Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena. Este verso de Sabina es aplicable a Elisa Longo Borghini (UAE), ciclista osada y atrevida, que siempre corre al ataque. A veces, en efecto, ser valiente sale caro, pero otras vale la pena. Hoy ha sido uno de esos días para ellas que ha asaltado la maglia rosa en el Giro de Italia, y también para Sarah Gigante (AG-Insurance), que ha conquistado su segunda etapa en esta edición y además se ha metido en el podio a falta de una última etapa.
Ha sido un día grande de ciclismo en el Giro. La campeona de Italia, que partía en la penúltima etapa del Giro a 16 segundos de la líder, Marlen Reusser (Movistar), lanzó un muy valiente ataque junto a su compañera Silvia Persico muy lejos de meta, tanto que fue antes incluso del Monte Nerone. Tras ellas saltó Liane Lippert (Movistar), mientras su jefa de filas y líder de la carrera marchaba por detrás en el pelotón.
Fue un movimiento atrevido, porque quedaba por delante una durísima ascensión. Y la valentía esta vez tuvo un premio gordo: el liderato de la carrera y un paso enorme hacia adelante para conquistar su segundo Giro consecutivo. Una jugada maestra.
La etapa empezó con una escapada formada por Usoa Ostalaza (Laboral Kutxa), que pensaba en la clasificación de la montaña; Shirin Van Anrooij (Lidl-Trek), que llegó a ser líder virtual de la carrera, y Mijntje Geurts (Visma-Lease a Bike). Más tarde saltó Célia Gery (FDJ-Suez), que terminó siendo cazada por el pelotón. A 28 kilómetros de meta se fue en solitario hacia adelante Van Anrooij, que para entonces ya no era líder virtual, porque contaba con algo más de tres minutos de ventaja y estaba a unos cuatro en la general.
En el grupo principal, antes de la ascensión al Monte Nerone, cuando llegó el valiente movimiento del UAE, con Persico tirando para Longo Borghini, con Lippert a rueda, el Movistar y el AG-Insurance tiraron del pelotón. A 10 kilómetros de meta terminó su trabajo Persico y dejó a la vigente ganadora del Giro en busca de la maglia rosa.
Atacó Gigante a algo más de cinco kilómetros de la meta, y logró recortar distancias muy rápido con Longo Borghini, que para entonces era ya cabeza de carrera y sacaba un minuto a Reusser, que no pudo defender su maglia rosa. La ciclista australiana dio caza a la italiana a tres kilómetros del final y la descolgó poco después. Aunque Longo Borghini no fue capaz de seguir el ritmo de Gigante, en ningún momento puso en riesgo su asalto a la maglia rosa. Le acabó sacando en meta 32 segundos a Reusser, más que suficiente, dado que sólo les separaban 16 antes de la etapa de hoy.
Gigante, descomunal, se va del Giro (a falta de la etapa de mañana, claro) con dos triunfos de etapa y con un puesto en el podio. Ha firmado una carrera soberbia.
Longo Borghini llega líder a la etapa final de mañana en Imola, que tiene un recorrido atractivo con un circuito que incluye dos cotas. La ciclista italiana cuenta ahora con 22 segundos de ventaja con Reusser y con 1:11 sobre Gigante, mientras que la cuarta plaza es ahora para Pauliena Rooijakkers (Fenix-Deceuninck), a 2:55. La ventaja de la líder con Reusser no es enorme, apenas 22 segundos, pero la ciclista suiza del Movistar tendrá que intentar sorprender a Longo Borghini en una jornada final que se presenta apasionante.
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