Kämna logra el triplete



Si alguien se ha perdido la etapa de hoy de la Vuelta y se ha limitado a consultar las clasificaciones en meta podría pensar que ha sido una etapa sin mucha historia. Jornada clásica de fuga consentida y poco más. La realidad ha sido bien distinta. Desde la salida, esta novena jornada de la ronda española ha ofrecido mucha emoción, con varios momentos de alta tensión a causa de los abanicos. Ha habido de todo hoy; lamentablemente, también una nueva decisión polémica de la organización, que ha decidido tomar los tiempos a dos kilómetros de la meta en el Collado de la Cruz de Caravaca. Según la organización, por las condiciones en la meta. Lo cierto es que, por lo visto en televisión, no parece nada claro que esas condiciones justificaran esa medida. 


Es una pena que la primera semana de carrera termine con una decisión cuestionable por parte de la organización. Este año llueve sobre mojado, y nunca mejor dicho. La presente edición de la carrera empezó con la contrarreloj por equipos en Barcelona en la que los últimos equipos corrieron en oscuridad. Al día siguiente, también en la capital catalana, se neutralizaron los tiempos antes del circuito final en Montjuic, lo que tuvo como consecuencia imágenes de la inmensa mayoría del pelotón yendo de paseo en esos kilómetros finales de la etapa. Hoy se han repetido esas escenas en tierras murcianas. Los favoritos llegarán tan tranquilos, charlando, después del ataque de Joâo Almeida y Alekxandr Vlasov antes de llegar a la pancarta de los dos kilómetros, y del acelerón final de Roglic poco antes de de esa pancarta para arañar algún segundo. Después, el paseo con toda la calma de los corredores al saber que ya se habían tomado los tiempos para la general. Imágenes que hacen poco bien a la carrera. 


La cuestionable decisión de la organización está ahí y hoy es especialmente una pena porque el día estaba realmente espectacular, mucho más de lo que cabía esperar en un primer momento. De salida el viento hizo acto de presencia y, con él, los abanicos. Muy lejos de meta, cuando aún faltaba más de una hora para que empezara la retransmisión televisiva, se formó un grupo de doce ciclistas por delante en el que estaban Sepp Kuss, Primoz Roglic, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel, pero no Juan Ayuso ni Joâo Almeida ni Enric Mas. Completaron el grupo delantero otros tres Jumbo-Visma (Wilco Kelderman, Jan Tratnik y Dylan Van Baarle), tres Bora (Alekxandr Vlasov, Nico Denz y Emmanuel Buchmann), un lugarteniente de Evenepoel en el Soudal-Quick Step (Mattia Cattaneo) y el ciclista del Bahrein Matevz Govekar. Fue una nueva demostración de fuerza del Jumbo-Visma, con seis ciclistas en ese grupo de doce. Recital tras recital. El Movistar y el Emirates se aliaron y se pusieron a trabajar con todo al frente del pelotón y lograron abortar la intentona lejana del equipo neerlandés. No llegaron a tener más de 45 segundos de ventaja, pero fue un momento de mucha tensión. 


Tras ser neutralizados, se formó una fuga ya sin riesgo para la general con Lennard Kämna (Bora), David Navarro (Burgos BH), Rubén Fernández (Cofidis), Chris Hamilton (DSM), Matteo Sobrero (Jayco), Amanuel Gehbreigzabhier (Lidl-Trek) y David González (Caja Rural-Seguros RGA). En su persecución saltó Jonathan Caicedo (EF), que también llegó a su altura. 


Parecía entonces que la etapa estaba vista para sentencia: el pelotón dejaría hacer a los fugados y el mejor de ellos (es decir, Kämna), se llevaría la victoria. Esto último ocurrió y el alemán, un corredorazo que es el cazador de etapas por excelencia, ha entrado en el club de los ganadores de etapa en Giro, Tour y Vuelta, pero por atrás aún faltaba un momento de tensión, porque a 78 kilómetros volvieron los abanicos. Sólo quedaron en el grupo principal Roglic, Vingegaard, Kuss y Valter; Evenepoel, Cattaneo y Serry del Soudal-Quick Step; Ayuso, Almeida y Soler del Emirates;  Mas, Oliveira y Rubio del Movistar; Buitrago, Landa y Tiberi del Bahrein; Vlasov y Denz del Bora; Groves y Planckaert del Alpecin; y también Germani (Groupama) y Carthy (EF)Por atrás se quedó Lenny Martínez, por lo que al joven equipo del Groupama le tocó trabajar para alcanzar el grupo principal, lo que logró a algo más de 50 kilómetros de meta. 


El Movistar entró al frente del pelotón en la subida final en el Collado de la Cruz de Caravaca. Luego el Soudal-Quick Step, incluso con Evenepoel en primera persona. Después llegaron esos ataques de Almeida, Vlasoc y Roglic tras la decisión de tomar tiempos a dos kilómetros de meta, una polémica más. No se recuerda una primera semana de la Vuelta con más polémicas. Ojalá tras la jornada de descanso de mañana y con la contrarreloj clave de Valladolid el martes queden atrás por completo estos líos. De nuevo diremos lo de siempre: la seguridad de los ciclistas es prioritaria, pero es importante que exista un criterio más o menos estable, consistente y predecible. Da la impresión de que la carrera empezó torcida y la organización sigue queriendo congraciarse con los corredores tras la falta de luz y la peligrosidad de la contrarreloj por equipos del primer día, como queriendo hacerse perdonar por aquello. 


La ascensión final se vio afectada por lluvias previas y había algo de barro en algunas zonas de la calzada, es verdad, pero no parece tan obvio que esas condiciones justifiquen la decisión de tomar los tiempos para la general a dos kilómetros de meta. Contra el tiempo nada se puede hacer y la seguridad es lo primero, sin duda, pero es dudoso que hoy las condiciones hayan sido tan extremas como para tomar una medida así. Son decisiones complicadas y hay que ser empáticos y comprensivos con los corredores y con la organización, pero la imagen que está dando la Vuelta no es la mejor. Mañana, jornada de descanso que ojalá suponga un borrón y cuenta nueva. 


Por cierto, en otro orden de cosas, hoy la organización de la Vuelta ha tenido un detalle con Juan Mari Guajardo por su cumpleaños. Bien se lo merece la voz del ciclismo, el speaker de ésta y otras muchas carreras ciclistas, que siempre aporta las dosis las información y emoción que requiere cada etapa. Un auténtico crack. 




Kuss se presentará en la contrarreloj del martes en Valladolid con 43 segundos de ventaja sobre Marc Soler, quien podría ponerse líder de la carrera siempre que Remco Evenepoel no le recorte los 1:41 que ahora mismo le saca al belga, máximo favorito para meter tiempo a sus rivales en la crono. Evenepoel aventaja en cinco segundos a Roglic, en once a Vingegaard y Mas, en 21 a Ayuso y en 31 a Almeida. 

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