Pidcock y Vingegaard destacan en una etapa sin ganador

 

Se esperaba un gran día de ciclismo hoy en Bilbao, pero las protestas contra las matanzas de Israel en Gaza han obligado a la organización a suspender la etapa y tomar los tiempos a tres kilómetros de meta. Una convocatoria a tras de redes sociales llevaba días llamando al boicot de la carrera y varios manifestantes se han concentrado en la línea de meta y han intentado forzar las vallas en el primer paso de los ciclistas por la línea de meta. La organización decidió que no hubiera ganador de etapa, para preservar la seguridad de los corredores. 

La polémica, las discusiones y los debates sobre las protestas y sobre el tema de fondo exceden, con mucho, el propósito de este blog. También en importancia, por supuesto. La organización de la Vuelta ha tomado la decisión de tomar los tiempos a tres kilómetros de meta pensando en la seguridad de los corredores. Parece lo más sensato, viendo las imágenes en meta. Lo que es seguro es que la polémica continuará. En meta, Kiko García, director técnico de la carrera, ha recordado que la organización no puede expulsar al equipo Israel y ha afirmado que la única solución es que el equipo Israel se dé cuenta de que, mientras siga en carrera, no facilita la seguridad. Ha sido un día nulo, o casi, en lo deportivo.

El atractivo recorrido de la etapa invitaba a ver una miniclásica y no faltaron los ataques, pero hoy el Visma-Lease a Bike de Jonas Vingegaard quería controlar la carrera para buscar un triunfo de etapa, dado que hoy era el cumpleaños de su hijo. El danés quería el triunfo de etapa. Primero se fueron hacia adelante Marc Soler (UAE), Orluis Aular (Movistar) y Mads Pedersen (Lidl-Trek). Entre ellos, se marchó en solitario hacia adelante Soler y tras él saltaron en su persecución Santiago Buitrago (Bahrein), Louis Vervaeke(Soudal-Quick Step), Victor Campenaerts (Visma-Lease a Bike) y Joel Nicolau (Caja Rural-Seguros RGA).

Sólo Vervaeke logró conectar con Soler, pero ambos fueron cazados a 56 kilómetros del final. Después llegó una nueva tanda de ataques, con Mikel Landa (Soudal-Quick Step) enloqueciendo a la afición vasca y reavivando el landismo. A su altura llegó Buitrago, después de que Landa coronara el solitario el primer paso por El Vivero. Los dos se entendieron bien y abrieron camino con el grupo perseguidor formado por Edward Dunbar (Jayco-AlUla), Campenaerts, Chrisropher Hamilton (Picnic-Post NL), Louis Rouland (Arkea), Kamiel Bonneu (Intermarche) y Pedersen. Este último pensaba en el sprint intermedio, para seguir sumando puntos en su lucha por la regularidad. En la segunda ascensión al Vivero, Landa se quedó descolgado por unos dolores de espalda y Buitrago se lanzó en solitario hacia adelante, aunque terminó siendo cazado. 

Ya con la noticia de que los tiempos se tomarían a tres kilómetros de meta, faltaba por afrontar la dura ascensión al Alto de Pike. Atacó Tom Pidcock (Q36.5) y sólo Jonas Vingegaard (Visma-Lease a Bike) pudo responder, no sin sufrimiento. El británico llegó a soltar al danés, aunque el líder terminó dándole caza. Los dos sacaron un puñado de segundos sobre João Almeida (UAE), Felix Gall (Decathlon-Ag2r), Matteo Jorgenson (Visma-Lease a Bike) y Jay Hindley (Red Bull-Bora). 


Mañana, duodécima etapa con un puerto de primera categoría relativamente cerca de meta que debería animar el desenlace. 



Más allá de la Vuelta, Olav Koij (Visma-Lease a Bike) y Lorena Wiebes (SD Worx) volvieron a ganar al sprint en el Tour de Gran Bretaña y el Simac Ladies Tour, respectivamente. 

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