Apenas llevamos cinco etapas de Giro de Italia, pero ya está claro que, pase lo que pase de aquí al final de la corsa rosa, Mads Pedersen será uno de los nombres obligados en cualquier crónica de balance de la carrera. Porque ya lleva tres triunfos parciales (sobre cinco posibles a estas alturas de carrera), porque viste la maglia rosa de líder y aún tiene opciones de mantenerse ahí alguna etapa más, porque está logrando sus triunfos ante rivales distintos casi cada día y porque se impone al sprint, sí, pero después de jornadas escarpadas como la de hoy en la que se eliminan a los velocistas puros.
El triunfo de hoy del ciclista del equipo Lidl-Trek ha llegado por delante Edoardo Zambanini (Bahrein) y, ojo, de Tom Pidcock (Q36.5), quien ante la ausencia de muchos de los velocistas, porque se quedaron cortados en las rampas previas, decidió animarse a entrar en la volara. Pero Pedersen, de rosa de líder, no ha dado opción a sus rivales. Ha recuperado el dominio de las volatas de este Giro, tras la sorpresa del triunfo de ayer de Casper Van Uden (Picnic Post NL). Pedersen ha declarado hoy en meta que este comienzo del Giro está yendo mejor de lo que podría haber soñado. Desde luego, está siendo un inicio de prueba portentosa.
Antes del triunfo de rigor del líder y dominador absoluto de estas primeras etapas del Giro, los protagonistas del día fueron los miembros de la escapada del día. Porque, sí, esta vez hubo más de un ciclista en fuga. A la presencia ya fija del Polti en las escapadas, esta vez con Davide Bais, se sumaron esta vez el Arkea, con Giosue’ Epis, y el Movistar, con Lorenzo Milesi. Su fuga no triunfó, pero al menos le dieron visibilidad a su equipo y algo de vidilla a la etapa.
El recorrido de hoy era más duro que el de ayer y se ha notado. De hecho, hasta hemos visto un acelerón, sería demasiado calificarlo de ataque, de Primoz Roglic (Red Bull-Bora) a falta de dos kilómetros del final. El esloveno sigue siendo el líder in pectore de la carrera, el favorito mejor clasificado después de su sensacional contrarreloj del sábado.
Mañana, sexta etapa, con ascensiones, pero demasiado lejos de meta como para ver a los favoritos en acción. Más bien guardarán fuerzas para las etapas venideras.
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