La organización del Giro de Italia ha presentado hoy en Roma el recorrido de sus próximas ediciones masculina (del 8 al 31 de mayo) y femenina (del 30 de mayo al 7 de junio). La primera gran novedad es, precisamente, que por primera vez el Giro femenino comenzará el penúltimo día de la prueba masculina, en línea con lo que lleva años haciendo el Tour de Francia. El objetivo es aumentar el seguimiento de la corsa rosa y prolongar un mes entero la atención de la afición ciclista, primero con el Giro masculino y luego con su homólogo femenino, que este año tendrá nueve etapas.
Por orden cronológico, el baile empezará el 8 de mayo con el comienzo del Giro masculino en Bulgaria. La primera etapa se resolverá previsiblemente al sprint, igual que la tercera, mientras que en la segunda habrá una subida de cuarta que podría añadir intriga al desenlace. El lunes 11 de mayo, el Giro tendrá el primer día de descanso, que será más bien día de traslado. Las primeras etapas por territorio italiano parecen destinadas para los velocistas hasta la séptima, con final en el exigente Blockhaus, primera prueba seria para la licúa por la general. También terminarán en alto las dos siguientes etapas: la octava, de media montaña, y la novena, que concluye en un puerto de primera categoría.
El martes 19, tras el segundo día de descanso, llega un día clave para la lucha por la magia rosa: una contrarreloj individual de 40,2 kilómetros, la única de todo el recorrido. Tras una etapa escarpada (la 11) y otras dos destinadas a una fuga o al sprint (la 12 y la 13), vuelve la alta montaña en el penúltimo fin de semana del Giro. La jornada 14 reúne un puerto de tercera, otro de segunda y tres de primera, incluido su puerto final en Pila, en el Valle de Aosta. Al día siguiente, Milán acogerá de nuevo un final de etapa de la corsa rosa, la número 90 y el la historia de la ciudad, tras un recorrido totalmente llano.
Como ya es habitual, la mayor dureza de la carrera se concentrará en su semana final. El martes 26, la etapa 16 terminará en alto, en Carì, y los dos días siguientes se disputarán sendas etapas con terreno escarpado propicio para aventureros. La traca final en los Dolomitas llegará los días siguientes días. La etapa 19, considerada la reina, incluye las ascensiones a Duran, Staulanza, Giau (Cima Coppi) yFalzarego. Al día siguiente, por si queda algo por decidir, se subirá dos veces el Piancavallo, antes de la etapa final en Roma, con la que los ciclistas dejarán atrás un recorrido de 3.459 kilómetros y 50.000 metros de desnivel acumulado.
Por su parte, el Giro femenino, con 1.153,7 kilómetros y 12.500 metros de desnivel acumulado, echará a rodar el sábado 30 de mayo desde Cesenatico, con final en Ravenna, en una etapa destinada a las mujeres rápidas del pelotón, igual que al día siguiente. La etapa etapa incluye una subida de cuarta categoría y otra de tercera lo suficientemente cerca de meta como para que pueda hacer valientes que desafíen la lógica del pelotón.
La cuarta etapa será una cronoescalada de 12,7 kilómetros, de los cuales unos siete serán de ascensión a Nevegal, con rampas de hasta el 10%. Al día siguiente, más madera, con una exigente etapa de montaña que incluye subidas al Passo Trei Croci, de primera; Passo di Sant’Antonio, de segunda, y doble ascensión a Costalissoio, de tercera. La sexta etapa estará destinada al sprint y la séptima incluye dos cotas de tercera cerca de meta.
La etapa reina será la octava, el miércoles 6 de junio, con final en Sestriere y previa ascensión al Colle delle Finestre. Una durísima jornada de ciclismo en la que se decidirá la carrera, antes del final al día siguiente en Saluzzo, con una etapa, ojo, que incluye un puerto de segunda, otro de tercera y otro de primera, aunque éste último muy lejos de meta.
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