Kooij vence a Pedersen en la primera de París-Niza


Las clásicas y las pruebas por etapas tienen niveles de intensidad diferentes. Estamos en un momento singular de la temporada ciclista en el que disfrutamos de las mejores carreras de un día y, a la vez, se disputan pruebas de una semana de mucha tradición y calidad. El contraste es siempre fuerte, como el que hay entre la carrera de 100 metros y un maratón, o entre una serie que se toma su tiempo para contar una historia y una película. En las clásicas todo se decide en ese día, no hay más,  entras que en las pruebas por etapas, más allá de la batalla diaria, hay que tener en cuenta las bonificaciones, las distancias con los rivales y las jornadas que están por venir. Cada carrera tiene su encanto, la suerte es que podemos disfrutar de todas ellas, gozar de lo que nos ofrece cada una. Con grandes clásicas en el horizonte, y aún con el recuerdo de la Strade Bianche de ayer, esta semana la atención del planeta ciclista se centra en la París-Niza, que ha empezado hoy y terminará el próximo domingo, y la Tirreno-Adriático, que era a rodar este lunes


Muchos pensamos que la emoción que ofrecen las clásicas es única, pero es cierto que gracias a la generación de portentosos y ambiciosos ciclistas de este tiempo, protagonistas de este bendito ciclismo moderno, cada día en las carreras por etapas puede hacer emoción, alternativas y sorpresas. La primera etapa de la París-Niza es un perfecto ejemplo de ello. Ha terminado al sprint, como se esperaba, pero el camino hacia la volata ha sido de lo más entretenido


La escapada del día la compusieron  Stefan Bisseger (EF), Jonas Rutsch (EF) y Mathieu Burgaudeau (TotalEnergies). No llegaron a meta, pero fueron cabeza de carrera unos cuantos kilómetros y Rutsch se puso líder de la montaña. 


Desde que los tres escapados fueron neutralizados hasta la meta hubo una sucesión de alternativas. Un sprint bonificado a 17 kilómetros de meta propició un ataque de Matteo Jorgenson (Visma), que se llevó seis segundos, por delante Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step) y de Egan Bernal (Ineos), que confirma que está de vuelta en su mejor versión. Evenepoel intentó darle continuidad, pero no cuajó. A 13 kilómetros del final, en la última cota, atacó primero Bernal y después se movió Evenepoel, loco por la música. Los movimientos provocaron una gran selección en el pelotón. 


Se sucedieron los ataques. A diez de meta se movió Anthony Turgis. El ciclista francés del TotalEnergies mantuvo en cabeza hasta que faltaban dos kilómetros para el final. Llegó el sprint, un gran duelo entre Olav Kooij, que sumaba dos triunfos en lo que va de temporada, y Mads Pedersen, que sumaba seis. El danés  lanzó el sprint de demasiado pronto y terminó siendo superado en meta por Kooij, que suma una nueva victoria para el Visma y que es el primer líder de la carrera del sol


 

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