Matej Mohorič se ha proclamado hoy campeón del mundo de gravel en el Véneto, una prueba en la que Alejandro Valverde ha sido cuarto un año después de retirarse como ciclista profesional. La presencia del ciclista murciano en la carrera era sin duda uno de los grandes alicientes de la carrera. Verlo competitivo y entre los mejores, su lugar natural, no sorprende a estas alturas a nadie, pero no puede dejar de ser resaltado. Es un animal ciclista, un corredor enormemente competitivo. Es alucinante que en lugar de retirarse a saborear las mieles de la gloria de una carrera extraordinaria esta leyenda viva de 43 años siga corriendo, vuelva a ponerse un dorsal y tutee a los mejores.
Wout Van Aert, posiblemente, el máximo favorito, sufrió una caída que le dejó fuera de la lucha por la victoria, aunque reemprendió la marcha y terminó octavo. La selección de la carrera la formaron Matej Mohorič, Florian Vermeersch, Connor Swift, Paul Voss, Alejandro Valverde y Cameron Mason. Luego se distanciaron Mohorič, Vermeersch y Swift. Este último se quedó atrás. Fue una prueba de eliminación constante y a 18 kilómetros de meta se fue en solitario Mohorič y alcanzó el arcoíris. El corredor esloveno también ha logrado este año seis victorias en la temporada en ruta, incluida una etapa del Tour de Francia. Vermeersch llegó segundo a 42 segundos y Conner Swift, a 3:39.
Hoy también se ha disputado la París-Tours, clásica con la que suele terminar el calendario europeo de la temporada. Se ha impuesto en un sprint de un grupo reducido Riley Sheehan, del equipo Israel.
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