Milan se estrena en el Tour



Seis años después de la última victoria de etapa italiana en el Tour, conseguida por Vincenzo Nibali, Jonathan Milan ha roto hoy la sequía para el país transalpino en la Grande Boucle. El velocista del Lidl-Trek se ha impuesto en el final al sprint de la más bien sosa octava etapa del Tour. Milan, que sí sabe ya lo que es ganar en el Giro de Italia, donde tiene cuatro etapas, ha estrenado hoy su palmarés en el Tour. Ha firmado un espléndido sprint en el que se ha impuesto a Wout Van Aert (Visma-Lease a Bike) y Kaden Groves (Alpecin-Deceuninck). 

La etapa no ha sido especialmente entretenida. Ha sido muy aburrida, vamos. Una etapa llana destinada al sprint en el que casi nadie se dejó ver. Llama especialmente la atención que después de tantas etapas emocionantes y con finales escarpados, con cotas, la organización del Tour haya situado dos etapas llanas en el segundo fin de semana de carrera. Es una decisión discutible y difícil de entender, aunque siempre es más fácil comentarlo todo desde la distancia, y lo cierto es que planificar el recorrido de una gran vuelta es un equilibrio muy complejo. 

Esta vez, por ejemplo, el 14 de julio cae el lunes, y por eso pasado mañana no habrá día de descanso, y sí una etapa, precisamente montañosa. Según ha explicado Thierry Gouvenou, el responsable del recorrido, los organizadores querían hacer esta ruta, desde la Bretaña al Macizo Central, y querían evitar traslados en avión, la orografía no daba muchas más opciones, porque no hay cotas en ese camino. También ha explicado que no es realista esperar 21 días muy duros. Sinceramente, creo que este año no podemos quejarnos de lo visto esta primera semana de Tour. No es lo deseable que las dos etapas de un fin de semana de una gran vuelta concentren dos jornadas llanas destinadas al sprint, pero así han sido las circunstancias. Este año la primera semana está siendo especialmente atractiva y emocionante. Hoy, y posiblemente mañana, toca un par de días más sosos. Tampoco es ningún drama. 

Hoy, en efecto, poca historia ha habido. El Lidl- Trek de Jonathan Milan y el Intermarché-Wanty de Biniam Girmay se encargaron de controlar el pelotón para que no hubiera ataques antes del sprint intermedio. Tampoco es que hubiera demasiados equipos con ganas de buscar fugas, como luego se comprobaría. Ese sprint intermedio lo gano muy fácil Milan por delante de Tim Merlier (Soudal-Quick Step). 

A 80 kilómetros de meta atacaron de forma conjunta Mathieu Burgaudeau y Mattéo Vercher, ambos del TotalEnergies. El único equipo y los dos únicos ciclistas que lo probaron. Y poco más. Tadej Pogacar (UAE) conserva el maillot amarillo, lógicamente, y hoy en el equipo emiratí han estado más pendientes de ver cómo se encontraba João Almeida tras la caída de ayer. En la salida, el ciclista portugués contó que se sentía como si le hubiera pasado un tren por encima. En declaraciones a Eurosport en meta, Matxin ha afirmado que Almeida es muy duro y que está convencido de que podrá seguir en la carrera. 

Mañana, en principio, más de lo mismo, nueva etapa llana. Esta vez, con el sprint intermedio muy cerquita de la salida. 

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