Philipsen se estrena en la Vuelta


El de hoy ha sido uno de esos días que nos recuerdan lo muy admirables que son los ciclistas. Lluvia, frío, viento y un recorrido muy duro, casi sin un metro llano, después de más de dos semanas de competición. No podían ser peores las condiciones para los corredores. Un día de esos que pesan y mucho, pero en los que los ciclistas dan la batalla y regalan un espectáculo magnífico. De nuevo, como decíamos ayer, no hace falta ver disputa en la lucha por la general para disfrutar de un gran día de ciclismo. 


Hoy, como ayer, se formó una fuga de mucho nivel, con Mattia Cattaneo, Rui Costa, Rob Power, Mark Donovan, Alex Aranburu, Luis León Sánchez, Nick Schultz, Robert Stannard, Tim Wellens, José Joaquin Rojas, Jonathan Lastra, Guillaume Martin y Julien Simon. Y, al igual que ayer, el pelotón no les dejó hacer, por tentador que resultara hoy tener un día más o menos tranquilo. Pero no. Varios equipos, en especial el Trek, el Bora y el NTT, decidieron echar un pulso a los fugados. 


Hubo emoción hasta el final, sobre todo, gracias a Cattaneo, que se fue hacia adelante en solitario. Por momentos parecía que el ciclista italiano podría llevar a buen puerto su intentona, pero el duro recorrido y la presión del gran pelotón terminaron con su aventura. Habría sido, por cierto, la victoria número 40 del Deceuninck-Quick Step esta temporada, con 16 ciclistas distintos. Pero no ha podido ser porque fue neutralizado y entonces se dio lugar a un sprint anómalo y caótico, sin lanzadores ni nada por el estilo, donde el más rápido fue Jasper Philipsen. 


El ciclista belga del UAE suma así su tercer triunfo del año y el más importante de su carrera hasta la fecha. Esta temporada había ganado una etapa del Tour de Limousin y otra del BinckBank Tour. Con 22 años, es otro de esos jóvenes llamados a ser protagonistas en los próximos años. 




Mañana sí se espera ver a los favoritos en acción. Es la penúltima oportunidad de cambiar algo en la general, antes de la etapa con final en La Covatilla del sábado.


A 72 kilómetros del final subirán el Alto de El Portillo, de segunda categoría, con 13,8 kilómetros al 4,4% de desnivel medio, y a algo más de 35 kilómetros de la meta está situada la cima del Alto de El Robledo, de primera categoría, con 11,7 kilómetros al 3,8%, pero rampas de más del 10%. No son puertos excesivamente duros, pero es el terreno del que disponen quienes quieran darle una vuelta a la clasificación de la carrera y no quieran jugárselo todo a la carta de la penúltima etapa. ¿Hay ganas y, sobre todo, fuerzas para ello? Mañana saldremos de dudas. 



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