Cuatro años después de asaltar la Vuelta, en el mismo escenario, en la Sierra de Guadarrama, el Astana ha vuelto hoy a agitar la carrera. El equipo kazajo logró aquel día arrebatar a Tom Dumoulin el maillot rojo y ganar la carrera con Fabio Aru. Hoy no ha llegado tan lejos, pero ha vuelto a ser protagonista, lanzando corredores por delante. Esta vez, con Miguel Ángel López como jefe de filas, y luchando más por entrar en el podio que por ganar la carrera. Superman ha recortado un minuto con Tadej Pogacar y Nairo Quintana, lo que le deja a 46 segundos de la tercera plaza del podio, que ahora ocupa su compatriota del Movistar, que hoy ha pagado la factura del esfuerzo de ayer. Para redondear el protagonismo colombiano, el joven Sergio Higuita ha logrado una sensacional victoria de etapa, resistiendo el empuje del equipo del líder y ganando en solitario.
El día empezó con mucha batalla para la formación de la escapada. Después de la batalla de ayer camino de Guadalajara, hubo mucha tensión y tardó en formarse la escapada. La ascensión a Nacaverrada ofreció una espectacular sucesiones de ataques, con varios corredores intentando entrar en la escapada. Hasta que se hizo el corte bueno, hubo muchos demarrajes. Wout Poels fue uno de los más activos. También su compañero en el Ineos Tao Geoghegan, quien lleva cuatro días entrando en la escapada del día. Tuvieron compañeros de nivel, como Óscar Rodríguez o Geoffrey Bouchard, quien ha sentenciado la lucha por la clasificación de la montaña. Tanto el Astana de López como el Movistar de Valverde y Quintana metieron en la escapada a un corredor, Omar Fraile y Nelson Oliveira, respectivamente, por lo que pudiera pasar detrás.
Y lo que pasó, por sorprendente que nos haya parecido a todos, fue que el Trek se puso a tirar del grupo del líder. Un movimiento extraño, difícil de explicar, que parecía más responder a algún tipo de acuerdo entre directores que a un interés genunino del equipo, porque poco tenía que hacer en esta etapa. El caso es que duró poco esa situación anómala en la carrera, ya que pronto fue el Astana el equipo que asumió la responsabilidad de endurecer el ritmo en el pelotón. El equipo quería emular su hazaña de hace cuatro años en estos mismos puertos.
A 59 kilómetros de meta, en la segunda ascensión a Morcuera, atacó Superman López. Fue un demarraje valiente, que le permitió tomar unos metros de ventaja, no más de 20 segundos, y recibió la ayuda de Omar Fraile. No se puso nervioso el líder, quien puso a tirar a Neilson Powless, que se había metido en la escapada. Fue cazado Superman López, pero habían quedado claras sus intenciones. En Cotos, volvió a la carga. Atacó él varias veces, igual que lo hizo Rafal Majka. A su rueda sólo siguieron otros dos ciclistas: el todopoderoso líder, un intocable Primoz Roglic, y el inmenso Alejandro Valverde, que está firmando una Vuelta redonda, estratosférica para cualquier ciclista de cualquier edad, pero sencillamente inclasificable en un ciclista de 39 años.
Higuita marchaba en solitario por delante. Desde entonces hasta meta, más de 30 kilómetros de mano a mano, en el que se impuso el joven ciclista que se rodó en el Euskadi en la primera parte de la temporada y que ha tardado poco en darle una victoria de mucho nivel al Education First. La victoria tiene mucho mérito, por el esfuerzo acumulado desde que entró en la escapada y porque primero fue López el que tiró del cuarteto perseguidor, pero después también entró el líder y un poco, lo justo, Majka. No dio casi ningún relevo Valverde, porque no quería perjudicar a Quintana, quien venía por detrás, penando junto a Pogacar, viendo en riesgo su posición en el podio. Tras la etapa de hoy, Roglic sigue líder con 2:50 sobre Valverde. El maillot rojo, salvo sorpresa mayúscula, no parece estar en riesgo para el corredor esloveno del Jumbo-Visma. Más emoción parece haber en la lucha por las otras dos plazas del podio. Valverde aventaja en 41 segundos a su compañero de equipo Quintana, en 1:27 a López y en 1:59 a Pogacar. Dos puestos en el podio para cuatro corredores.
Mañana, etapa entre Ávila y Toledo, con 165,2 kilómetros, en la que está por ver si vuelve a soplar el viento y anima a la formación de abanicos. Será la antepenúltima etapa de la carrera ya, antes de la jornada montañosa del sábado en la que se dirá la última palabra de una Vuelta que ha tenido un líder intocable, pero mucha emoción e intensidad desde el primer día.
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