Un año después de su última victoria, Mikel Landa volvió a alzar ayer los brazos. Lo hizo en tierras italianas, igual que su anterior triunfo. Entonces venció en la Tirreno-Adriático. Ahora gana en la Semana Coppi y Bartali, para renovar su idilio con el país transalpino, demostrar (y, sobre todo, demostrarse a sí mismo) que está recuperado de la fractura de clavícula que sufrió en la Challenge de Mallorca y, de paso, recargarse de autoestima para su gran objetivo del año, el Giro de Italia.
Landa ganó la segunda etapa de la Semana Coppi Bartali, al imponerse al australiano Lucas Hamilton, del Mitchelton-Scott, que se ha situado como líder de la carrera. Es un triunfo especial para Landa, que es un ciclista de sensaciones y que liderará al Movistar en el Giro. Enfrente tendrá a una pléyade de estrellas, entre las que se encuentra Egan Bernal, quizá, el máximo favorito a estas alturas.
El corredor vasco ha obtenido sus mejores resultados en grandes vueltas en la corsa rosa, una carrera cuyo perfil montañoso le beneficia. Allí le vemos más cerca que nunca de ganar una ronda por etapas de tres semanas. Y allí será capaz de todo si llega en plenitud de condiciones. El triunfo conseguido ahora importa más por las buenas sensaciones que transmite que por la victoria en sí. Landa ha vuelto.
Mientras, en la Volta a Catalunya se disputó la cuarta etapa, segunda (y última) de alta montaña. Superman López logró una victoria más para Astana. La racha del equipo kazajo no cesa, igual que el abrumador dominio de los ciclistas colombianos en lo que va de temporada. Superman es líder de la carrera con 14 segundos de ventaja sobre Adam Yates, 17 segundos sobre Egan Bernal y 25 segundos sobre Nairo Quintana. La etapa del sábado en Barcelona decidirá la carrera.
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