Los dos triunfos de Indurain en el Giro

Seguimos compaginando la actualidad del Giro de Italia, que hoy vive un parón para trasladarse de Cerdeña a la península itálica, con historias de la corsa rosa, que alcanza este año su edición centenaria. En esta mirada retrospectiva de la ronda transalpina no podía faltar un artículo dedicado a Miguel Indurain. El ciclista navarro, cinco veces ganador del Tour de Francia, consiguió el doblete con el Giro dos años seguidos, en 1992 y 1993
En 1991, año en el que Indurain ganó su primer Tour de Francia, el corredor del Banesto decidió acudir a la Vuelta a España (que entonces se disputaba en abril) como líder del equipo, ya que Pedro Delgado, entonces el jefe de filas de la escuadra, optó por el Giro. Acabó segundo Indurain en aquella Vuelta, que ganó Melchor Mauri. En 1992, Indurain descartó la Vuelta y acudió a la corsa rosa. La exhibición del navarro ese año en la ronda italiana fue apoteósica, sin dar opciones reales a sus rivales.

Indurain se puso líder en la segunda etapa, gracias a un corte, y asestó el primer hachazo serio a sus rivales en la cuarta etapa, contrarreloj, la disciplina en la que el mítico ciclista español asentó sus mayores triunfos. Resistió el corredor de Banesto vestido de rosa desde entonces. No faltaron ataques en los puertos de sus dos principales rivales, Claudio Chiappucci y Franco Chioccioli, ganador el año anterior. Pero nada pudieron hacer contra el rocoso ciclista español. 

Antiguamente las cronos eran otra historia. La jornada final de aquel Giro era una contrarreloj en Milán de, atención, 68 kilómetros. En esa lucha individual, nadie era capaz de batir a Indurain. El corredor del Banesto dejó en aquella crono una de las imágenes más memorables de su carrera, al doblar a Chiapucci. Entonces salían los corredores cada tres minutos. La diferencia que le sacó el ciclista español al ídolo italiano de aquella época en la general superó los cinco minutos. 

Al Giro de 1993 llegó Miguel Induarin consagrado como el gran ciclista de vueltas por etapas del momento, como el rival a batir. El todopoderoso corredor navarro volvía a verse la cara con sus mayores adversarios, encabezados de nuevo por Claudi Chiappucci y Franco Chiocciolo, junto a Gianni Bugno. Contra una legión de escaladores italianos, el ciclista del Banesto volvió a imponer su portentoso dominio de las cronos y su excelente capacidad de resistir las embestidas en la montaña. 

El Giro de aquel año empezó con un doble sector, una etapa en línea por la mañana y una etapa prólogo por la tarde. En esta última ganó Moreno Argentin, quien llegó de líder hasta la décima etapa, una contrarreloj  de 28 kilómetros en la que, lo has adivinado, Miguel Indurain se llevó la victoria y vistió la maglia rosa. Al día siguiente, en lo que se conoce como una escapada bidón, le quitó el liderato Bruno Leali. Quedaban todas las etapas decisivas por delante y el corredor español del Banesto era el favorito mejor situado en la general. 

En la etapa 14, de alta montaña, Indurain recuperó el rosa, al entrar con los mejores. El golpe definitivo a la carrera lo asestó en una cronoescalada de 55 kilómetros a Sestriere, donde Indurain arrolló a todos, El corredor letón Piotr Ugrumov fue el primero de los mortales, al ceder menos de un minuto. Chiappucci se dejó más de cuatro minutos. Indurain ganó así su segundo Giro de Italia y ese año volvería a hacer doblete en el Tour. 

El corredor del Banesto regresó al Giro al año siguiente, al que llegó justo por una lesión que había sufrido. Con todo, en la etapa reina de la corsa rosa, Indurain atacó, valiente, y alcanzó a Marco Pantani, el mítico Pirata al que dedicaremos mañana un artículo. En el último puerto, no especialmente duro, desde luego no el más exigente de aquel día, el Válico de Santa Cristina, Indurain sufrió una de las mayores pájaras de su carrera. Ese año acabó tercero en la corsa rosa. En 1995 no acudió a la corsa rosa. Ese año acabó su racha triunfal en el Tour, con su quinta victoria consecutiva. Entre otros logros, dejaba atrás el de haber sido el primer corredor español en ganar un Giro. Tendrían que pasar 16 años desde aquel primer triunfo de Indurain en 1992 para que otro español, Alberto Contador, venciera en la corsa rosa. 

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