres clásicos del pelotón, los tres italianos: Adriano Malori, Manuel Quinziato y Paolo Tiralongo. Despedidas de ilustres del pelotón que ceden el testigo a jóvenes llamados a ser protagonistas a partir del próximo año. 

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