Stybar inaugura la temporada de clásicas

La Omloop Het Nieuwsblad es una carra tan impronunciable como ilusionante para los amantes del ciclismo, ya que es la prueba con la que comienza la fase más atractiva de la temporada. Es el turno de los muros y los adoquines, de las emociones contenidas en unas horas, del todo o nada, de los ataques desde lejos, del ciclismo añejo, del aquí y ahora. Llega el turno de las clásicas. Llega el mejor momento del año. A partir de ahora, carreras con una enorme historia detrás, en cada adoquín, en cada rincón, en cada cuesta, nos mantendrán pegados al televisor y, sí, para qué negarlo, condicionará nuestra vida social en las próximas semanas. Porque sí, llega lo bueno, llega lo mejor de la temporada. Llegan las clásicas. 


Zdenek Stybar ganó la carrera en solitario, a lo campeón, regalándose y regalándonos una de esas imágenes habituales en este tipo de carreras, la del hombre más fuerte, o el más listo, o ambos, entrando solo en meta, con tiempo para alzar los brazos y festejar la victoria, con la gloria delante de él y nadie más que un público entusiasta por detrás en muchos metros. Ganó Stybar, sí, anotando así la primera victoria en la temporada de clásicas para el Deceuninck Quick Step, uno de los equipos más sólidos para esta clase de pruebas. Lo hizo tras dejar atrás a sus compañeros del corte final. Canela en rama: Greg Van Avermaet, Tim Wellens, Dylan Teuns y Alexey Lutsenko. Atacó Stybar en un tramo llano y fue ahí donde asentó su victoria, tras superar junto a los otros miembros de la fuga los muros más exigentes de esta clásica, como el mítico Kapelmuur

Iván García Cortina, llamado a ser sucesor de Juan Antonio Flecha como mejor representante español en las clásicas, fue ayer protagonista, aunque no pudo llegar entre los mejores al tramo final de la carrera. 

Como es habitual en estas carreras, el grupo se fue rompiendo en mil pedazos. Porque estas clásicas son, antes que cualquier otra cosa, una prueba de resistencia. Se trata, en primer lugar, de sobrevivir. Y luego, claro, de todo lo demás. De estar en el lugar adecuado en el momento justo. Saber acertar con la estrategia. Pegarse a la rueda adecuada. Y moverse en el momento justo, ni antes ni después. Y, por supuesto, estar fuerte, muy fuerte, porque estas clásicas son de esas carreras que sólo pueden ganar un puñado de ciclistas, un grupo reducido de privilegiados. Entre ellos está Stybar, que lleva dos victorias en el año, tras su triunfo de etapa en la Volta ao Algarve. 

Hoy sigue la fiesta, con la Kuurne-Bruselas-Kuurne, aunque es una prueba propicia, en principio, para el sprint. Entre otros, son de la partida Dylan Groenewegen, Pascal Ackerman, Matteo Trentin, Edvald Boasson Hagen, Nacer Bouhanni y Andre Greipel. También Stybar disputa la prueba, que emite Eurosport. 

Por otro lado, ayer terminó el Tour de los Emiratos Árabes, con la victoria en la general para Primoz Roglic y Alejandro Valverde, segundo. La última etapa se la llevó Sam Bennett

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