Decíamos ayer que la grandeza de un triunfo lo da el nivel de los rivales, por la extraordinaria victoria de Egan Bernal en la cronoescalada del Tour de Romandía ante el inmenso Primoz Roglic. Hoy podemos afirmar lo mismo de la capacidad de resistencia del corredor esloveno frente al colombiano. Lo probó ayer una y mil veces en la ascensión a Les Collons. El ciclista del Sky lanzó ataques enormes, larguísimos y continuados, de los que hacía tiempo que se recordaban, exigiendo el máximo al exsaltador de esquí. Pero Roglic apenas se inmutó, o esa impresión dio, al menos. Se soldó a su rueda y defendió su maillot amarillo que, salvo sorpresa mayúscula, conservará hoy en la etapa final de la ronda suiza.
Fue un día muy intenso de ciclismo. Se esperan ataques de Bernal y llegaron, vaya si llegaron. Constantemente. Cada vez más fuerza, cada vez más duraderos. Volvía a la carga el jovencísimo ciclista del Sky, y de nuevo saltaba tras él Roglic, aparentemente sobrado. El crecimiento del ciclista esloveno es espectacular. Tanto que nadie haría bien si no cuenta con él como uno de los corredores llamados a ser protagonistas en la próxima edición del Tour de Francia. Su solidez en las vueltas de una semana disputadas este año es colosal y su capacidad de defenderse con maestría en todos los terrenos, desde su arrollador talento en las cronos por el que lo conocimos inicialmente hasta su resistencia en la montaña, hacen pensar que no tiene techo.
Roglic se dedicó ayer a vigilar a Bernal, era el único corredor que le preocupaba de verdad, el que más cerca tenía en la general, el que le había ganado el día anterior en la cronoescalada, su mayor rival. De esa vigilancia se benefició Jakob Fuglsang, quien sorprendió a los hombres fuertes de la carrera y atacó en la parte final de la etapa, ya ascendido Les Collons, para ganar la etapa en solitario. Antes, habían sido protagonistas de la carrera, entrando en las escapadas iniciales, Mikel Nieve (qué gran noticia es su regreso) y Jon Izagirre, entre otros.
En la Vuelta a Asturias, ayer se disputó la segunda etapa, la jornada decisiva de la prueba, con final en el Alto del Acebo. Ganó el corredor ecuatoriano del Movistar Richard Carapaz, quien se puso también líder y muy previsiblemente se llevará hoy la carrera.
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