¿Un Giro y una Vuelta de dos semanas?

El cambio en la presidencia de la UCI, con la llegada de David Lappartient, ha pasado bastante desapercibido por los aficionados al ciclismo, pero el nuevo presidente llega con sus propias ideas y retoma otras recurrentes de la institución. En una reciente entrevista con Cyclingnews, Lappartient comparte sus proyectos. Y entre ellos está una reforma del calendario de carreras. Reivindica el nuevo presidente de la UCI el enfoque global del ciclismo del siglo XXI, frente a la concentración casi exclusiva de carreras en Europa de hace unos años. Entre sus planes está la reducción del Giro y la Vuelta, la idea tantas veces repetida en el pasado de reducir a dos semanas estas dos pruebas, respetando sólo las tres semanas del Tour porque, como dice el presidente de la UCI, "el Tour es el Tour". 


Lappartient considera que la reducción de las grandes carreras ayudaría a que los mejores corredores acudieran a estas pruebas. "Es algo que está encima de la mesa. No les quiero forzar en ninguna dirección, pero quizá, quizá, sería una manera de tener a los mejores ciclistas en las salidas de las carreras", aporta. En su opinión, la victoria de Chris Froome este año en la Vuelta tras ganar el Tour es una excepción y sólo rebajando a dos semanas la duración del Giro y la Vuelta se podría conseguir que los grandes astros disputaran incluso las tres pruebas. El presidente de la UCI afirma, en todo caso, que es algo que quiere discutir con los organizadores de las pruebas y que no les forzará si ellos no lo desean. 

La división que existe entre los distintos actores del ciclismo (UCI, organizadores, equipos y  corredores) es evidente. El mayor reto de Lappartient es sentarlos a todos en la misma mesa y buscar consensos, algo que no se antoja sencillo. Una de sus propuestas, por ejemplo, la reducción de los equipos en las carreras, ha desagradado a los ciclistas, porque provocará que las plantillas también se reduzcan, lo que significa menos oportunidades laborales para los corredores. Tampoco parece probable que la Vuelta y el Giro acepten de buen grado su sugerencia, que no es nueva, de rebajar a dos semanas estas dos pruebas históricas. 

Lappartient comparte algunas ideas muy interesantes. Dice, por ejemplo, que no es posible que tres carreras ciclistas de primer nivel coincidan en el calendario, como ahora sucede. Y tiene razón. Afirma que nadie entendería que a la vez que se disputa Rolland Garros o Wimbledon se disputaran otros torneos de tenis. El presidente de la UCI también tiene claro que los derechos televisivos son vitales en el mundo actual, para que el ciclismo sea un deporte que esté a la altura en lo financiero de otros comoel motociclismo o la Fórmula 1. Propone que los derechos se negocien de forma conjunta entre todas las carreras para que, entre otras cosas, la calidad de retransmisión de las pruebas sean equiparables y no existan tantas diferencias como ahora. Es una idea interesante que, supongo, costará concretar al haber tantos intereses enfrentados. No es probable que los organizadores del Tour acepten compartir la tarta de los derechos televisivos en un paquete conjunto con otras pruebas con menos capacidad de atraer a espectadores. 

El Tour de Francia, de hecho, es visto por Lappartient como el motor de esta reforma que prepara, porque "es probablemente el único evento ciclista realmente global que se puede ver en todos los países del mundo". Y añade: "necesitamos usar al Tour de Francia para liderar y promover el ciclismo. La pasión por el ciclismo que desarrolla el Tour puede ser útil para atraer a más aficionados en el mundo, así que creo que sería un error reducirlo en una semana". En la citada entrevista, Lappartient también habla del compromiso creciente de la UCI con el ciclismo femenino. 

El nuevo presidente de la UCI tiene ideas atractivas. Está por ver cómo logra encajarlas con los intereses de todos los actores del ciclismo. Lo que nadie puede negar es que este deporte necesita reformarse y organizarse mejor. Basta ver cómo rentabiliza su negocio la Fórmula 1, por ejemplo. El ciclismo tiene el espectáculo atractivo, sin duda, pero necesita saber venderse mejor. Sería deseable que se respetaran las tres semanas del Giro y la Vuelta, sin duda. Porque conviene avanzar sin acabar con las tradiciones más valiosas. Pero nadie debería poner demasiadas líneas rojas a la necesaria renovación. La única opción que no sirve es no hacer nada. Y puede que no todos lo tengan tan claro como deberían dentro del mundo del ciclismo.  

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