Groenewegen, García Cortina y el Sky doman el viento

El viento ha propiciado que las dos primeras etapas de la París-Niza hayan sido espectaculares, probablemente, las dos mejores jornadas de ciclismo de lo que va de temporada. Si el primer día fueron varios los hombres fuertes de la general que sufrieron por los abanicos, ayer sólo siete ciclistas llegaron en el grupo de cabeza. Los siete más fuertes de la carrera. Los siete ciclistas que domaron el viento, que lucharon contra los elementos y se impusieron a ellos. Al frente de todos, Dylan Groenewegen, vestido de amarillo por su victoria en la primera etapa, que ayer volvió a vencer. 


Fue un día nervioso y agitado, en el que el viento marcó la jornada. El Sky fue el equipo que más domó a este factor meteorológico que tanto espectáculo regala en las carreras ciclistas. Luke Rowe volvió a lucirse en defensa de sus líderes, Egan Bernal (inconmensurable estos días, a pesar de ser un escalador tan ligero) y Michal Kwiatkowski, quien llegó a estar cortado en algún momento de la etapa pero logró enlazar y acabó en el grupo delantero. Rowe se descolgó del grupo en la parte final, cuando había provocado el abanico definitivo, el que dejó a sólo siete ciclistas al frente. Junto a Bernal, Kwiatkowski y Groenewegen, llegaron en cabeza a meta Iván García Cortina, Philippe Gilbert, Matteo Trentin y Luis León Sánchez. No va más. Todos los demás perdieron tiempo. 

El asturiano García Cortina, del Bahréin-Merida, demuestra cada día que ya es más una realidad ilusionante que una promesa. El sucesor de Flecha se encuentra cómodo en las clásicas o en las etapas que se asemejan a esas pruebas, como las dos primeras etapas de la Carrera del Sol, más bien del viento este año. No sólo estuvo en todo momento en cabeza, sino que además aún le quedaron fuerzas para ponérselo difícil a Groenewegen en el sprint. Terminó segundo en una jornada que le consagra todavía más, si es que hacía falta, como un corredor a tener en cuenta y que aspira a todo. 

En la lucha por la general, con la contrarreloj de mañana y las jornadas de montaña del fin de semana en el horizonte, Sky parece tener muy a su favor la carrera. Si Bernal está tan fuerte en etapas que, a priori, no le son propicias, qué no ocurrirá en las etapas montañosas. Por si el colombiano cede más tiempo de la cuenta en la crono, la segunda baza del conjunto británico es Kwiatkowski, igualmente fuerte estos días. Ayer ampliaron su ventaja sobre todos sus rivales. Sacaron cinco segundos a Romain Bardet, Nairo Quintana, Ilnur Zakarin, George Bennet, y mucho más tiempo a otros ciclistas, como Miguel Ángel López, que se dejó ayer una minutada y pierde todas las opciones de victoria. 

A partir de mañana, la París-Niza coincidirá en el calendario con la Tirreno-Adriático, algo habitual ya, porque ocurre cada año, pero realmente anómalo e impensable en otros deportes como el tenis o la Fórmula 1, donde el calendario tiene un criterio bien distinto y, sinceramente, más sensato, para proteger al deporte. Pero esa es otra historia. En lo estrictamente deportivo, la carrera de los dos mares y la París-Niza ofrecerán dobles sesiones de ciclismo del máximo nivel, con los mejores corredores del mundo en liza, así que vienen días intensos para los amantes al ciclismo. 

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