La etapa reina de la Volta a Catalunya prometía un gran espectáculo ciclista y lo ha ofrecido. Un intratable Tadej Pogacar ha vuelto a exhibirse y ganar en solitario, un magnífico Mikel Landa ha ratificado su segunda plaza en la general y un renacido Egan Bernal ha confirmado la mejoría que venía mostrando, sin duda, la mejor noticia para el mundo del ciclismo de lo que llevamos de temporada. Como ya es habitual con el esloveno, Pogacar no ha dejado el más mínimo margen para la sorpresa, pero el día de ciclismo ha sido impresionante gracias al exigente recorrido y a la lucha por los otros puestos del podio.
Cuando los corredores llegan de uno en uno, o casi, está claro que la batalla vivida ha sido portentosa. El gran aliciente del día era la ascensión al coloso Coll de Pradell, con sus 15 kilómetros de recorrido al 6,5% de desnivel medio y rampas de hasta el 17%. Incluso comenzó antes de lo habitual la señal televisiva de la carrera para poder ver esa subida, que estaba lejos de meta, pero cuya dureza terminaría siendo decisiva para el desarrollo de la etapa. Comenzaron la subida en cabeza de carrera Bauke Mollema y Hugh Carthy, pero no abrieron camino. Lo probó en solitario Johan Esteban Chaves, quien tampoco marcó diferencias.
Hubo muy pocos ataques, pero sí una gran selección con el ritmo del UAE de Pogacar, con Marc Soler en labores de gran hombre de equipo. Se quedó Sepp Kuss, flamante ganador de la Vuelta y líder del Visma en esta carrera, que hoy no ha tenido su día y se ha mostrado lejos de su mejor versión. Quedaban ya pocos, muy pocos ciclistas en cabeza. El agotamiento en las piernas de los corredores era máximo y aún restaban dos ascensiones. En el siguiente puerto, en la Collada de Sant Isidre, a 30 kilómetros del final, Tadej Pogacar hizo un primer amago. Poco después lanzó un segundo demarraje que fue el definitivo. Sólo Mikel Landa pudo seguir a su rueda, pero apenas unos metros. El esloveno se fue en solitario hacia adelante. Como siempre. Ganó el solitario con toda la ventaja que quiso. Es de otro planeta.
En la única carrera verdaderamente disputada, la del podio, Landa mantuvo su apuesta en solitario, muy valiente teniendo en cuenta que ya era segundo y no era él quien necesitaba sacar tiempo a sus rivales. El vasco, que está haciendo una carrera soberbia, abrió hueco con Egan Bernal en el descenso de Sant Isidre, pero el colombiano, enorme, haciendo recordar sus mejores momentos, llegó a su altura y ambos colaboraron, más para sacar distancia a sus adversarios que para intentar dar caza a Pogacar, porque bien sabían que eso era imposible.
Mientras Pogacar seguía con su recital en cabeza, a 13 kilómetros de meta, Enric Mas saltó en persecución de Landa y Bernal. Llegó a recortarles distancias, pero al final terminó cediendo. Con todo, el balear lo ha dado todo. Por atrás marchaban Alekxandr Vlasov y Lenny Martínez, quienes veían cómo se les escapaba el podio ante el admirable empuje de Bernal. El colombiano del Ineos fue segundo en meta, con lo que arañó además unos segundos de bonificación.
Tras la etapa de hoy y antes de la disputa de la etapa final de mañana en Barcelona, Pogacar aventaja ya en la general en 3:31 a Landa y en 4:53 a Bernal, quien tiene prácticamente garantizado el podio porque le saca 53 segundos a Vlasov, que es cuarto, y 59 segundos a Mas, quinto.
Mañana la etapa final de la Volta compartirá la atención de los aficionados al ciclismo con la Gante-Wevelgem masculina y femenina.
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