Como siempre cuando termina una gran carrera que nos ha atrapado con su emoción e intensidad durante tres semanas, nos cuesta despedirnos de la Vuelta. Una buena forma de seguir recordándola es reflejar quiénes han sido los protagonistas de la ronda española, una prueba marcada por la extrema igualdad entre los máximos favoritos hasta que llegaron las jornadas finales en Andorra, en las que Simon Yates impuso su autoridad. El ciclista británico del Mitchelton-Scott, ganador de la carrera es, por supuesto, el primer protagonista de la prueba. Rozó la victoria en el Giro de Italia, pero se hundió el día de la hazaña de Chris Froome. Se repuso de aquel esfuerzo sobrehumano, se preparó a conciencia para la Vuelta y, esta vez, no se le escapó su primera grande.
Yates ha demostrado mucha solidez, sin un día realmente malo, como mucho, perdiendo un puñado de segundos en algún final explosivo ante algunos de sus rivales. Hasta ahora su mejor resultado en una gran Vuelta fue su sexto puesto en 2016. Un año después fue séptimo en el Tour. Ahora asalta la Vuelta en una temporada de ensueño, en la que también ha ganado una etapa de la París-Niza, otra de la Volta a Catalunya, tres triunfos parciales del Giro de Italia y una etapa de la Vuelta a Polonia. Yates tiene 26 años y ha sido el justo ganador de la Vuelta de la renovación, del futuro, por la insultante juventud de muchos de sus protagonistas.
Entre esos jóvenes con todo el futuro del ciclismo en sus piernas que ya empieza a deslumbrar en el presente está, claro, Enric Mas, la gran sensación de la carrera. El ciclista mallorquín ha dado un salto de calidad enorme en esta Vuelta, continuando la brillante trayectoria que apuntaba, y que llevó a Alberto Contador a señalarlo el año pasado como su sucesor. Esa responsabilidad, el peso de ser visto como el heredero de los grandes corredores españoles en las vueltas de tres semanas, no parece afectar en exceso a Mas, que además de su solidez, su calidad y su valentía ha mostrado una extraordinaria madurez en esta carrera, de la que se lleva también una victoria parcial, en la etapa reina, además. Segundo en la general, el corredor del Quick-Step tiene derecho a soñar con todo en adelante. El límite es el cielo, pero no conviene que nadie, ni él ni los medios ni los aficionados, pierda la cabeza. Debe seguir creciendo paso a paso, abriéndose paso con su sana ambición y su enorme talento, que le hace estar con los mejores en la montaña y rendir de una forma más que notable en las cronos.
Otro nombre de esta Vuelta, claro, es Miguel Ángel López. Supermán ha encabezado a un valiente Astana y logró auparse a la tercera plaza del podio gracias a su valentía en la última etapa de montaña por tierras andorranas. El ciclista colombiano, que ya ganó dos etapas en la Vuelta del año pasado, ha demostrado este ejercicio que es capaz de tener regularidad para estar entre los mejores de las grandes vueltas. Tercero en el Giro y tercero también en la Vuelta de este año, Supermán, de 24 años, es otro de esos ciclistas llamados a ser protagonistas de este deporte durante muchos años.
Por cierto, los tres primeros de la Vuelta no corrieron el Tour, por lo que, tras la excepción del año pasado con la victoria de Froome, parece quedar claro que la mejor vía para llegar con opciones a la ronda española no es venir desde la Grande Boucle.
Más maduro, mucho más, pero tan protagonista como ellos en esta Vuelta, es Alejandro Valverde. El ciclista murciano del Movistar ha vuelto a asombrar a todos. Venía a la ronda española para preparar el Mundial, tras el cansancio que implica el Tour de Francia. Pero se fue viniendo arriba y metiendo en carrera, así sin darse cuenta casi, como hace él. Ganó dos etapas y llegó a aspirar a la victoria final, aunque esos esfuerzos del primer tramo de la Vuelta le pasaron factura. Ahora tiene ante sí un reto precioso, ganar al fin el Mundial, que tantas veces ha acariciado, para redondear una carrera insuperable.
Merecen una presencia en este artículo sobre los protagonistas de la Vuelta los ganadores múltiples de etapa en la ronda española. Empezando, claro, por Elia Viviani, gran dominador de los sprints, vencedor de tres volatas. Dos triunfos se llevan de la carrera española Thibaut Pinot, inmenso escalador que está logrando sacudirse la presión de todo francés que destaca en las grandes vueltas al que casi se exige ganar el Tour; Ben King y Rohan Dennis, quien ganó las dos cronos de la carrera española como la mejor preparación para el Mundial contrarreloj, donde se verá las caras con Tom Dumoulin.
Hablábamos un poco más arriba de cómo Enric Mas representa el futuro del ciclismo español, no tan gris como a veces nos empeñamos en pintarlo. También tiene mucho que decir en ese futuro Óscar Rodríguez, el joven ciclista del Euskadi Murias que logró uno de los triunfos de etapa más luchados y sorprendentes de esta Vuelta. Un premio a su equipo, batallador incansable en esta ronda, y a él mismo, que le sitúa en el mapa como un corredor muy a tener en cuenta. También sorprendió la victoria de Jelle Wallays, que logró lo que pocas veces se consigue, batir a un pelotón empeñado en dar caza a los fugados. Simon Clarke, Nacer Bouhanni, Tony Gallopin, Alessandro De Marchi, Alexandre Geniez y Michael Woods también ganaron una etapa en esta Vuelta.
Thomas De Gent, el hombre que vive en fuga, es protagonista en cada carrera que disputa. Aquí, además, se lleva un muy combatido maillot de la montaña, que portó durante la primera parte de la ronda Luis Ángel Maté, al que una enfermedad apartó después de esa contienda. De Gent tuvo que disputar cada punto de esta clasificación secundaria, pero muy prestigiosa, ante un Bauke Mollema que al menos se lleva el reconocimiento del público como el ciclista más combativo de la carrera. Ha sido protagonista de la Vuelta también Peter Sagan, aunque no ha sido capaz de ganar una etapa, objetivo por el que ha luchado hasta el último día en Madrid. Y, claro, Vincenzo Nibali, que llegó aún sin estar del todo recuperado de su caída en el Tour y que ha aprovechado la Vuelta para prepararse para el Mundial, yendo de menos a más y entrando en fugas en las últimas etapas. Sin duda será un hombre a seguir en el Mundial.
Cerramos el artículo con Nairo Quintana, reflejo del querer y no poder, candidato a todo al comienzo de la Vuelta, que poco a poco fue perdiendo fuelle y se vio forzado a ejercer de gregario de Valverde. La impotencia del Movistar en el Tour y la Vuelta de este año son otro tema del que hablaremos más adelante, porque en ambas carreras tuvo más de un líder, pero en ninguna de ellas lograron sus jefes de filas estar a la altura de los mejores. El equipo telefónico se va de la Vuelta, eso sí, con la clasificación por equipos, en la que además de Valverde y Quintana ha influido mucho el excepcional trabajo en pos de sus líderes de Richard Carapaz.
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