Alaphilippe manda en San Juan

Julian Alaphilippe ha empezado el año en forma y quiere ganar la Vuelta a San Juan. El ciclista francés del Deceuninck-Quick Step, ganador de la segunda etapa de la prueba, también se impuso ayer con autoridad en la tercera, una contrarrreloj individual, lo que le permite situarse líder de la carrera. Alaphilippe aventajó en 12 segundos a Valerio Conti, del Emirates, y a la perla Remco Evenepoel, también del Deceuninck, para quien no parece tener sentido eso de que, en el año del debut en la categoría profesional, lo suyo es ir poco a poco, adaptarse de forma gradual. 


Las diferencias no fueron muy significativas, por lo que Fernando Gaviria es segundo en la general, a 18 segundos de su compañero de equipo. Conti y Evenepoel están a 22 segundos. Peter Sagan es séptimo a 32 segundos. 

Lamentablemente, ayer fue noticia en la Vuelta a San Juan un episodio impresentable que nada tiene que ver con lo deportivo. El ciclista belga Ilko Keisse, también del Deceunick, fue expulsado por la organización de la carrera, después de ser denunciado por abuso sexual por una joven. La chica, una camarera que acabada de atender a varios ciclistas del equipo belga, les pidió hacerse una foto con ellos. Keisse hizo un gesto estúpido y machista en esa foto, que provocó risotadas en el grupo. La joven le denunció. El propio ciclista pidió perdón por lo que calificó de "un estúpido gesto en un estúpido momento", y también dijo que no había sido su mejor broma, pero verlo así es no entender nada. Se llama machismo. Repugnante e inaceptable machismo. 

La policía archivó la denuncia, pero los organizadores de la carrera decidieron expulsar a Keisse de la prueba, por "un comportamiento que atenta al honor y la reputación de la Vuelta a San Juan, la UCI y el ciclismo en general". 

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