El coronavirus está poniendo en pausa nuestra vida y está provocando un enorme trastorno en todo el mundo. Esta crisis de salud pública está afectando a todo, también al ciclismo. El colombiano Fernando Gaviria confirmó ayer que ha dado positivo por coronavirus. Lleva dos semanas ingresado en un hospital en los Emiratos Árabes. Por cierto, este caso, y otros seis más, dejan a la altura del betún a quienes se indignaban por la cuarentena que se impuso en los hoteles de los corredores del UAE Tour. Ay, la prudencia. Ay, la falta de empatía. Ay, los excesos verbales.
Lo más importante es que los afectados se recuperen. Gaviria declaró ayer que se encuentra bien y su pronóstico es favorable. Le deseamos lo mejor, como a todos los demás afectados.
Naturalmente, el coronavirus también está provocando más cancelaciones de carreras. No queda otra, por desgracia. Ayer fue la organización de la Volta a Catalunya la que anunció que se ha visto obligada a suspender la edición centenaria de la carrera, que iba a comenzar el próximo 23 de marzo. Igual que otras carreras suspendidas, como la Strade Bianche, la Milán-San Remo o la Tirreno-Adriático, los organizadores de la prueba catalana pedirán a la UCI que reubiquen las carreras en otras fechas del calendario. Si no es posible, la Volta se dejará de celebrar por primera vez desde 1939.
Una de las pocas carreras que se ha librado de las suspensiones masivas, aunque se está disputando a puerta cerrada (sin público) es la París-Niza, que ayer disputó su quinta etapa, con victoria de Niccolo Bonifacio al sprint. Ha sido un final intenso y emocionante, ya que el corredor italiano del Total Direct Energie ha superado a Jan Tratnik (Bahrein-Merida), el último de los cuatro escapados que ha sobrevivido en cabeza, pero que ha sido cazado a apenas 100 metros de la meta. Iván García Cortina, en la pomada otra vez, quedó segundo, y Peter Sagan, tercero.
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