Pogacar revive y acorta distancias con Vingegaard




Hay quien ayer quiso dar por enterrado a Tadej Pogacar. Poco conocían al esloveno. Quien sí lo conoce bien es Jonas Vingegaard, que dijo en meta que tenía claro que Pogacar iba a luchar hasta el final y que esto no estaba ni mucho menos sentenciado tras el ataque del danés que dejó clavado al ciclista del UAE. Hoy el doble ganador del Tour de Francia le ha devuelto el golpe al defensor del título, ha ganado en solitario la etapa y ha recortado cerca de medio minuto en una nueva jornada memorable en los Pirineos


El Tour está precioso gracias a esta batalla épica, a este duelo descomunal entre Pogacar y Vingegaard, Vingegaard y Pogacar, tanto monta, monta tanto, que los recuerdan a diario lo bello que es el ciclismo, lo espectacular que puede ser este deporte. Nos frotamos los ojos los aficionados, sobre todo, los que no vemos las carreras con favoritismo alguno y buscamos disfrutar del ciclismo gane quien gane. Cuesta creer que llevemos sólo seis etapas de este Tour, porque ya hemos visto momentos de alto voltaje, de altísima intensidad. No terminamos de creernos la suerte que tenemos de poder disfrutar de semejante duelo, de tamaño espectáculo. Disfrutémoslo y sepamos valorar lo afortunados que somos de gozar de esta edad dorada del ciclismo. 


En las etapas de montaña de las grandes vueltas es habitual que se disputen dos carreras en una: la de la lucha por la etapa y la de la general. Hoy en el Tour ha habido tres carreras, esas dos, la de quienes buscaron el triunfo parcial al entrar en la fuga del día, por un lado, y la de los dos que persiguen el maillot amarillo, Vingegaard y Pogacar, por el otro, más una tercera carrera, la de quienes corren por la tercera plaza del podio. Porque sí, hoy, Aspin, Tourmalet y Cauterets mediante, Pogacar ha vuelto por sus fueros y tanto él como Vingegaard han devuelto el orden al Tour, es decir, nos han recordado a todos la certeza de que ambos están por encima del resto de corredores. Salvo catástrofe de alguno de los dos, no parece probable que un tercer ciclista gane este Tour, así salvo que alguien intente alguna locura, que ojalá ocurra por el bien del espectáculo, parece que el resto de favoritos van a correr lo que queda de prueba pensando en el podio más que en el amarillo, tan inalcanzable. Hoy ha quedado claro, nítido, que Vingegaard y Pogacar están en otra dimensión y nadie, tampoco Jai Hindley, que ha perdido el maillot de líder tras su victoria de ayer, puede seguir su ritmo. 


Tras lo visto ayer, como era de esperar, el Jumbo-Visma quiso rematar a Pogacar. Es lógico. Por eso, metió en la fuga a Wout Van Aert, que ha dado la enésima lección de corredor total, rara avis en el pelotón, el ciclista más completo del mundo. Su presencia en la fuga presagiaba un movimiento de Vingegaard que también anticipaba el trabajo que hizo su equipo tirando del gran grupo, para endurecer el ritmo y poner en aprietos a Pogacar. Junto a Van Aert entraron en la fuga Alaphilippe, Guerreiro, Johannessen, Gorka Izagirre, Neilands, Kwiatkowski, Louvel, Perez, Powless, Van Der Poel, Shaw, Asgreen, Wilsly, Arndt, Coquard, Jensen, Naesen, Cosnefroy y Trentin. De nuevo, escapada numerosa y con muchos galones. 


El Bora de Hindley asumió la responsabilidad en el pelotón pero el Jumbo-Visma también tiró, porque hoy querían completar la faena de ayer y sacar más tiempo a Pogacar. El equipo neerlandés también se puso a tirar del grupo en el Tourmalet. Trabajó a bloque, otra vez con Sepp Kuss como el último hombre de Vingegaard. El líder, Jai Hindley, se quedó pronto en el acelerón definitivo del Jumbo-Visma en el mítico puerto. A 42 kilómetros de meta, en el descenso, Vingegaard y Pogacar enlazaron con Van Aert. Powless, que venía de la fuga, se pegó a su rueda. Poco después contactaron con Guerreiro, Johannessen, Kwiatkowski y Shaw, los supervivientes de la escapada. 


Pogacar se pegó a la rueda de Vingegaard sin inmutarse. No se ponía de pie cuando aceleraba el danés. Nada. Intocable. Pétreo. Sublime. Van Aert trabajó hasta que se quedó sin un ápice de energía y dejó a Vingegaard solo para intentar descolgar al esloveno. Y lo probó, claro, pero esta vez fue imposible. A falta de 2,8 kilómetros, cuando parecía que Pogacar iba a intentar resistir para ganarle en el mano a mano con Vingegaard, el esloveno, enorme, lanzó un ataque impresionante y descolgó al danés. Abrió hueco, venciendo todos los fantasmas, reviviendo tras la crisis de ayer, volviendo a su nivel acostumbrado, dándole la vuelta a la carrera y recordando quién es y cuán complicado es derrotarlo. En meta me ha sacado 24 segundos. 




Casi a la vez que lanzaba su demoledor ataque por delante Pogacsr, por atrás, en la otra carrera, la del podio, la del común de los mortales, atacó Carlos Rodríguez del grupo y sólo le pido seguir Hindley. Luego llegó a su altura Simon Yates.  La fortaleza y el atrevimiento del ciclista español del Ineos son sin duda el otro gran titular de la etapa de hoy. Ambicioso y talentoso, ya ha declarado Rodríguez más de una vez que sólo porque este sea su primer Tour no significa que no venga a por todas. Puede soñar con el podio, con ganar esa otra carrera, ese otro Tour. Ahora mismo Vingegaard lidera la carrera con 25 segundos de ventaja sobre Pogacar y con 1:34 ya sobre Hindley. En la lucha por el podio, el corredor australiano del Bora aventaja en 40 segundos a Simon Yates, en 1:56 a Rodríguez y en 2:06 a Adam Yates. 


El Tour quedaba precioso ayer y aún más precioso sigue hoy, porque exactamente lo mismo que decíamos ayer de Pogacar, que no se rendiría y buscaría por todos los medios recortar distancias con Vingegaard, podemos decir hoy del danés, que hoy no ha podido seguir al esloveno pero que se pone líder y que mantiene intactas sus opciones a revalidar la victoria final del Tour. Hoy casi nadie se atreve a decir que uno de los dos sea mucho más favorito que el otro. Los dos han mostrado fortaleza y debilidad. Los dos están dispuestos a mantener vivo este duelo para la historia del Tour que hoy no se ha querido perder nadie, empezando por Emmanuel Macron, el presidente francés, que ha seguido la prueba desde el coche del director deportivo. 




Mañana será el turno de los velocistas que han sufrido en estas dos etapas pirenaicas que han ofrecido un espectáculo portentoso. 




En el Giro Donne hoy ha vuelto a mostrarse intratable Annemiek Van Vleuten, que ha logrado su tercera victoria de etapa en la prueba italiana. Tras un ataque de Mavi García, muy valiente, llegó el enésimo demarraje de la líder de la carrera, que sólo pudieron seguir en un primer instante Juliette Labous y Gaia Realini hasta que Van Vleuten abrió hueco y se marchó en solitario para volver a arrasar. 


La carrera, que mañana vive su día de descanso, afronta sus etapas finales del fin de semana con Van Vleuten con 3:56 de ventaja sobre Labous, 4:25 sobre Realini y 5:35 sobre Veronica Ewers. Mavi García es séptima en la general y Ane Santesteban, décima. 


Annemiek van Vleuten (NED/Movistar) - 18:06:11
2. Juliette Labous (FRA/DSM-Firmenich) a 3:56
3. Gaia Realini (ITA/Lidl-Trek) a 4:25
4. Veronica Ewers (USA/EF Education-Tibco) a 5:35

Comentarios