Pidcock se estrena en 2024 y Vos sorprende a Wiebes

 



Día de sorpresas en la Amstel Gold Race, tanto en la prueba femenina como en la masculina. La carrera que inaugura el conocido como tríptico de las Ardenas, que continuará el miércoles con la Flecha Valona y el domingo próximo con la Lieja-Bastoña-Lieja, el cuarto monumento de la temporada, ha ofrecido emoción hasta el final. En la Amstel femenina, Lorena Wiebes, hoy por hoy, la ciclista más rápida al sprint, parecía tenerlo todo para ganar la clásica, pero celebró antes de tiempo y Marianne Vos le terminó birlando la victoria en la línea de meta. Final sorprendente e impactante para todos, empezando por la propia Wiebes. La sorpresa en la prueba masculina ha sido no sólo que no haya ganado Mathieu Van der Poel, el favorito número uno, sino que ni siquiera ha tenido opciones de disputar el triunfo de la carrera, que se ha terminado llevando Tom Pidcock.  

Por partes. La Amstel Gold Race femenina, que se vio interrumpida por un accidente en el que se vio envuelto un coche de policía que acompañaba a la carrera, hubo varios intentos para intentar evitar el final al sprint entre las ciclistas más fuertes del día. Abrió camino una fuga de Ricarda Bauerfeind, Yara Kastelijn y Eva Van Agt, perseguidas por Anouska Koster. A 21 kilómetros del final, en el Cauberg, lanzó un potente ataque Elisa Longo Borghini, que seleccionó el grupo.  El Lidl-Trek asumió las labores de caza. 


Tras varios ataques y acelerones, como el que hizo que se quedara Lotte Kopecky en la última ascensión al Cauberg, el final al sprint estaba cantado. Y saltó la sorpresa. No es una sorpresa que gane Marianne Vos, nunca puede ser una sorpresa que la ciclista neerlandesa gane, porque ése es su hábitat natural, pero sí fue increíble el desenlace de la prueba. Lorena Wiebes se vio tan superior en esa volara que alzó los brazos y cantó victoria antes de tiempo. En todo momento a su rueda en el sprint marcho Vos, quien, posiblemente sorprendida por la imprudencia de su compatriota, le arrebató una victoria que parecía segura. Lloró desconsolada Wiebes en meta al percatarse de la situación. Da la impresión de que vigiló solo a su derecha y cometió la imprudencia de no vigilar a Vos. Cuesta creer que las y los ciclistas tengan ese empeño por alzar los brazos antes de cruzar la línea de meta, como si no fuera más seguro hacerlo una vez certificada la victoria, pero lo cierto es que no es la primera vez que ocurre algo así. 


A Vos y Wiebes las acompáñalo en el podio Ingvild Gaskjenn.




En la Amstel Gold Race masculina, en efecto,  había un favorito indiscutible. Van der Poel, que viene de arrasar a lo largo de toda la primavera ciclista, parecía el indiscutible aspirante a vencer, la que hubiera sido además su victoria número 50. Formaron la fuga inicial de la carrera Hajek, Kyffin, Leijnse y Van der Sande,  mientras el Alpecin-Deceuninck controlaba la carrera por detrás. 


A unos 60 kilómetros del final se formó un nuevo corte con Mikkel Honoré, Louis Vervaeke y Paul Lapeira. Más tarde, a 35 kilómetro de la meta, llegó el momento decisivo de la carrera. Fue entonces cuando saltaron Roger Adrià (que ha hecho una carrera impresionante liderando al Bora ante la ausencia de Primoz Roglic), Marc Hirschi (la baza del UAE de Juan Ayuso, que sufrió una caída y no pudo estar en la lucha por la carrera), Bauke Mollema y Valentin Madouas. A su altura llegaron después Mauri Vansevenant y Quentin Pascher. También saltaron Andreas Kron, Tiesj Benoot, Tom Pidcock y Pello Bilbao.


Era un corte de mucho juego y mucho riesgo que pilló fuera de juego a Van der Poel y a su equipo.  Se formó un cuarteto con Hirschi, Vansevenant, Pidock y Benoot. Por detrás, Mattias Skjelmose, que tenía a Mollema por delante, aceleró al frente del grupo de favoritos en el último paso por el Cauberg. No fue suficiente para echar abajo la fuga. A 15 kilómetros del final atacó Pello Bilbao en un descenso, cuando la ventaja de los escapados se había reducido por debajo del medio minuto. Saltó a por él el otro gran bajador de la fuga, Pidcock. Hubo reagrupamiento. Luego se formó un nuevo corte, ya el definitivo, con Vansevenant, Benoot, Pidcock y Hirschi.  


Los cuatro llegaron a meta con opciones de victoria. Vansevenant, el menos rápido de los cuatro, fue le prometo en lanzar el sprint. El triunfo se lo llevó Pidcock, que inaugura así su palmarés en ruta esta temporada. Todo ello en una carrera en la que se ha demostrado que Van der Poel también es humano. 

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