Vingegaard sentencia el Tour


Llevamos todo el Tour diciendo que Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar estaban en un nivel estratosférico, pero va a ser que el danés está un poco más arriba, como por la mesosfera, por lo menos. Hoy el corredor del Jumbo-Visma le ha metido 1:38 a Tadej Pogacar, por lo que su ventaja en la general es ya de 1:48. Es decir, ha sentenciado el Tour de Francia. Claro que puede cambiar todavía, por supuesto que quedan dos etapas de montaña por delante, la de mañana y la del sábado, pero la sensación imperante tras este descomunal golpe de autoridad de Vingegaard es que la carrera está vista para sentencia. 

Dejando a un lado su único mal día en esta carrera, en el que Pogacar le sacó medio minuto y ganó la etapa, el corredor esloveno apenas ha sido capaz de arañarle unos pocos segundos al vigente campeón de la ronda gala. Cada jornada de montaña se ha repetido el mismo escenario: demarraje potente de Pogacar y respuesta inteligente de Vingegaard, que no podía responder a esos demarrajes de pura potencia, pero ante los que sabía contemporizar y dosificarse para controlar las pérdidas. Algún segundo de aquí y de allí y la mayoría de las bonificaciones, ése es todo el botín que Pogacar le ha podido sacar a un sólido Vingegaard hasta ahora en la montaña

Precisamente en esos instantes llenos de intensidad, en esos ataques de Pogacar, podía anticiparse de algún modo el resultado de la contrarreloj de hoy. Pogacar es más explosivo, pero hoy por hoy Vingegaard, la regularidad hecha ciclista, es único a la hora de dosificarse y controlar los esfuerzos. Y justo eso es lo que se necesita en las cronos. Por cierto, no deja de ser llamativo que el Tour con menos kilómetros contrarreloj de la historia reciente vaya a resolverse precisamente en su única contrarreloj. Así da la impresión que ha sido, desde luego. 

Pogacar es el carisma hecho ciclista, es un corredor soberbio con el que es imposible no empatizar. Es además un auténtico showman, alguien mediático con cada cosa que hace o dice. Tiene ese encanto personal de gran estrella que no se puede impostar, esa frescura tan especial. Eso y un talento fuera de lo común. Pero Vingegaard, aunque sea menos carismático, aunque tenga otro tipo de perfil, aunque nunca le vamos a ver tirarse a la piscina de espaldas en la jornada de descanso o mostrarse despreocupado como hace Pogacar, es un ciclista formidable. El espectáculo de este Tour es gracias a los dos, los dos son grandes colosos de este deporte y los dos están llamados a seguir protagonizando duelos inolvidables. A veces tengo la sensación de que no somos del todo justos con Vingegaard. Claro que cada cual puede tener sus preferencias y sus gustos, sólo faltaría, pero que el danés no tenga el arrollador carisma de Pogacar, inmenso ciclista, no lo hace peor corredor que él.

Dicho esto, si el segundo clasificado fuera cualquier otro corredor, el Tour estaría cerrado salvo infortunio del líder. Pero siendo Pogacar el segundo, desde luego, nada se puede dar por sentenciado al 100%. Sería una sorpresa mayúscula que este Tour no lo ganara Vingegaard y, por lo visto hasta ahora en sus continuos intentos de descolgar al danés, no parece que Pogacar esté en disposición de recortarle casi dos minutos al líder. Pero Pogacar es mucho Pogacar

La distancia entre Vingegaard y Pogacar ha sido impresionante, pero más aún lo son las distancias con el resto de ciclistas. Es salvaje, de otro planeta. Éramos muchos los que pensábamos que hoy Wout Van Aert podría tener opciones de ganar la etapa, pero el belga, que ha sido tercero en la etapa, ha perdido 2:51 con Vingegaard. Una auténtica barbaridad, que asusta, incluso. Pello Bilbao, que ha hecho la crono de su vida, ha terminado cuarto, pero es que se ha dejado 2:55 con Vingegaard. El ciclista vasco se afianza en el top 10. Es séptimo a, ojo, 13:06 del líder, y cuenta con una renta de 40 segundos sobre Simon Yates, que ha sido quinto. 

Por su parte, el otro  Yates, Adam, le ha sacado 24 segundos a Carlos Rodríguez. No ha sido mala crono del español, en absoluto, pero gracias al gran rendimiento del británico, ahora Yates es tercero en la general a 8:52 del líder (¡8:52!) y con una ventaja de apenas cinco segundos con Rodríguez. El podio sigue al alcance del ciclista español del Ineos, sobre todo teniendo en cuenta que Yates es coequipier de Pogacar en el Emirates y, según la situación de carrera que se dé, podría tener que echar una mano a su líder si busca el asalto al maillot amarillo. Eso sí, también hay que ser realistas: Pogacar intentará ir a por el Tour seguro, pero ahora mismo su equipo tiene al segundo y al tercer clasificado y eso no es precisamente un mal resultado ni un fracaso. Veremos qué fuerzas les quedan a todos. 

Por cierto, Giulio Ciccone ha hecho el mejor tiempo en el puerto puntuable de la etapa, lo que le ha permitido ponerse líder en solitario de la clasificación de la montaña. 



Mañana, jornada de alta montaña con final en Courchevel tras la ascensión al Col de la Loze, de categoría especial, con 28,1 kilómetros de subida y un desnivel medio del 6%. Pero es que antes se subirán otros tres puertos de primera. Día de mucha dureza que puede ser la última oportunidad para que cambie algo en la general. En principio, ya digo, la batalla por el amarillo parece casi, casi, sentenciada, y toda la emoción está en el duelo por la tercera plaza, pero podemos esperar sorpresas hasta el final en este Tour maravilloso. 

Comentarios

Javier ha dicho que…
Genial la descripción de lo que pasó ayer, en el Tour más bonito de los últimos 20 años. Hoy Dios dirá.
Lástima que la televisión francesa siga con este odio a todo lo que huela a España y ayer el tercer clasificado en el Tour no mereciera ni 5 segundos de retrasmisión.