Bardet brilla en la mejor etapa del Tour



La lluvia. La peligrosidad y la tensión que supone la lluvia en el ciclismo han sido los factores decisivos en la antepenúltima etapa del Tour, de lejos, la más apasionante de las jornadas de la presente edición de la ronda gala. La peor cara de este deporte, las caídas, ha asomado en un día de mucha dificultad, de esos que recuerdan lo heroico que es la labor de los ciclistas y lo injusto que resulta juzgar la actuación de los corredores desde la comodidad del sofá. Siempre, pero más todavía en etapas tan exigentes y peligrosas como la de hoy. De las que llevan a reafirmar la admiración hacia los esforzados de la ruta, agotados, desprotegidos, jugándose el tipo bajo la lluvia y sobre el asfalto mojado. Ha sido una etapa apasionante, con muchos nombres propios. El primero, el de Romain Bardet, ganador de la etapa, que ha asaltado el podio con un valiente ataque en el descenso de Montée de Bisanne, donde se fueron al suelo, entre otros, Chris Froome (tan grande en las desgracias como en las victorias apabullantes), Bauke Mollema, Richie Porte y Dani Navarro, quien ha entrado en la fuga y se ha tenido que retirar por su caída. Muy injusto final del Tour para uno de los ciclistas más combativos de la Grande Boucle


Por partes. En el transcurso de la etapa de hoy la televisión francesa ha mostrado un cartel de un aficionado que rezaba "dónde están los ataques". Ese texto resume bien lo que estaba siendo hasta ahora este Tour, o al menos el descontento generalizado de los aficionados por la falta de batalla en la carera gala. Pareciera como si los corredores hubieran leído el cartel del aficionado indignado. Porque pocas pegas pueden ponerse a la entrega de los ciclistas en la etapa de hoy. El comienzo no fue demasiado alentador, pues se formó una fuga numerosa con demasiada facilidad. 

Entraron en la escapada Alexey Lutsenko (Astana), Robert Kiserlovski y Rafal Majka (Tinkoff), Alexis Vuillermoz (AG2R-La Mondiale), George Bennett (LottoNL-Jumbo), Pierre Rolland (Cannondale-Drapac), Markus Burghardt y Amaël Moinard (BMC), Natnael Berhane (Dimension Data), Laurens ten Dam (Giant-Alpecin), Emmanuel Buchman (Bora-Argon 18), Rui Costa (Lampre-Merida), Thomas De Gendt y Tony Gallopin (Lotto-Soudal), Tony Martin (Etixx-Quick Step), Daniel Navarro (Cofidis), Michael Matthews (Orica-BikeExchange), Eduardo Sepulveda y Vegard Breen (Fortuneo-Vital Concept).

Tenía la pinta de que la fuga abriría hueco, pero cuando los escapados alcanzaron algo más de cuatro minutos de ventaja, Astana empezó a trabajar con fuerza. El conjunto kazajo ha sido 
valiente. Y es algo frecuente en la escuadra celeste. Resultará más o menor exitosa su estrategia. Se podrá criticar que después Aru no esté a la altura del esfuerzo de sus gregarios. Pero parece evidente que si Astana no se hiciera puesto a tirar del pelotón, la fuga habría logrado una ventaja tan amplia como para que la lucha por la victoria de etapa quedara reducida a los escapados. Y eso resta mucho atractivo a la etapa, como ha quedado demostrado en las anteriores jornadas montañosas de este mismo Tour. Gracias a Astana, la emoción de la etapa ha ido in crescendo. Después, llegada la hora de la verdad en la subida final, Fabio Aru lo ha probado, pero no ha conseguido su objetivo. A veces, importa más el arrojo en busca de un reto que lograrlo o no. A Aru y Astana se les podrá negar muchas cosas, pero no que jamás se esconden. 

La aparición de la lluvia lo ha cambiado todo. Rui Costa, cabeza de carrera, se la jugó. Igual que Pierre Rolland, quien se ha ido al suelo. Después llegaron muchas más caídas. Una de ellas, ya dicho, la de Dani Navarro. Antes se había caído Tom Dumoulin, quien tiene una lesión que podría impedir acudir a los Juegos Olímpicos de Río a uno de los máximos favoritos al oro en la prueba contrarreloj.  Bauke Mollema también ha sufrido la mala suerte en el descenso, igual que Richie Porte. Este último ha llegado más tarde al grupo delantero, y ha atacado, aunque ha terminado rendido, extenuado. 

Cuando Froome se ha ido al suelo, con Nibali tras él, cundió el nerviosismo. El ciclista británico del Sky ha cambiado su bicicleta con Geraint Thomas. Ha seguido, incómodo y dolorido. Ha perdido contacto momentáneamente, pero ha salvado bien el día. Y no se le ha puesto nada fácil. En ese instante de mucha tensión, Romain Bardet, definitivamente la gran esperanza del ciclismo francés para las vueltas de tres semanas, ha atacado. Valiente. Aguerrido. Lo ha probado y le ha salido bien. Ser valiente no ha salido tan caro, como reclama Sabina en aquella canción. Su Tour hasta ahora estaba siendo muy serio. Desde hoy, es el segundo clasificado de la general y el corredor protagonista del momento más apasionante de la carrera francesa. La victoria de etapa y su asalto al podio son un premio más que merecido. 

Nairo Quintana queda a 16 segundos de Bardet en la general. El corredor colombiano del Movistar clamaba ayer ante los medios por la llegada de la lluvia, temeroso de sufrir una alergia que estaría lastrando su rendimiento. Y hoy, con la lluvia se le ha visto mejor. Lo que no cambia es que Alejandro Valverde ha vuelto a mostrar más fortaleza que su líder, lo que ya no es noticia. 

La batalla por el podio queda más abierta aún de lo que lo estaba antes de esta sensacional etapa, aunque a costa del riesgo de la lluvia. Adam Yates, quien hoy ha reflejado su enorme capacidad de resistencia, yendo de menos a más, con varios infortunios, está a 25 segundos de Bardet. Richie Porte, que ha terminado muy cansado, está a algo más de un minuto de Bardet, mientras que Aru cede casi dos minutos. Alejandro Valverde es séptimo en la general. 



Tras la notable décimo novena etapa, mañana toca la penúltima jornada de este Tour. Dos puertos de primera y uno de segunda anteceden a la ascensión al Col de Joux Plane. Desde su cima, descenso directo a la meta en Morzine. Y con las previsiones meteorológicas anticipando lluvia. Se presenta una etapa apasionante. 

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