Kristoff gana una caótica Gante-Wevelgem

Comienza abril, mes ciclista por excelencia, con el recuerdo del día de ayer, un domingo especialmente intenso para el deporte de la bicicleta, con varias citas de primer nivel. Se disputó la Gante-Wevelgem, una semana antes de que se dispute el Tour de Flandes. Fue una carrera caótica, sin orden alguno. Una carrera extraña, diferente a las ediciones anteriores. Se produjo un corte muy pronto, del que saltaron a falta de cerca de 70 kilómetros para el final Peter Sagan, Mike Teunissen, Matteo Trentin y Edward Theuns


La fuga era de nivel. Fue la apuesta de Sagan por conquistar su cuarta edición de la clásica belga, lo que le hubiera situado como el ciclista más laureado de la prueba en su historia. Abrieron hueco con el grupo de favoritos, en el que había falta de claridad y en el que el Deceuninck-Quick Step parecía abocado a un naufragio. Pero nunca llegaron a tener más de un minuto de ventaja. La parálisis en el grupo de los favoritos empujó a Luke Rowe a hacer la guerra por su cuenta. El ciclista del Sky, que ya mostró un soberbio estado de forma en la París-Niza, protagonizó una caza de esas que son realmente difíciles de culminar con éxito. Él solo recortó distancias con el cuarteto delantero y consiguió llegar a su altura. 

Por detrás, todo seguía parado. La distancia se mantenía por encima de los 40 segundos, pero por debajo del minuto. Otro valiente, Alexander Kristoff, lo intentó en solitario. A punto estuvo de emular a Rowe, pero no lo consiguió. Eso sí, tenía una segunda baza, que jugaría más adelante. La ascensión al Kemmelberg, la última cota de la prueba, a unos 30 kilómetros de la meta, rompió la calma en el gran grupo, con un potente ataque de Zdenek Stybar que siguió Wout Van Aert. Los tres llegaron a la altura de Kristoff y, aunque no cazaron al quinteto de cabeza, pusieron a la prueba la marcha que le faltaba y dieron la puntilla a los fugados. 

Neutralizada la escapada, empezaba otra carrera, que no sería menos caótica y confusa que la vista hasta entonces. Se sucedieron los ataques y a punto estuvieron de jugarse el triunfo en la clásica belga Sebastian Langeveld, Amud Grondahl Jansen, Jasper Stuyven  y Jack Bauer. Pero el gran grupo se les echó encima. La carrera se resolvería al sprint. El más fuerte fue Kristoff, sin atisbos de cansancio tras la fuga que había protagonizado unos kilómetros antes. Se impuso en la meta a Jhon Degenkolb y a Oliver Naesen. El Deceuninck no logró meter a ningún ciclista entre los diez primeros, algo altamente infrecuente en las clásicas belgas. Fue una Gante-Wevelgem rara y abierta hasta el final. Una carrera muy entretenida. 

Antes de la Gante-Wevelgem se disputó la etapa final de la Volta a Catalunya, espectacular como siempre en el circuito con ocho subidas a Montjuic. Fue una oda al ciclismo, una jornada extraordinaria, de esas en las que todo puede ocurrir, aunque al final no ocurra gran cosa. Miguel Ángel López no perdió los nervios y pudo conservar el liderato de la prueba, como se esperaba, sumando una victoria más para el todopoderoso Astana, pero sus rivales le pusieron en aprietos. 

La entrada en el circuito, a más de 45 kilómetros de meta, fue a toda mecha, dejando claro que habría batalla hasta el final. Por delante, un grupo de escapados, entre los que estaba Davide Formolo, que se marchó en solitario y logró una victoria de etapa de muchos quilates. Por detrás, batalla sin descanso por la general. El primero en intentarlo fue Nairo Quintana, quien abrió hueco junto a Simon Yates. El corredor colombiano hizo camino de la mano de su compañero de equipo Carlos Verona, pero no contó con la ayuda de sus compañeros de escapada. 

Simon Yates tenía otros planes: atacar junto a su hermano Adam para intentar poner patas arriba la carrera. Fue líder virtual de la Volta gracias a este valiente movimiento, pero Miguel Ángel López terminó resistiendo. En parte, gracias a los movimientos de Egan Bernal, que también buscaba ganar la carrera, y de Alejandro Valverde, quien lanzó un último demarraje para impulsar a Quintana. Al final, Superman López mantuvo el liderato y llegó junto a sus rivales. Segundo en la etapa fue Enric Mas, quien atacó en la última subida a Montjuic, más para medir su estado de forma y coger fondo que para intentar ganar la etapa, ya que Formolo estaba para entonces a una distancia inalcanzable. 

La peor noticia del día fue la dura caída en la que se vieron envuelta unos 20 ciclistas y que afectó especialmente a Marc Soler y a Romain Bardet

También concluyó ayer la Semana Coppi e Bartali, con el triunfo en la última etapa de Mauro Finetto y la victoria en la general para Lucas Hamilton, del Mitchelton-Scott. Es la primera victoria como profesional del corredor australiano, que acompañó a Mikel Landa en la fuga de la segunda etapa de la carrera italiana, que ganó el corredor vasco del Movistar. 

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