Éxtasis ciclista en la Vuelta al País Vasco. Euskadi es tierra de ciclismo y la Itzulia nos ha ofrecido estos últimos días un espectáculo excepcional, con alternativas, con ciclistas jóvenes llamados a dominar el escenario en los próximos años, con una afición absolutamente entregada a los esforzados de la ruta, con un paisaje siempre insuperable. Ha sido una carrera maravillosa, que recordaremos, sin duda, como una de las mejores pruebas de la temporada, y que recordarán también muchos ciclistas. Sin duda, Primoz Roglic, el ciclista esloveno al que conocimos como un soberbio contrarrelojista, pero que no ha parado de crecer y que ha demostrado con contundencia que también resiste bien en la montaña y que su techo es, a día de hoy, imprevisible.
Protagonista de la prueba desde el primer día, cuando se alió con Julian Alaphilippe (otro corredor que no olvidará esta Itzulia y repitió victoria en la segunda etapa), Roglic ha sido el amo y señor de la carrera. Contaba a su favor con el dominio en la crono, que naturalmente ganó. La ventaja que sacó a sus rivales aquel día fue clave, ya que se vistió de amarillo entonces. Pero aún quedaban las etapas más exigentes para poder conseguir la txapela que se lleva el ganador de la carrera. Resistió ayer, sin ceder tiempo ante sus principales rivales en una etapa que ganó Omar Fraile, quien también recordará esta bella e inolvidable Itzulia.
Hoy le bastaba con no perder una minutada en la última etapa, con final en Arrate. Roglic tenía a Mikel Landa, su mayor rival y otro protagonista de la carrera vasca, a casi dos minutos. Ha sufrido, sobre todo por lo bien que se ha movido el Movistar, atacando primero con Nairo Quintana y después con Landa, ya en la subida de Izua, de primera, subida anterior a la mítica ascensión final al santuario de Arrate. Pero Roglic, ya sin compañeros del Lotto NL-Jumbo, aguantó y echó abajo esa intentona. Después volvió a irse Quintana, sin abrir demasiado hueco. Mucho más serio fue el movimiento de Landa, que certificó su segunda posición en la carrera de casa, pero que no logró adelantar a Roglic. El corredor esloveno, que en principio quiere correr el Tour, ha mostrado en esta Itzulia una cara distinta y aún más prometedora que en carreras anteriores. Ciclista, sin duda, muy a tener en cuenta.
La lucha por la general, en la que Jon Izagirre (Bahréin-Merida) terminó tercero, ha sido sólo uno de los alicientes de esta sensacional Vuelta al País Vasco, que probablemente recordaremos en el futuro como un hito, otro más, en la carrera de Enric Mas, el joven y talentoso corredor del Quick-Step Floors que señaló como su sucesor Alberto Contador. Hoy se ha metido en la escapada del día, junto a corredores de mucho nivel, como el siempre fugado Thomas De Gent (Lotto-Soudal), el ultracombativo Carlos Verona (Mitchelton-Scott), David López (Sky) o Gregor Mülberger (Bora). Cuando parecía que su aventura tocaba a su fin, porque llegaba el grupo de favoritos a un puñado de segundos, Mas se ha marchado solo por delante y ha protagonizado una ascensión al Santuario de Arrate descomunal. Tanto, que ni un desbocado Landa logró echar abajo su fuga.
La de hoy es primera victoria como profesional de Mas, aunque ya había vencido en la Vuelta al Alentejo de 2016, donde también ganó una etapa, y el Tour de Saboya de ese mismo año. Desde 2017, Mas, que se formó en el equipo de la fundación de Alberto Contador, corre en el Quick-Step Floors, que supo ver el talento desbordante y el ilusionante futuro que tiene en sus piernas el mallorquín. No parece que lleve mal la presión, no menor, de haber sido señalado por el pinteño como su posible sucesor. Va a su aire, creciendo, aumentando más y más las expectativas en torno a él. Su victoria en Arrate es una de las escenas que deja esta Itzulia bellísima en la que, como siempre, la afición vasca ha mostrado su envidiable pasión por el ciclismo. Qué bien luce este deporte en Euskadi. Qué días de ciclismo más fascinantes.
Mañana, turno del tercer monumento del año, la París-Roubaix, de la que haremos previa mañana por la mañana.
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