Valverde y Sagan, a lo suyo

Una de las (muchas) razones por las que la Volta a Catalunya es cada temporada una de las mejores carreras de una semana del año es por la etapa final en Barcelona, con ese bello y exigente circuito final con la subida a Montjuic. Este año no ha sido una excepción. La ronda catalana ha brindado una prueba del máximo nivel y, de nuevo, regaló un desenlace trepidante en la jornada final. Lástima que Egan Bernal, el valiente y jovencísimo corredor del Sky, que marchaba segundo y quiso buscarle las cosquillas al líder todopoderoso, Alejandro Valverde, se fuera la suelo al sufrir una caída que le eliminó de la lucha por la carrera. 


El propio Bernal se movió en un par de ocasiones, antes de caerse. A su rueda se soldó, con facilidad, Valverde, decidido a no perder de vista al corredor colombiano y a mantener el maillot blanco de líder. También se movieron de forma permanente, casi en cada subida, corredores como Marc Soler, Simon Yates, Carlos Verona o Matej Mohoric. Ellos animaron la prueba, probándolo a cada rato, en cada vuelta del circuito. 

Como es habitual, la carrera llegó lanzada al primer paso por línea de meta, con Narváez (Quick Step), Frohlinger (Sunweb), Rolland (Education First), Smit (Katusha), Mohoric (Bahrain), Tankink (Lotto NL), Torres (Burgos) y  Schultz (Caja Rural) en cabeza. Una vez fueron cazados se sucedieron los ataques, en un doble frente, la lucha por la etapa, en la que fueron muchos los llamados a intentar vencer en el último día de la carrera catalana, y la lucha por la general, que quedó descafeinada por esa caída de Bernal, aunque tampoco parecía fácil que el joven ciclista del Sky pudiera lograr arrebatar a Valverde el triunfo final. 

Marc Soler, omnipresente en las fugas, decidido a buscar sus oportunidades siempre que pueda, creciendo como ciclista cada día, se marchó por delante junto a Simon Yates en la última vuelta. El ciclista del Movistar, que corría en casa, no pudo resistir el ritmo trepidante del corredor británico del Mitchelton-Scott, quien quería dedicar la victoria a su hermano, que tuvo que retirarse de la carrera antes de lo previsto hace tres etapas por culpa de una caída. Simon Yates llegó en solitario a meta y alzó los brazos, antes de que otro ganador, Alejandro Valverde, lograra una nueva victoria y se llevara su tercera Volta a Catalunya, la segunda consecutiva, lo que le permite igualar a Miguel Indurain

Valverde ha agotado todos los adjetivos. No quedan ya palabras para describir su grandeza. Salvando las distancias, empieza a costar también hallar nuevos términos para contar los triunfos de Peter Sagan, otro ciclista incansable, otro corredor que no se cansa de ganar y que está acostumbrado a sentir la presión de ser el favorito casi en cualquier carrera. Ayer, en la Gante-Wevelgem, todos vigilaban al campeón del mundo, entre otras cosas, porque el ciclista eslovaco había ganado ya dos veces esta clásica belga. 

Sagan corrió con inteligencia, tapado, sin dar una pedalada de más ni mostrarse más allá de lo estrictamente necesario. La fuga del día duró más de lo habitual en este tipo de carreras de un día, lo que obligó a trabajar a los equipos de los favoritos, como el Bora del propio Sagan, el BMC o el Quick-Step. A falta de menos de 30 kilómetros se formó el corte definitivo, con muchos de los aspirantes a la victoria por delante, como Elia Viviani, Arnaud Demare, Matteo Trentin o Zdenek Stybar. Hubo ataques para intentar evitar el sprint, sobre todo por parte de los corredores que tenían las de perder ante corredores con mucha más punta de velocidad que ellos. Ninguno de esos movimientos cuajó. 

Llegó la línea de meta y allí, como tantas otras veces, como en el último Mundial, Sagan brilló con luz propia y batió con autoridad a sus rivales. El corredor eslovaco dejó con la miel en los labios a Elia Viviani, segundo, y a Arnaud Demare, tercero. La Gante-Wevelgem es la segunda victoria de Sagan este año tras la etapa que se llevó en el Tour Down Under. Su máximo objetivo es que ese palmarés crezca esta primavera. Pronto tendrá nuevas ocasiones para intentarlo. 

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