Milan culmina con éxito el plan del Lidl-Trek

El ciclismo es un deporte de equipo, aunque la gloria se la lleve siempre un único corredor. Hasta el mejor campeón necesita compañeros que le lleven los bidones desde el coche, lo protejan del viento o endurezcan la carrera a su conveniencia. A veces se nos olvida, sí, y por eso días como el de hoy en el Tour sirven para recordárnoslo. Porque hoy Jonathan Milan ha ganado su segunda etapa en esta edición de la ronda gala y ha subido al podio dos veces, como vencedor y como líder de la clasificación por puntos, pero una parte no menor de la victoria es de sus compañeros del equipo Lidl-Trek

Para Milan ganar hoy era importante porque puede ser la última oportunidad para los hombres rápidos en lo que queda de carrera y porque Tadej Pogacar, el caníbal del siglo XXI, lo quiere todo y aspira incluso a llevarse el maillot verde, que siempre han ganado velocistas. Por eso, ganar hoy era decisivo para que el ciclista italiano del Lidl-Trek se afianzara al frente de la clasificación por puntos

Para culminar el plan, Milan necesitaba que sus coequipier controlaran la fuga formada por Quentin Pacher (Groupama-FDJ), Mathieu Burgaudeau (TotalEnergies), Jonas Abrahamsen (Uno-X) y Vinvenzo Albanese (EF) a una distancia prudencial. Pero también era importante, claro, no quedarse cortado en las cotas del día, algo que ocurrió en un momento clave del día. Entonces, Quinn Simmons, hiperactivo en este Tour, se descolgó del pelotón para ayudar al maillot verde a reintegrarse al grupo, en otro ejemplo claro de la importancia del trabajo en equipo en el ciclismo. 

Una vez neutralizada la fuga y frustrados también otros intentos como el de Wout Van Aert (Visma-Lease a Bike), faltaba lanzar el sprint. Y eso también es fundamental para que los hombres rápidos rematen en la llegada masiva. Cuanto más protegidos estén en la parte final y cuanto más lejos los lleven sus lanzadores, mejor. Y, de nuevo, Milan ha contado con el trabajo providencial de sus compañeros, en especial, de Jasper Stuyven, que lo mantuvo bien colocado, siempre en cabeza, lo que permitió a Milan salvar la caída en la parte final que convirtió la volata en un caos. Milan cumplió con su parte y ganó con claridad el sprint. Plan impecable perfectamente ejecutado. 

La etapa echó a rodar, por cierto, sin Danny van Poppel (Red Bull-Bora) no tomó la salida, pero en este caso por una buena noticia, porque ha sido padre, y es importante tener las prioridades claras en la vida. 

Mañana, etapa de alta montaña con tres cumbres de categoría especial consecutivas y final en Courchevel. 

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