Con razón afirmaba Adam Yates al final de la etapa del lunes de la Tirreno-Adriático, que ganó un incomensurable Julian Alaphilippe, que su ventaja en la general sobre sus rivales era escasa como para retener la maglia azzurra de líder de la Carrera de los Dos Mares. Sabía la magnitud de la amenaza, sobre todo, por la proximidad en la clasificación de Primoz Roglic, cada día mejor ciclista en el terreno montañoso, sin dejar de ser un portento en la lucha contra el reloj.
Los pronósticos se cumplieron ayer y Primoz Roglic, undécimo en la etapa final de la ronda italiana, se llevó la general. Eso sí, sólo por un segundo de diferencia sobre Adam Yates. Un final de infarto para una carrera siempre emocionante. El tercer puesto en el podio final lo ocupó Jakob Fuglsang, a medio minuto del exsaltador de esquí esloveno.
La etapa se la llevó el belga Victor Campenanerts, excompañero de equipo de Roglic en el Jumbo Visma, pero que desde el año pasado corre en el Lotto-Soudal. Es el primer triunfo del año para el campeón de Europa contrarreloj y bronce en el último Mundial de la especialidad.
La próxima gran cita del calendario ciclista es la Milán-San Remo, este sábado 23 de marzo, el primer monumento del año, que contará con la participación de Alejandro Valverde.
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