Inconmensurable. Excelso. Asombroso. Astuto. Apasionante... Podríamos ponerle más adjetivos hasta el final de este artículo al rendimiento de ayer de Michal Kwiatkowski en la última etapa de la Volta ao Algarve, que ganó y en la que dio un golpe definitivo a la general, para llevárselo todo. El ciclista polaco, cuyo techo desconocemos todos, ya deslumbró la pasada temporada en su doble faceta de gregario de lujo al lado de Chris Froome y de ciclista com hambre de victorias en las carreras en las que tenía libertad de movimientos. Cada día sube mejor y ayer, en la ascensión al Alto de Malhao, volvió a demostrarlo. Es un corredor de una punta de velocidad inmensa, un clasicómano notable, pero sobre todo es un ciclista polivalente, al que podemos ver ganar casi en cualquier terreno.
En la parte final de la ascensión, Kwiatkowski cazó a Zdenek Stybar, otro corredor con talento desmedido, y lo dejó para llegar sólo a la cima, para que en la foto de su victoria el ciclista checo del Quick-Step no fuera más que una mancha al fondo, a lo lejos. Fue un jaque mate a la general de la ronda portuguesa, que el ciclista polaco del Sky ganó por delante de su compañero de equipo Geraint Thomas y de Greg Van Avermaet (BMC).
La fiesta para el Sky había empezado unas horas antes, en la Vuelta a Andalucía, donde David de la Cruz se estrenó por todo lo alto con el maillot de su nuevo equipo. El joven ciclista español se adjudicó la última contrarreloj de la Ruta del Sol, con seis segundos de ventaja sobre Andrey Amador y siete segundos sobre Stef Clement. En la general, Tim Wellens se llevó la victoria y estuvo acompañado en el podio final por Wout Poels y Marc Soler.
En Dubai también concluyó la carrera, con victoria en la etapa final para Alexander Kristoff, su primer triunfo con los colores del UAE Emirates. Alexey Lutsenko se llevó la general, con su compañero del Astana Miguel Ángel López, segundo, y con Gorka Izagirre (Bahrein-Merida), tercero.
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