Evenepoel se exhibe y los Jumbo respetan a Kuss




Remco Evenepoel no se ha resignado a ser una víctima más de la tiranía del Jumbo-Visma en esta Vuelta. En vez de hundirse anímicamente, tras sufrir su mayor derrota ante la escuadra neerlandesa y despedirse de cualquier opción de revalidar su título en la carrera, el belga ha encontrado su espacio de libertad, de rebeldía, centrado ya en otros retos distintos al de la lucha por el maillot rojo. Eliminado de la lucha por la general en la etapa pirenaica del pasado viernes, Evenpoel se rehizo desde el día siguiente, en el que ganó su segunda etapa en esta edición de la carrera tras la que se llevó en Andorra y empezó a perseguir un nuevo objetivo que hoy se ha asegurado matemáticamente, ganar la clasificación de la montaña. Desde entonces, ha sido un hombre en fuga, un auténtico espectáculo, siempre en la pelea, constantemente decidido a demostrarse a sí mismo y a los demás que lo del Tourmalet fue sólo un mal día. De paso, está rescatando a la carrera del tedio causado por el abrumador dominio del Jumbo-Visma. 


Hoy Evenepoel, inmenso y ambicioso, todo carácter, ha sumado una nueva victoria de etapa, la tercera en esta Vuelta para él, y lo ha hecho además a lo campeón, a su estilo, tras rodar escapado en solitario los últimos 29 kilómetros de la etapa, cuando dejó atrás a los compañeros de fuga que resistieron su ritmo: el veterano Damiano Caruso (Bahrein) y el jovencísimo Max Poole (DSM), quien a sus 20 años está firmando una Vuelta soberbia y que merece ser feerdcsod entre los protagonistas de la carrera más allá del monopolio del Jumbo-Visma en la lucha por la general.


Para Evenepoel ganar tres etapas de montaña, que lo han sido, y llevarse el maillot de mejor escalador no es algo menor y tiene también un importante poder simbólico. Por supuesto que quería ganar la general y ha sido una decepción no poder estar en ese duelo hasta el final, pero el belga, que el año que viene quiere buscar la victoria en el Tour, sabe que necesita rendir a un altísimo nivel en las jornadas montañosas, el que no pudo alcanzar en la etapa del Tourmalet pero que sí ha mostrado en días como hoy. Cierto es que al belga le van mejor puestos cortos como los de hoy y que las mayores dudas sobre su rendimiento llegan en ascensiones largas y exigentes, pero su reacción de campeón tras caer derrotado en los Pirineos es el primer paso adelante en su complicadísimo reto de intentar ganar el Tour, como su primer entrenamiento en carrera. Entró en meta señalándose la cabeza, primero, como reconociendo su propia fuerza mental para resarcirse de la derrota del viernes, y después dibujo con sus manos el símbolo del corazón. Corazón y cabeza. Cerebro y piernas. Crack absoluto


Evenepoel fue eliminando a sus compañeros de fuga. Además de los citados Caruso y Poole, formaron la escapada del día Ourselin (TotalEnergies), Bernal (Ineos), Kron (Lotto-Dstny), Erviti (Movistar), Piccolo (EF), Bernard (Lidl-Trek), Germani (Groupama), Denz (Bora), Askey (Groupama), Hofstetter (Arkea) y Drizners (Lotto Dstny).


Eso, en lo relativo a la lucha por la etapa. La jornada de hoy ha tenido otras dos carreras: la batalla interna de los tres ciclistas del Jumbo-Visma que copan el podio de la prueba (Sepp Kuss, Jonas Vingegaard y Primoz Roglic) y la lucha por la cuarta plaza de la general, que ahora mismo ocupa Juan Ayuso, pero que acechan Enric Mas y Mikel Landa. En la carrera de los Jumbo, a diferencia de lo ocurrido ayer, no se han atacado entre ellos. En meta, Vingegaard se ha dejado unos segundos con Kuss. Por lo visto hoy da la impresión de que el equipo neerlandés estuviera dando por buena la clasificación actual y, por tanto, la victoria de Kuss, aunque tampoco es descartable del todo que el equipo dominador de la carrera haya decidido que sus tres hombres se disputen el triunfo final entre ellos en la jornada del sábado en la Sierra de Guadarrama. Da la sensación de que han decidido lo primero, la verdad, que hasta aquí ha llegado su guerra interna. No descartaría incluso que hoy Vingegaard, que ha trabajado para Kuss, haya perdido esos segundos en el arreón final adrede. 


Ayer se debatió mucho sobre ese momento en el que Kuss les dijo algo a sus compañeros de equipo por la radio y tanto Roglic como Vingegaard se fueron hacia adelante. Hoy han corrido de un modo muy distinto, lo que podría dar a entender que el equipo Jumbo-Visma ha decidido lo que, por otra parte, dada la situación actual de la carrera, parece bastante lógico: defender a quien ha llegado como líder a estas alturas de la Vuelta. El propio Kuss ha declarado reiteradamente que no quiere que nadie le regale la carrera, pero lo cierto es que él es el líder de la prueba a falta de sólo tres etapas para el final y lo razonable parece que se proteja su liderato. No son pocas las veces que un gregario más fuerte que su líder ha tenido que aflojar para seguir a su ritmo y trabajar para él. Podemos estar de acuerdo en que Roglic y Vingegaard llegan más fuertes, pero es que Kuss es el líder de la carrera, parece lógico que se defienda esa posición, más aún cuando la única amenaza a la victoria de Kuss provendría de sus compañeros, para los que además Kuss ha trabajado en múltiples ocasiones, las últimas, en el Giro que ganó Roglic y en el Tour que ganó Vingegaard. 


En cuanto a la lucha por la cuarta plaza y por el resto de posiciones de la general, en el puerto final Vlasov, apoyado por Denz que venía de la escapada, y Pelayo Sánchez, asturiano que hoy corría en casa, saltaron del pelotón en la aproximación a la subida final. El Movistar y el Emirates reaccionaron para defender los puestos en la general de Enric Mas y de Juan Ayuso. Poels volvió a marcar ritmo duro en un gran trabajo para Mikel Landa, que busca la cuarta plaza de la general, ahora en posesión de Ayuso. Llegó el esperado ataque de Landa y a la segunda abrió algo de hueco, con Ayuso pegado a su rueda, pero fueron neutralizados. En meta aceleró Mas y se pegó a su rueda Ayuso, pero entraron de la mano, mientras que Landa perdió unos pocos segundos con ellos. 




Tras la etapa de hoy, Kuss mantiene 17 segundos de ventaja sobre Vingegaard y 1:08 sobre Roglic, mientras que Ayuso sigue a cuatro minutos del maillot rojo. El ciclista del Emirates tendrá 19 segundos de ventaja que defender sobre Landa y 39 segundos sobre Mas para conservar la cuarta plaza. 




Mañana, jornada totalmente llana, propicia para una fuga. 

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