Pedro Delgado: 30 años de amarillo

El próximo sábado comienza la edición 105 (¡105!) del Tour de Francia. A veces es necesario echar la vista atrás y recordar la historia para comprender toda la grandeza de esta cita ciclista, que no es la más espectacular, ni la más bella, pero sí desde luego la más mediática y la más grande en muchos sentidos. Es en París y no en ningún otro sitio donde se gradúan los ciclistas cuando concluyen su primer Tour. Es la ronda gala la que se iguala en seguimiento mediático a otros eventos deportivos. El Tour es el Tour y toda la historia que arrastra esta carrera da prueba de ello. Hace justo 30 años, Pedro Delgado se convirtió en el tercer español en ganar la Grande Boucle, después de Federico Martín Bahamontes en 1959 y Luis Ocaña en 1973. El triunfo de Delgado supuso además un punto de inflexión en la historia del ciclismo español, ya que fue el antecedente del descomunal dominio de Miguel Indurain en el Tour, y estas tres décadas de protagonismo español en el ciclismo mundial. Movistar rememora aquel triunfo en el excelente documental Pedro Delgado: 30 años de amarillo


Es un documental formidable, que disfrutarán intensamente tanto quienes vivieron aquella hazaña, que comenzó como un sueño romántico en el año 1983, como los que teníamos un año entonces y no vivimos aquello. La historia, que narra Mónica Marchante y que avanza a través de los recuerdos del propio Delgado, de periodistas y de personas de su entorno, funciona a la vez como biografía del  que probablemente es el ciclista más mediático y popular de siempre en España, como testimonio de un camino repleto de obstáculos hasta la consecución del gran reto de ganar el Tour, como reflejo de cuánto ha cambiado el ciclismo en estas tres décadas y, claro, como anticipo a la época gloriosa que protagonizó Miguel Indurain, compañero de Delgado en el Reynolds, desde 1991. 

El ciclista, hoy comentarista de varios medios como TVE y Onda Cero, regresa al humilde barrio de Segovia al que los Reyes Magos nunca traían las bicicletas que Delgado y sus hermanos les pedían. Acabó comprándose una bici gracias a sus ahorros y los de uno de sus hermanos. El resto es historia. El loco de los Pirineos, como le bautizaron en su primera participación en el Tour por un descenso vertiginoso en esa posición aerodinámica que él patentó, se abrió pronto un hueco en el ciclismo profesional. Primero, de la mano de José Miguel Echévarri, patrón del Reynolds. Su participación en el Tour de 1983, cuando según cuenta Delgado se veía a los españoles como ciudadanos de segunda, cuando había complejos y el papel del ciclismo español más allá de los Pirineos era residual, está contada como esa gran aventura romántica que fue, como ese empeño alocado y maravilloso de un grupo de corredores que penó lo que no está escrito en las primeras etapas, especialmente en el paso por los adoquines, pero que después se destapó con la llegada de la montaña. 

Los obstáculos se sucedieron desde entonces en la carrera de Delgado, como la trágica muerte de su madre en mitad del Tour de 1986, cuando marchaba con opciones claras de victoria. Intentó seguir para rendirle un homenaje a su madre, pero las piernas no le respondieron. El documental se detiene especialmente en el Tour de 1988, el de la ansiada victoria, ya de vuelta en el Reynolds. Ganó, pero de nuevo tuvo que enfrentarse a una contrariedad, la filtración de un presunto positivo por una sustancia que sí estaba permitida en el ciclismo. Finalmente, pudo seguir adelante, al no haber incumplido el reglamento. Ese sufrimiento le permitió saborear aún más la victoria. Delgado no volvió a ganar el Tour, con ese mítico despiste en la crono inicial del Tour de 1989, y después con la irrupción estratosférica de Indurain, a quien Delgado le dio el relevo con absoluta naturalidad. 

El documental, exquisito, combina imágenes de la carrera de delgado con otras actuales en las que el ciclista regresa a los escenarios de sus triunfos. Con su estilo ágil habitual, el que le permite entretener a los espectadores en retransmisiones de muchas horas, Delgado relata su historia, la de un ciclista que abrió la era más gloriosa del ciclismo español, la de un corredor excepcional y muy mediático. Aún hoy en las carreteras de la Vuelta se lee su nombre escrito por aficionados en el asfalto. No queda nada, en fin, para que comience otra vez el Tour, esa bendita locura de cada mes de julio, y no hay mejor forma de ir calentando motores que disfrutar de este maravilloso documental de Movistar. Ah, y además suena Zaz y su Je veux en los créditos finales. 

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